DOMINGO Ť 3 Ť JUNIO Ť 2001

EL ECO Y LA SOMBRA

Ricardo Yáñez

Intermitencias


EL PENSAMIENTO TIENDE a ser geométrico, en cierto modo eso es lo que no me gusta del pensamiento, que tiende a ser geometría, geometría abstracta. Mas lo curioso es que la imaginación, no menos que el pensamiento, a lo geométrico tiende también, sólo que a lo geométrico concreto. Menos exactitud, más precisión, pareciera que dice lo imaginado. Menos disciplina y tal vez más, mayor rigor.

ƑLOS HOMBRES HACEN poesía o la poesía hace hombres? La pregunta, que tiene su lado de estupidez, tiene también su filo de luz. Ese filo de luz es la respuesta, única posible para pregunta tan a la vez simple y amañada.

ME GUSTAN LAS canciones, no tanto como el canto, acaso, pero me gustan, y no dudo que justamente de mi gusto por las canciones proceda mi gusto por la poesía, canto que no alcanzamos del todo a oír, que no del todo quiso hacerse oír.

ME GUSTAN LAS canciones porque muy claro dejan que hay, siempre, otras canciones, unas que dirán mejor y otras que dirán distinto y las que contradirán y no hay problema. Hay en el cielo espacio para tantas estrellas.

GUSTO DE LOS poemas de largo aliento (entre los especialistas el adjetivo sobra, pero aquí queda bien) porque se dicen más como canto que como canción, y la idea me atrae de que ese canto no partiría del canto mismo sino de la presencia, oscura o clara, de una simple canción --sin la que el canto, atrevo, difícilmente se aventuraría en busca de su propia raíz, asunto en el cual el poema de aliento, ya sutil, ya subrayadamente, no cesa de insistir.

LA NECESIDAD DE absoluto de los poemas de aliento, su audacia al pretender una totalidad, procede, me agrada imaginar, de la sencillez de haber topado casualmente su autor con la canción --si se quiere el poema-- que sin expectativas desbordadas y hasta puede que torpe, tropezadamente, supo o pudo decir verdad de plenitud, de alguna plenitud, de nuestra pobre vida.

TRINAR DE ZENZONTLES, ternura de brisa, dice una canción sencillamente de la voz.

ESCRIBIR QUE NO escriba una voz no es escribir, imagino, pienso, desmadejo, pero escribir que no escriba una voz entonada, o quizá mejor: la entonación de esa voz (y en su caso, voces --originadas siempre en una misma voz), no deja nada a nadie. La plenitud o planitud del texto, digámoslo sin finezas de ingenio, dependerían precisamente de eso.

HAY EN QUIEN de veras vive la sensación de que todo es tan rápido, tan lento, tan a tiempo, que se inclina a pensar que lo que pasa pasa como si no pasara, como si ya hubiera pasado, como si apenas o alguna vez fuese a pasar. ƑPuede por ello afirmarse que cuando muere el que de veras vive se dice qué bondad que pasó lo que pasó como pasó pues eso que pasó, como pasó, no pareciera nunca dejará de pasar?

ƑA QUÉ LE teme?, le preguntaron a Pavarotti. A la voz, dijo. ƑPor qué? Porque siempre tememos a lo desconocido. šFuésenos dada tal conciencia!