DOMINGO Ť 3 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Bajo su dirección se concretó la muerte de Schneider

Kissinger, clave para ocultar datos sobre crímenes en el Cono Sur

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 2 de junio. El ex secretario de Estado Henry Kissinger fue clave para el ocultamiento de datos sobre las operaciones criminales en el Cono Sur y en otros países. El informe de la CIA ante el Congreso estadunidense el año pasado dio cuenta de que bajo la direccción de Kissinger y de Richard Nixon se concretó en 1970 el crimen del general chileno René Schneider.

La agencia de inteligencia trabajó así con tres grupos golpistas, los cuales habían coincidido en un punto: cualquier golpe en Chile necesitaba del secuestro de Schneider (y su muerte obviamente).Y fue la CIA la que proporcionó armas, municiones y gases lacrimógenos al grupo que finalmente operó contra Schneider, cuando lo hirieron de muerte para impedir el arribo de Salvador Allende al gobierno. Como esto no se logró, la preparación y concreción del golpe militar que lideró el general Augusto Pinochet en 1973 puede inscribirse en las grandes conspiraciones criminales de la historia.

La revelación es muy precisa sobre la actuación de Kissinger en un hecho que es un antecedente directo del Plan Cóndor, y que también citó el periodista Cristopher Hitchens en una invetsigación publicada en la revista Harper's. También se conoció que en 1974 algunos hombres de la CIA descubrieron que los militares chilenos aliados con ultraderechistas y con los cubanos anticastristas pensaban establecer una oficina central en Miami para la Operación Cóndor. Kissinger no se opuso públicamente a esta idea que involucraba ya a los cinco países ligados en la coordinación criminal, pero la CIA entendió que una sede en Miami señalaría a la agencia en forma directa.

En un informe público presentado en Washington en la semana de septiembre de 2000, la CIA reconoció que Washington estaba enterado desde 1974 que los regímenes militares de la región estaban colaborando sobre asuntos de inteligencia y que como resultado de esta colaboración suirgía un programa de asesinatos políticos (Jim Carson y David Brooks, La Jornada, 23-10-00). A pesar de esto el FBI participó del esfuerzo multinacional de represión.

Documentos secretos obtenidos por la no gubernamental National Security Archive incluyen una carta fechada el 6 de junio de 1975 dirigida al general chileno Ernesto Baeza, de la dirección de Investigaciones del gobierno, por el coronel del FBI en Buenos Aires, Robert Scherrer, que registra esta colaboración, en el caso de Jorge Isaac Fuentes Alarcón del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) de Chile, detenido el 17 de mayo en Asunción, Paraguay. Scherrer reconoce que Fuentes Alarcón confesó ser miembro de una Coordinadora Revolucionaria del Cono Sur, y que tenía direcciones de personas en Estados Unidos donde -le decía a Baeza- que el FBI había iniciado una investigación para ubicarlas. "Le informaré los resultados de la misma". Scherrer confirmó después al periodista e investigador John Dinges que el FBI alentaba a que estos servicios de espionaje coordinaran la inteligencia. Fuentes Alarcón entregado en Asunción a la dictadura chilena y fue visto en algunos de los centros clandestinos de detención, sometido a inenarrables torturas y luego desaparecido.

Peter Kombluh, director del proyecto sobre Chile del National Security Archive, dijo en septiembre del año pasado que la CIA había dejado salir al "genio de la botella y no lo pueden meter de nuevo adentro". Para Kissinger ese genio que anda suelto desde hace tiempo, ahora parece perseguirlo adonde vaya. Y las revelaciones sobre el pasado no cesan. Como si algo faltara, personajes como el ex general Manuel Contreras -jefe de la DINA chilena-, han testimoniado ante algunos jueces sobre la implicación de la CIA, de Bush (padre) de Kissinger y de cubanos anticastristas. Pero no parece existir ninguna voluntad de Washington para castigar a los responsables y partícipes de los crímenes de lesa humanidad.