LUNES Ť 4 Ť JUNIO Ť 2001
Ť La democracia sólo legitima al sistema; cambian partidos, no modelo económico
Apenas estamos conociendo el verdadero rostro del capitalismo, advierten analistas
Ť La clase política latinoamericana, sin visión histórica, se subordina al capital financiero
Ť Cuidar la memoria para no abandonar la lucha, piden Zemelman, Claveiro y Steinsleger
MARIA RIVERA
Más de la mitad de la población económicamente activa de América Latina trabaja en pequeñas y medianas empresas, sin contrato laboral ni prestaciones. La indefensión de los trabajadores es sólo una de las consecuencias del desmantelamiento del Estado de bienestar que se dio a raíz de la derrota de los movimientos sociales de los 70, señalaron los participantes del pánel Derechos humanos: consecuencias sociales y políticas, convocado por la Asociación Salvador Allende, la Fundación Rigoberta Menchú y Genocidio Nunca Más.
Hugo Zemelman, Pilar Claveiro y José Steinsleger hurgaron en la memoria, invocaron a los caídos, pero también destacaron la resistencia de importantes sectores sociales, que se han negado a aceptar la dictadura del pensamiento único, conscientes de que "la única lucha que se pierde es la que se abandona".
La clausura de las sesiones en las cuales se examinó la Operación Cóndor correspondió a Rigoberta Menchú. La premio Nobel reconoció que víctimas y victimarios seguirán cruzándose en las calles durante muchos años más, pero también enfatizó la importancia de que tantas personas hayan roto el síndrome del miedo frente al verdugo. La lucha contra la impunidad, advirtió, no es cosa de un día o dos, sino de toda la vida. "Pero hay que recordar que mientras nuestros muertos no estén en el lugar adecuado, nunca descansarán. Estarán en el aire, en las sombras, en los caminos, volverán a crear problemas familiares, deambularán por cualquier lado, pero no tendrán paz. A menos que estén donde deben estar los muertos con dignidad."
El presidente de la fundación Salvador Allende México, Hugo Zemelman, co-menzó diciendo que el pasado nunca deja de estar presente. Con cifras, datos, citas, demostró las consecuencias de la derrota social de hace tres décadas. La gran em-presa privada, destacó el investigador de El Colegio de México, ha dejado de ser generadora de empleo. Lo que ha aumentado es el empleo en las pequeñas y me-dianas empresas, esas que siempre están al borde de la quiebra porque no existe mercado interno. Mencionó números del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales que indican que más de la mitad de la población económicamente activa del área estará en total desamparo al final de su ciclo laboral, sin derecho a un sistema de salud o de pensiones.
Intercambio entre trasnacionales
Trazó un contexto en el que 51 de las cien economías más grandes del mundo son corporaciones privadas. Gracias a la revolución tecnológica, algunas crecen a niveles más altos que la economía mundial en su conjunto, pero generan muy bajas tasas de empleo. Muchas veces, cuando se habla de que creció el intercambio comercial entre algunos países no se indica que se ha dado entre filiales de las mismas empresas trasnacionales, aclaró. Otro punto que destacó es el preponderante papel del capital financiero, y las consecuencias de que 95 por ciento de los flujos monetarios mundiales sea especulativo. Si los fondos que se mueven en las bolsas de Nueva York y Londres se gravaran con una tasa de sólo 0.5 por ciento, calculó, en un año se obtendría lo que está solicitando el Banco Mundial para erradicar la pobreza en el mundo. "Realmente hasta ahora estamos conociendo el verdadero rostro del capitalismo."
Más adelante habló de cómo la democracia se ha convertido en el sistema político que legitima un solo proyecto de so-ciedad y economía. "Puede haber rotación de partidos políticos, pero no de proyecto económico; ese permanece, en todo caso lo que cambian son sus administradores. Para lograr esta hegemonía han necesitado disciplinar a la clase política de América Latina, que ya perdió la visión de la historia, no tiene capacidad de ver alternativas y está absolutamente subordinada a los dictados del capital financiero".
Zemelman señaló que las políticas re-presivas buscan que las sociedades acepten la idea de la gran derrota, la muerte de la esperanza, para que abandonen todo intento de lucha. "Quieren que creamos que la historia se agota en nuestro mundo privado, en nuestra familia, hasta lograr que la dimensión de lo público se diluya y sea remplazada por una concepción privada del destino. El único repliegue que permiten es hacia lo individual; así han logrado la atomización social."
