Lunes en la Ciencia, 4 de junio del 2001
Un esfuerzo educativo Patricia Vega El Claustro de Sor Juana arrancó como un centro universitario con sólo dos licenciaturas. En 1991 Carmen Beatriz López-Portillo Romano se hizo cargo del proyecto y propuso la apertura de otras siete licenciaturas, todas en el ámbito humanista. En 1993 logró que la SEP aprobara los planes de estudio y el cambio de denominación. Desde entonces es la rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Asienta con firmeza: "somos una de las pocas universidades privadas del país que son laicas. Hemos tratado de permanecer independientes no sólo de las iglesias, sino del gobierno, de los partidos políticos y de las empresas. Hemos hecho una defensa muy fuerte de la autonomía universitaria y de una libertad radical para propiciar que la Universidad sea la conciencia de la sociedad, no sólo para analizar problemas sino para plantear soluciones con una visión crítica de la realidad". Egresada de la UAM-Azcapotzalco como licenciada en derecho y con una maestría en historia por la Universidad de la Sorbona, en París, además de la rectoría de la Universidad del Claustro de Sor Juana, actualmente encabeza la comisión de cultura de la Federación de Instituciones Mexicanas Particularares de Educación Superior (Fimpes) y participa como visitadora para evaluar, a partir de la aplicación de 166 indicadores de calidad, los 11 aspectos que determinan la admisión o no de la institución candidata a pertenecer a la Fimpes. El reto que ahora se plantea la rectora López-Portillo Romano es desarrollar el área de posgrado de la institución que encabeza: se está por abrir una maestría en estudios novohispanos y otra en estudios culturales, y con el propósito de establecer un diálogo entre distintas disciplinas se prepara el despegue de un instituto de investigación enfocado al estudio de la educación y de la relación entre la universidad y la sociedad. Tal vez por congregar licenciaturas en el ámbito de las humanidades -filosofía, literatura, ciencias del lenguaje y psicología, arte, ciencias de la cultura, comunicación audiovisual, gastronomía, diseño editorial y humanidades- las dos terceras partes del alumnado está integrado por mujeres; en cuanto a la planta docente se aplica la política de que en igualdad de circunstancias se opta por las mujeres, como cuando se eligió a la secretaria general académica. Consciente de la necesidad de aplicar una perspectiva de género -"mira, a mí lo de las cuotas hay veces que no me convence, pero en países como el nuestro creo que valdría la pena forzar un poco las cosas"-, López-Portillo Romano considera, entre sus planes, impulsar estudios interdisciplinarios y comparativos sobre la situación de la mujer en diversos ámbitos -legal, político, laboral, científico, etc.- con el propósito de que la universidad pudiera enviar iniciativas de ley para modificar las condiciones de vida de las mujeres. "En la actualidad, añade, las mujeres participan mucho más que antes, pero sólo en los rangos medios, no estamos en los cuadros directivos. Simplemente en México hay más de 300 universidades privadas y sólo habemos cinco rectoras". Finaliza con una crítica: "nuestras universidades privadas casi no hacen investigación; si te fijas 70 por ciento de esa actividad la hacen instituciones de educación públicas, otro 20 por ciento lo hacen empresas, laboratorios, etcétera y apenas 10 por ciento queda en las universidades privadas. "Es una crítica que no puedo evitar: la mayoría de las universidades privadas se han convertido en empresas con fines de lucro y han olvidado su compromiso de servicio a la sociedad. Desafortunadamente se han invertido los valores: en lugar de buscar recursos para educar, se educa para obtener recursos". |