JUEVES Ť 7 Ť JUNIO Ť 2001

Gary Johnson, gobernador de Nuevo México

La despenalización de las drogas, una "política de combate alternativa"

JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS

Albuquerque, Nuevo Mexico. Gary Johnson, el gobernador republicano conservador de Nuevo Mexico, reiteró su llamado a favor de la legalización de las drogas ilícitas en este país y sugirió que el presidente Vicente Fox y los gobernadores de los estados fronterizos deberían considerar una política alternativa a la "guerra contra las drogas", que incluya la despenalización para reducir los costos sociales de este problema.

En entrevista exclusiva con La Jornada poco antes de la reunión anual que los gobernadores de los estados fronterizos de México y Estados Unidos tienen prevista esta semana en Tampico, el gobernador Johnson dijo que ya había conversado con varios líderes políticos mexicanos sobre sus ideas de legalización y que en esa próxima reunión propondrá varias iniciativas concretas para cambiar el enfoque sobre la guerra contra las drogas en la frontera. Dijo sentirse "muy, muy alentado" por los recientes comentarios de Vicente Fox sobre la legalización.
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"Hace dos años en la reunión de gobernadores fronterizos, toqué la idea de que deberíamos estar hablando de un forma diferente para abordar el tema de las drogas ilícitas, ya que en mi opinión la frontera está militarizada, y tiene los problemas que tiene, en gran medida por la forma en que enfrentamos la problemática de las drogas", explicó Johnson.

UN TEMA DE SALUD PUBLICA, MAS QUE ASUNTO POLICIACO

"Nuestros objetivos ?indicó? deberían ser reducir la muerte, la enfermedad y el crimen relacionados con la droga. Nadie está en desacuerdo con eso, y podemos discutir lo que se puede hacer de manera diferente para que luego, en conjunto, Mexico y Estados Unidos vean este problema como un asunto de salud pública, y no como un tema policiaco".

El conservador Johnson, quien se considera amigo del presidente George W. Bush, cree que los esfuerzos para combatir los daños provocados por las drogas a través de un enfoque de seguridad pública han fracasado, y que ahora se debe promover una política más racional.

La prueba de este fracaso de las políticas antinarcóticos actuales, señaló, está en que la población encarcelada de Estados Unidos se ha duplicado en la última década, así como el gasto público para el combate contra los estupefacientes; pero hoy las drogas están más baratas, puras y disponibles que nunca.

"Creo que la gente se sorprendería al averiguar cuántas personas son detenidas cada año acusadas de delitos de droga", comentó Johnson a La Jornada. "Más de un millón 600 mil son arrestados por (delitos vinculados con la) droga cada año, y la mitad son detenidos por mariguana". Las estadísticas del gobierno federal indican que dos tercios de los arrestados por mariguana no son acusados de venta de droga, sino sólo por posesión. "Estas leyes son terriblemente discriminatorias, la mitad de los detenidos por mariguana son hispanos; la mitad de todos los usuarios no son hispanos".

Todos estos datos, argumentó el gobernador Johnson, están convenciendo a más políticos en este país de considerar alternativas a la guerra antidrogas. Ese combate, sostuvo, "es un fracaso, necesitamos discutir alternativas, y una de ellas tiene que incluir la legalización".
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Este año en Nuevo México el gobernador promovió un proyecto para eliminar cualquier pena judicial por posesión de menos de una onza de mariguana y para proporcionar más recursos a programas de tratamiento de consumidores de droga. Aunque la medida para legalizar parcialmente la mariguana no fue aprobada este año, varias iniciativas en este mismo sentido fueron aprobadas por la legislatura estatal. Además, medidas para despenalizar la mariguana para usos médicos han sido aprobadas en nueve estados.

El gobernador declaró que este tipo de soluciones son las que ha discutido con los políticos de su país (incluso con el presidente Bush) y con sus contrapartes en México. "No tenemos una frontera militarizada por inmigrantes indocumentados, es la (guerra contra la) droga la que está militarizando la frontera", dijo.

Subrayó que lo ideal sería llegar a contar con una frontera abierta, y admitió que la construcción de más bardas en la frontera no ha detenido al flujo de inmigrantes ni las drogas.

Johnson comentó que ha intercambiado estas ideas con Patricio Martínez, gobernador de Chihuahua, durante la última reunión de gobernadores fronterizos y que recientemente le escribió una carta después de que Martínez le expresó la necesidad de explorar alternativas como las propuestas por Johnson. "Me alentaron particularmente los comentarios de Patricio Martínez, quien dijo que le gustaría que su estado examine al modelo que estamos adoptando en Nuevo México y la opción de la legalización".

En la entrevista con La Jornada, Johnson también destacó que "estaba muy alentado" por las recientes declaraciones del Presidente Fox, en las que expresó su interés por la legalización de las drogas como una opción que podría funcionar si fuera adoptada por varios países de manera simultánea.

ESPERA REUNION CON FOX

Según la agencia Ap, el pasado 20 de marzo, cuando se le preguntó a Fox si la legalización era la única manera de ganar la guerra antidrogas, respondió: "eso es cierto, es cierto". Pero lo condicionó al agregar que "cuando llegue el día para adoptar la alternativa de suspender el castigo por consumo de drogas, tendría que hacerlo todo el mundo, porque no ganaríamos nada si México lo hiciera, y continúa la producción y consumo de drogas (en otros países)".

Johnson dijo que espera poder hablar más sobre estas ideas con Fox, posiblemente en la conferencia de gobernadores, prevista para fines de esta semana.

El gobernador sostiene que la prohibición de las drogas es una política que sólo genera mercado negro, violencia, corrupción, crimen y daños a la salud pública. Recuerda que esa fue la experiencia con la era de la prohibición del alcohol en Estados Unidos en los años 20. Al despenalizar, argumenta, se le quita el negocio a los narcotraficantes y se pueden dedicar de forma más efectiva los recursos gubernamentales, centrados ahora en policía, cárcel y militarización, al tratamiento y reducir el daño a la salud pública al abordar este problema.