Movimientos sociales vs. países avanzados
La investigadora Pilar Calveiro se enfocó al contexto en que se implantó la Operación Cóndor, plan de información e intercambio de prisioneros políticos instaurado por las dictaduras militares del Cono Sur como parte de su política represiva. Recordó que en el marco de la guerra fría se estableció la doctrina de seguridad nacional que asimilaba como enemigos a actores sociales diferentes, pero que te-nían como denominador común su oposición a la hegemonía estadunidense. Así descabezaron las dirigencias políticas y sindicales, al clero progresista y a los militares nacionalistas, entre otros; es decir, a los que representaban un obstáculo a la fase de acumulación que vivía el capitalismo. "Tenían que liberarse de todo lo que representara el Estado social", indicó la doctora.
Los ganadores de aquella guerra fueron los países capitalistas desarrollados y sus aliados en las naciones latinoamericanas, reconoció. "Los derrotados fueron los movimientos sociales." ƑQué perdimos?, se preguntó. "Actualmente América Latina es el continente más polarizado en la distribución del ingreso, la flexibilización laboral ha implicado la pérdida de derechos, 90 por ciento de los contratos laborales de los últimos cinco años son temporales. Lo que tenemos son trabajadores sin contratos ni prestaciones", concluyó.
Recordó cómo a través de la tortura, del asesinato, de las desapariciones, se generó un clima de terror para inducir a la inmovilidad. Hoy, argumentó, además de recordar hay que elaborar lo vivido, realizar una interpretación que recupere unas cosas y deseche otras. "Hay que rescatar lo significativo, como la injusticia histórica de América Latina; las luchas sociales y políticas que se libraron a raíz de esa injusticia; la represión que desató esa lu-cha, y la resistencia que acompañó siempre esa represión."
Los viejos y nuevos aparecidos
El escritor y periodista José Steinsleger hizo un recorrido por el pasado y presente de su país, Argentina. Habló de los viejos y nuevos desaparecidos, así como de "los viejos y nuevos aparecidos". Al mencionar las desapariciones no sólo se refirió a las juventudes de todas las formaciones cuestionadoras de los 70, también incluyó a los pobres "desechables" de la actualidad, a los trabajadores indocumentados que llegan de otras naciones, a los desocupados -que serían mucho más del 16 por ciento oficial- y al 30 por ciento de la población que afirma que se iría de su tierra si tuviera oportunidad.
En la categoría de nuevos y viejos aparecidos situó a los que luchan, recuerdan y denuncian, así como a las organizaciones de derechos humanos y las redes que han investigado las consecuencias de la catástrofe social.
Mencionó los claroscuros de los 17 años posteriores a la caída de la dictadura. Citó casos de hijos de desaparecidos recuperados por su familia biológica. Algunos aceptaron su verdadera historia con alegría; otros no lograron entender su nueva situación y pidieron el retorno a casa de sus padres adoptivos. La herida de una época está lejos de haberse cerrado.
Repasó las consecuencias económicas, políticas y sociales de aquellos años, la subordinación de la democracia a los grupos del poder económico, el desmantelamiento del patrimonio nacional y la conversión del Estado en un mercado más de la llamada globalización, la destrucción sistemática de los lugares de encuentro y de los tejidos solidarios. En su recapitulación también destacó lo conseguido, ac-ciones que sobrepasan lo testimonial para hablar de una memoria activa. "En nuestras sociedades existen enormes reservas morales que se imponen sobre todos los discursos y todas las actitudes que a veces lindan en tirar la toalla."
En Auschwitz, el campo de exterminio nazi en Polonia -comentó el articulista de La Jornada-, se encontró una leyenda que habla de la desesperanza de las víctimas: "Y lo peor es que nadie sabrá jamás". Hoy sí sabemos, afirmó; cada día conocemos más de lo que sucedió en aquellos años en América Latina. Y citó lo escrito en una placa que recuerda La noche de los lápices, cuando un grupo de adolescentes fue víctima de la represión: "La única lucha que se pierde es la que se abandona".
Tal vez sea cierta aquella frase del Eclesiastés de que el que reúne saber reúne dolor. Los memoriosos de todos modos harán su trabajo. Saben, como dijo uno de ellos, Zemelman, que nadie regala la libertad y la justicia. Hay que construirlas.