Ť Insta a establecer una relación madura que evite confrontaciones innecesarias
La lucha no debe ser el camino para dar salida a las diferencias en Aeroméxico: Alejandra Barrales
Ť La empresa cuida centavos, pero tira pesos por falta de visión, asegura la líder de ASSA
ELIZABETH VELASCO C.
La Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) lanzará una convocatoria a Aeroméxico, la próxima semana, para analizar el clima empresarial que laboralmente "impacta" a los trabajadores.
"La lucha no debe ser el camino para dar salida a las diferencias", expresó Alejandra Barrales, dirigente de ASSA, tras considerar que ambas partes requieren establecer una relación más "madura" que evite confrontaciones innecesarias.
Al valorar la huelga de más de 40 horas que encabezó esa organización sindical, señaló que las pérdidas de la empresa por 96 millones de pesos "lamentablemente se dieron por falta de visión: la empresa cuida centavos, pero tira pesos".
No obstante -agregó-, Aeroméxico está en posibilidades de seguir operando sin problemas y sin que haya afectaciones para los trabajadores, aun cuando "se ha tratado de hacer una campaña de descrédito hacia los sobrecargos".
Aseguró que hasta el momento no se ha perdido clientela, "porque los pasajeros -y la propia empresa- reconocen que los sobrecargos otorgamos y seguimos otorgando un servicio de excelencia y calidad".
Los sobrecargos no deseaban colocar las banderas rojinegras en la empresa. "Habría sido mejor llegar a un acuerdo", confió tras señalar que desearía sostener una relación más "fluida" con Aeroméxico, "como la que se tiene con las aerolíneas Mexicana y Aeromar".
En ese sentido, estimó pertinente que ambas partes realicen un diagnóstico sobre el clima laboral en Aeroméxico. "Tenemos que establecer una relación donde haya más confianza y madurez para resolver las diferencias".
Por otro lado, celebró que las autoridades laborales se hayan mantenido al margen de la huelga que estalló el primer minuto de junio, pues no se aplicó la requisa como ocurrió con los gobiernos priístas en 1998 y en 2000.
"La actitud del gobierno federal -caviló- no fue una graciosa concesión, sino una respuesta al mensaje que las centrales obreras (Unión Nacional de Trabajadores y el Congreso del Trabajo) le enviaron durante la celebración del Día del Trabajo, y por ello (el gobierno de Fox) no quiso entrar en conflicto con los sindicatos".
Durante la ceremonia del 10 de mayo, las centrales obreras fijaron ante el presidente Fox una postura muy firme, particularmente la UNT y las bases del CT, en torno a que no aceptarían la iniciativa de reforma fiscal del Ejecutivo federal, ni modificaciones o afectaciones a los derechos y conquistas sindicales de los trabajadores, entre ellas el derecho a ejercer la huelga.
Barrales agregó que la huelga que protagonizaron los sobrecargos puso también a prueba a las organizaciones sindicales, "ya que en ningún momento faltó el apoyo de los sindicatos de la UNT, así como de algunos que forman parte del Congreso del Trabajo. Esto, sin duda, lo valoró el gobierno federal".