DOMINGO Ť 3 Ť JUNIO Ť 2001
José Antonio Rojas Nieto
Nuestra sobrexportación petrolera
Este sábado en la mañana, el gobierno de Irak anunció que a partir del lunes suspenderá sus exportaciones de crudo en respuesta a la decisión tomada este viernes por el Consejo de Seguridad de la ONU de continuar restringiendo las ventas de crudo iraquí a la adquisición de alimentos. (Oil for Food Program) y seguir sujetándolas a la supervisión internacional. Sin duda, la medida puede desequilibrar un mercado petrolero internacional fuertemente atemperado por el menor dinamismo económico, pero acaso más restringido por cierto éxito en el control de la oferta por parte de los productores OPEP.
Es indudable que la suspensión de los flujos iraquíes en el oleoducto de las costas del Mediterráneo de Turquía influirá en la determinación de estrategias y cuotas que este martes fijarán los productores OPEP. Más aún si -como aseguran muchos analistas- el mercado requiere más producción, a pesar del menor dinamismo de la demanda, exigencia que se formula pero con el ánimo de que no suban los precios, los que hasta mayo han llevado la mezcla mexicana -ya con 75 por ciento del hoy castigado pesado Maya- a 21 dólares por barril, con un promedio anual a ese mes de 19.50. Y, sin embargo, hay que decir que no se necesita tanto crudo como se asegura, por lo que hay que cuidar mucho -muchísimo- volumen de producción y de exportaciones para que no bajen los precios. ƑPor qué podrían caerse los precios si, como se asegura, el mercado necesita más crudo? Una simple razón. No toda la oferta ha respondido como debiera al descenso relativo de la demanda. ƑUn ejemplo? Muy simple: México, el de hoy, el de este nuevo gobierno.
En relación con el periodo enero-mayo del 2000, este año la demanda mundial de crudo apenas creció entre 1.3 y 1.5 por ciento. En cambio, las exportaciones de crudo mexicano 11.6 por ciento. Eso no se hace, máxime cuando se espera que el crecimiento anual de la demanda no alcance más de 1.7 por ciento en todo el año. Lo adecuado frente a esto es que México racionalice sus ventas para evitar riesgos de inestabilidad o desplome de precios. Se trata, además, de ser coherentes con lo que se asegura en el Plan Nacional de Desarrollo en el que textualmente se afirma que "México participa en el ordenamiento de la oferta y la demanda en los mercados mundiales de energía." ƑSerá? Sin duda - hay que reconocérselo a Luis Téllez-, así fue de mediados de 1998 a junio de 2000, pero -incluso todavía con Téllez en Insurgentes y San Antonio- se empezaron a destapar las exportaciones en julio (no sólo las mexicanas, por cierto), con lo que se registraron semanas de inestabilidad y alta volatilidad, agudizadas por la pérdida del dinamismo económico. Y para colmo -sí, para colmo-, el nuevo gobierno, de manera poco cuidadosa, ha seguido con las llaves abiertas, como lo demuestra ese alto crecimiento de las ventas en lo que va del sexenio. Se podrá decir con cierta razón que Estados Unidos -nuestro principal cliente ya hoy con casi 75 por ciento del crudo mexicano que se exporta- tiende a disminuir su producción y que el peso neto de nuestras ventas es menor. En cierta medida es válido el argumento, pero no tanto si consideramos que los estadunidenses gustan de manipular sus producción y sus inventarios al máximo, sobre todo en estos días en que todos se quejan de altos precios de las gasolinas. Veamos los datos.
En los primeros cinco meses de este año, nuestros vecinos bajaron su producción en menos 0.5 por ciento. Incrementaron su consumo en 3.9 por ciento; y, en consecuencia, tuvieron que aumentar sus importaciones. La cifra oficial es nueve por ciento, lo que incluye petróleo para reforzar inventarios. Pero nuestras ventas de crudo en el mundo aumentaron 12 por ciento (el registro de ellos es que les enviamos sólo 2 por ciento más, pero en cualquier caso el complemento eleva nuestra tasa a ese 12 por ciento injustificado). Se trata de exportaciones que están por encima no sólo de lo que exige la economía mundial en general, sino nuestros clientes más importantes en particular.
Bueno, pues todo esto para decir algo muy simple. En lo que va del sexenio no es cierto que México haya participado en ordenar el mercado petrolero. Este gobierno todavía no tiene legitimidad para afirmarlo. Al menos todavía no. ƑPor qué entonces, se escribe algo que no es? Que se aclare, como necesario será aclarar algunos otros aspectos de este plan; uno de los cuales puede representar un cambio de fondo en la concepción tradicional de los servicios públicos en México, que recoge la Constitución.
ƑRecuerda usted cómo es que en la Constitución se habla de los servicio públicos como una responsabilidad estatal fundamental, básica en la determinación de la propiedad nacional de recursos naturales y en la responsabilidad estatal del manejo de industrias estratégicas? ƑLo recuerda? Bueno pues en nuestro actual Plan Nacional de Desarrollo sólo se les caracteriza como servicios públicos administrados por el Ejecutivo Federal. ƑUn ejemplo del mismo plan? La industria eléctrica. Esta lamentable, limitada y regresiva concepción exigirá, sin duda, un tratamiento especial. šQuedémonos hoy con la aspiración y el ánimo de una coherencia mayor en el mercado petrolero!