DOMINGO Ť 3 Ť JUNIO Ť 2001

Ť El diyei se presentó ante poca gente en un antro de Reforma

La música electrónica no es sólo para muchachos, asegura Hatiras

ARTURO CRUZ BARCENAS

El antro El Rimel (de Reforma Norte 590) fue reabierto hace apenas 15 días; quizá eso influyó para que luciera con poca gente, chavitos de pelos parados a fuerza de gel o espray y niñas de cuerpos seductores, chiquifaldas que dejaban ver chamorrazos de piel lisita, durante la presentación de uno de los diyeis ''más importantes del mundo'': Hatiras, quien no obstante tocó como si estuviera ante miles.

El saborcito musical de Hatiras rompió la monotonía de la expresión sonora electrónica del local. Los diyeis habituales son buenos y le echan efectos y afectos, pero el maestro del acid house hizo un silencio de dos segundos a eso de la una y media de la mañana de ayer sábado (única pausa, pues desde que comienza la música, ésta no para hasta que se oye el "šya vámonos señores!", que regularmente es cuando el gallo se está quitando las chinguiñas), y de su tornamesa, teclados, sintetizadores, todo ese botonerío de hardware y software, salieron sonidos sobrepuestos que hacían al más tullido mover los pies, las manos, las pestañas, todo lo que hiciera sentir vivo el cuerpo.

Los chavos sólo quieren divertirse y compran sus cubas, fuman como chacuacos, se besan sin rubor, se meten la mano arriba y abajo, en todas las latitudes de esas pieles que Rubén Darío valoró, ponderó, como el oro. Los antros son de y para ellos, aunque por ahí hay una que otra persona de edad mayor, que demuestran que el alma no envejece. La música elediscctrónica tiene adeptos en todo el mundo y no es sólo para muchachos, dijo el propio Hatiras, quien lanzaba sus variantes de drum and bass, tecno, funk y house.

Hatiras ha llevado el funky al primer plano de la escena house.

Spaced invader se escuchó potente y los jóvenes brincaron lo más alto que pudieron. Es un remix extravangante, del cual si no pega una melodía, pegará otro plano sonoro.

Hatiras es el artista, la estrella. Mientras él toca, el grupo de música electrónica del DF Loudness, que llegó desde las ocho de la noche del viernes, espera su turno para divertir al público. Empezarán hasta las tres de la mañana. Ni modo.

Fernando Cabello, un gordo que baila con ritmo (lleva 17 años en el ajo), de los Loudness, explicó que la música electrónica es un movimiento con muchos años de vida. "Implica -dicha música- usar los nuevos elementos de la tecnología para aplicar la creatividad y lograr texturas sónicas, melodías. Yo llevo 17 años en este rollo".

Para él, el diyei se ha diversificado: "Es la persona que produce música, que hace música con la música, que con la tecnología desarrolla otras técnicas. En México hay cientos de músicos electrónicos. Yo he tocado blues, salsa, trova cubana. No, esta música no es sólo para chavos, tampoco para chavitos locos; va desde lo que hizo Jean Michel Jarre o lo que hace ahora Yanni, o el new age, y ahora se han sumado el house, el trance, el new style, el free style. Nosotros tocamos free style house, pero no nos encasillamos. Ofrecemos desde una cumbia electrónica o temas con elementos de la rumba y el blues".

De Hatiras opinó: "Es excelente como músico y persona; es abierto, sensible y culto. Para ser diyei debes saber de física, matemáticas, ingeniería, software y hardware. La música electrónica se hizo antrera, tal vez, por el beat, por el ritmo que permite que la gente pueda desahogarse, bailar".