MARTES Ť 5 Ť JUNIO Ť 2001

Ť James Hahn, su opositor a la alcaldía, cuenta con amplio apoyo de la población negra

Los latinos jóvenes podrían dar hoy el triunfo a Villaraigosa en Los Angeles

Ť El desafío es ser leal a la población hispana, sin quedar como un "candidato étnico" Ť Para ganar, la votación de la comunidad que habla español deberá ser "sin precedente": analistas

JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS

Los Angeles, 4 de junio. La elección de alcalde de Los Angeles, este martes, es presentada como una contienda entre un candidato que busca expresar las esperanzas de una nueva ciudad multiétnica con vistas hacia el futuro y otro de mayor experiencia en el gobierno municipal que ofrece un liderazgo maduro, de mano firme, y listo para abordar los desafíos de esta ciudad al comenzar el nuevo siglo.

"Estamos a la puerta de hacer una declaración que se escuchará a través de la ciudad, del país y del mundo", declaró el candidato Antonio Villaraigosa, en una de sus referencias a su esfuerzo para encabezar una nueva generación política y convertirse en el primer alcalde latino de Los Angeles en 130 años. El ex líder de la Asamblea Estatal ha subrayado su carrera de trabajo con diversas comunidades, y la promoción de una amplia alianza que incluye sindicalistas, latinos, religiosos, agrupaciones de derechos civiles, mujeres y ambientalistas, así como de dirigentes empresariales que apoyan su campaña. "Estamos llevando una campaña por la esperanza", dice.

Ventaja del contrincante

la_mayorPero su contrincante, James Hahn, ha logrado una ventaja relativa en la mayoría de las encuestas recientes al cuestionar la experiencia de Villaraigosa y su capacidad para administrar una ciudad amplia y cambiante. "Yo estoy preparado para ser líder de esta ciudad", afirma Hahn, un un alto funcionario del gobierno municipal durante casi 20 años.

Hijo de una de las figuras políticas liberales más conocidas de Los Angeles, quien participó en el movimiento de derechos civiles, Hahn ha logrado construir una alianza de residentes negros vinculados con la vieja generacion política, junto con algunos latinos, y goza una ventaja mínima entre la población blanca moderada.

Pero esta situación, a 24 horas de los comicios, no era la que esperaban varios miembros de la cúpula política de una ciudad donde 46.5 por ciento de la población es latina. Con base en esta nueva demografía, y en parte por haber sido presidente de la Asamblea Estatal (considerado como el segundo puesto más poderoso a nivel estatal), un grupo de la cúpula política decidió apoyar a Villaraigosa - recibió el respaldo del Partido Demócrata de la ciudad y del estado (a pesar de que ambos aspirantes son demócratas), así como del gobernador de California y hasta del alcalde saliente, un republicano. También ha logrado el apoyo de varios y prominentes líderes empresariales, entre ellos dos multimillonarios.

Además de este poderoso respaldo, Villaraigosa cuenta con el apoyo formal de la central obrera de Los Angeles, que representa a 800 mil miembros (aunque algunos sindicatos afiliados apoyan a Hahn), y es considerado como "hermano" de ese movimiento por su historia como activista y líder sindical. Durante meses, varios de los principales sindicatos impulsaron campañas para promover el voto a su favor, especialmente los que cuentan con bases latinas.

Pero con todo esto, ¿cómo es que este hijo de padre mexicano y madre chicana esté perdiendo en las encuestas?

En esta urbe, tal vez con la segunda o tercera concentración más grande de mexicanos en el mundo, uno de los problemas para Villaraigosa es que no todos en la comunidad latina son ciudadanos y por lo tanto no tienen derecho al voto. El Buró del Censo de Estados Unidos dice que casi la mitad de la población de Los Angeles es "hispana", pero en la primera ronda de la elección celebrada en abril, la participación de ese sector fue de 21 por ciento del total.

Aunque fue una tasa de participación sin precedente para los latinos -minoría que en 1993 representaba 8% de los sufragios-, podrían ser aun insuficiente para un triunfo de Villaraigosa.

"A menos que los latinos participen en número sin precedente y se conviertan en por lo menos 25 por ciento del electorado, no creo que Antonio Villaraigosa gane la elección", comentó el encuestador y analista latino Sergio Bendixen al diario The New York Times esta semana. "Si eso no ocurre, la matemática no lo favorece".

Tal nivel de participación es posible si el pueblo sorprende a todos, argumentó Antonio González, presidente del Willie C. Velazquez Institute en entrevista con La Jornada, pero advirtió que implicaría establecer un nuevo récord de participación electoral latina, apenas establecido en la votación de abril.

El desafío para Villaraigosa durante esta contienda es mantener la lealtad de la base latina y al mismo tiempo evitar ser definido como "candidato étnico" o "latino", que no puede representar a otros sectores. "No quiero ser alcalde de los latinos, quiero ser alcalde de todos en Los Angeles", afirma Villaraigosa una y otra vez. Una candidatura exitosa en esta ciudad debe atraer al diverso universo blanco -que representó 52 por ciento de los que participaron en la primera ronda electoral-, así como a sectores del electorado negro, minoría que fue 14 por ciento de los votantes en abril pasado.

Con su mensaje por "un nuevo Los Angeles" y a favor de "la esperanza y no del temor ante el futuro", Villaraigosa ha obtenido firme apoyo de la próxima generación del liderazgo político negro angelino, como el concejal Mark Ridley Thomas y la candidata al Congreso federal Diane Watson.

Pero el fiscal de la ciudad Hahn, en gran parte por la reputación de su padre, goza de un amplio apoyo de la población negra mayor, el segmento de esa comunidad que más acude a las urnas. Veteranos dirigentes, políticos negros, como la legisladora federal Maxine Waters, e influyentes figuras como el legendario basquetbolista Magic Johnson, promueven la candidatura de Hahn.

La amenaza

Hay partes del electorado negro -la minoría más grande de esta ciudad durante décadas- que se sienten amenazados por la creciente presencia social y política de los latinos. "Si el tipo hispano llega, va a abrir puertas para los hispanos", dijo un trabajador municipal negro jubilado al diario Wall Street Journal. Para él, un triunfo de Hahn implicaría "más puertas abiertas para los negros".

En las últimas semanas, la campaña de Hahn ha ganado puntos en las encuestas en parte por su ataque a Villaraigosa de ser "suave" en el tema de control de crimen y demasiado liberal; además ha realizado un ataque público provocando dudas sobre su relación con el mundo del narco.

Esta estrategia ha funcionado en la comunidad negra mayor y entre blancos moderados (y posiblemente entre los republicanos que no tienen candidato en esta contienda). Pero también, según una reciente encuesta del Los Angeles Times, Hahn ha logrado apoyo entre algunos latinos. El diario habría detectado una "división generacional" entre los latinos, con los votantes menores de 45 años de edad favoreciendo a Villaraigosa y con los mayores de 45 divididos entre ambos candidatos.

Si Villaraigosa puede superar estos temores y generar suficiente ánimo en esta ciudad para ganar la elección, este martes dependerá en gran medida de si la parte "nueva" y joven de Los Angeles expresa, en números suficientes su deseo por un cambio.