MARTES Ť 5 Ť JUNIO Ť 2001
Héctor Tamayo
Sobrecargos
Con una huelga fulminante que apenas duró 41 horas, los mil 500 integrantes de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) lograron un rotundo éxito al obtener 9.5 por cientos de incremento salarial, 2.5 puntos por arriba de lo ofrecido inicialmente por la empresa y tres puntos por encima de la supuesta inflación que el gobierno calcula para este año. Además, se obtuvo 100 por ciento de los salarios caídos y 500 mil pesos por los gastos derivados de la huelga.
El triunfo de este movimiento tuvo, entre otras, las causas siguientes: 1) La organización libre, democrática, independiente y participativa, que en breve tiempo los integrantes de este sindicato han logrado construir. 2) El carácter del trabajo que desempeñan y el servicio de que se trata. 3) La imagen pública favorable que han alcanzado. 4) La oportunidad y la táctica empleada para llevar a cabo la huelga. 5) El costo político que para el nuevo gobierno tendría la aplicación anticonstitucional de la requisa, después del fracaso en la negociación del conflicto en Chiapas y de su fallido intento por lograr la aprobación del Congreso de su regresiva reforma fiscal.
El aumento salarial, aun en el muy remoto caso de que se cumplieran las metas inflacionarias del gobierno (falta ver el impacto inflacionario de la reforma fiscal que se apruebe y cuánto más tiempo se mantiene la absurda y exagerada sobrevaluación del peso), apenas si repondría mínimamente la dramática caída de más de la mitad de los salarios reales en los últimos 20 años.
En todo el mundo, las nuevas tecnologías destruyen más puestos de trabajo de los que crean y los salarios de quienes se mantienen ocupados se reducen drásticamente. El desempleo tecnológico bloquea el acceso a los puestos de trabajo a las nuevas generaciones y los que son lanzados a la calle no vuelven a encontrar trabajo, porque el empleo no crece. No se crean nuevos sectores que puedan absorber y reabsorber a los jóvenes y a los desplazados, tal como ocurrió en las dos revoluciones tecnológicas del pasado.
En el caso de la aeronáutica civil, se opera con la vieja tecnología de los aviones subsónicos. El Concorde resultó un fracaso comercial y financiero, pero la globalización exige velocidades cada vez mayores en todas las pistas: la informática, los flujos comerciales y financieros y el transporte de seres humanos. Su objetivo es el máximo acercamiento posible de los diferentes puntos del planeta para el capital y sus personeros, de tal manera que muy pronto tendremos el relanzamiento del avión supersónico de pasajeros.
Por el momento, las nuevas tecnologías en la aeronáutica civil se manifiestan en nuevos diseños de aviones subsónicos y sobre todo en la introducción de la computación y las telecomunicaciones en los modernos sistemas de reservación que permiten la optimización de las ganancias. ƑCuántos desplazados habrán producido estos sistemas en los trabajadores de tierra en todas las líneas aéreas del orbe?
Después de dos décadas de reducciones del salario real y prestaciones, de destrucción de contratos colectivos y organizaciones sindicales, de requisas violatorias al artículo 123 constitucional y de aumento galopante del desempleo, resulta estimulante que los sobrecargos de Aeroméxico reivindiquen y utilicen en su provecho el derecho de huelga, lo cual sentará un precedente para futuras negociaciones, en las que los trabajadores estén en condiciones de hacer valer sus derechos.
La globalización neoliberal como única opción, como proceso inevitable ante el cual sólo es posible adaptarse, encuentra en la acción y reflexión de los trabajadores organizados, en la resistencia indígena, en los movimientos autonómicos de diversas colectividades, respuestas que la niegan como el único camino, como la historia escrita de antemano, como la verdad revelada, como fundamentalismo neoliberal. La globalización es irreversible, el neoliberalismo, no.