DOMINGO Ť 3 Ť JUNIO Ť 2001

Adolfo Gilliy

El PRD: Ƒun partido cabús?

Después del VI Congreso del PRD, el Comité Ejecutivo Nacional de este partido dio a conocer un comunicado en el cual informa que aquel Congreso definió al PRD como "un partido de oposición". Al mismo tiempo, agrega, "el Congreso Nacional del PRD ha mandatado a la dirección nacional a que impulse el diálogo con el gobierno de Vicente Fox para buscar todos los acuerdos que se puedan alcanzar en la perspectiva democrática, independientemente de que se considera que el propio gobierno tiene objetivos distintos a los del PRD".

Poco importa si ésta es la interpretación correcta de lo resuelto por el Congreso. Otros asistentes dan versiones diferentes, lo cual confirma la ambigüedad y la indefinición en que concluyó el Congreso mismo. Poco importa, digo, pues quien llevará adelante las resoluciones adoptadas es esa dirección nacional y, en ese sentido, es esa interpretación la que determina hoy la política de ese partido.

No estoy de acuerdo con esa política en casos tan definitorios como el voto en el Senado de la ley contra los derechos indígenas (que no fue un "error táctico", sino la consecuencia natural de una concepción sobre la política, el Estado y la función y conducta de una oposición republicana) o como la alianza con el PAN en Yucatán para prolongar, bajo nuevos personajes, la dominación de la casta divina. Sentirse obligado a optar entre Cervera y Patrón (unidos, por lo demás, por lazos familiares) y dejar sin opción propia, así fuera hoy muy minoritaria, a los sectores populares agredidos por igual por el PAN y por el PRI (los mismos que votaron la ley antindígena), es confirmar en Yucatán lo que se mostró en el Senado: una vocación de partido cabús.

Nunca llegará a ser mayoría con una política y un programa propios un partido que no sepa construir en la república, desde la oposición y en minoría, entre su pueblo y con sus aliados naturales, el proyecto que exprese los intereses que el partido afirma representar, contra intereses ajenos y opuestos encarnados, en este caso, en los programas del PRI y del PAN y en personajes políticos como Bartlett, Fernández de Cevallos, Cervera, Patrón o Fox.

Construir esa oposición republicana es una tarea de tiempo, confianza en las propias fuerzas, alianzas con fuerzas afines y batallas que se libran y se ganan para el proyecto propio, no para quienes son sus enemigos: Cervera, Patrón, Fox y los acaudalados amigos de todos ellos. No veo esta disposición en la dirección nacional del PRD.

La derrota del PRD en Yucatán -una derrota, aliado al enemigo victorioso, la peor de todas- vuelve a plantear la cuestión del destino de este partido. Esta cuestión no se resuelve pidiendo la renuncia de nadie, como se intentó después de las elecciones de 2000; ni haciendo pactos de cúpula entre jefes, como se propone ahora. Pues no se trata de personas sino de políticas. Creo que es este el punto a discutir.

A título indicativo, enumero siete temas que me parecen ineludibles en esa discusión:

1) Derechos indígenas y relaciones con el EZLN, el CNI y el enorme movimiento popular que les manifestó su apoyo durante la marcha al Distrito Federal. Muchos de quienes desbordaron plazas y caminos son también votantes del PRD. ƑEste partido va a ignorar cómo ellos fueron burlados y agredidos por el gobierno de Vicente Fox, el presidente que dijo apoyar la ley Cocopa y que una vez aprobada una ley opuesta declaró: "La ley Cocopa, recientemente aprobada, también dignifica, porque les da su lugar a los pueblos y a las comunidades indígenas" (La Jornada, 21/5/01)? ƑCon este político la dirección nacional del PRD va a "buscar todos los acuerdos que se puedan alcanzar"? Suerte, y a ver cómo les cumple...

2) Legislación y derechos del trabajo y próxima reforma al artículo 123 constitucional y a la Ley Federal del Trabajo.

3) Derechos de los trabajadores mexicanos en el territorio nacional, en las maquiladoras, en los cultivos de exportación y en Estados Unidos

4) Banamex, Fobaproa y control extranjero del sistema financiero nacional.

5) Reforma fiscal, IVA y presupuesto federal. (Una pregunta, ahora que está de moda hablar de gastos: Ƒcuántos efectivos militares hay en Chiapas y a cuánto asciende el gasto diario, todo incluido, para mantenerlos?).

6) Propuestas del Banco Mundial para restructurar las relaciones laborales y sociales en México. Plan Puebla-Panamá. Pemex: soberanía y dominio de México sobre sus recursos energéticos.

7) Política internacional. Comunicado conjunto "Hacia una prosperidad compartida", aprobado en la reunión Bush-Fox en Guanajuato, el 16 de febrero de 2001 (amenizada por bombardeos a Irak). En dicho documento el gobierno de México se declara aliado y socio de Estados Unidos ante América Latina y ambos gobiernos manifiestan: "Refrendamos así nuestro respaldo al establecimiento, lo antes posible, del Area de Libre Comercio de las Américas". ƑDónde y cuándo la conveniencia o no de semejante paso ha sido discutido?

Sobre estas y muchas otras cuestiones con las cuales se define una política nacional propia, pienso que el PRD debe pronunciarse, no tanto en declaraciones de uno u otro dirigente, sino en documentos políticos claros, cortos, veraces, que todo mundo entienda (es decir, escritos en el lenguaje que habla la gente y no en la jerga que utilizan los políticos y que los demás no comprendemos bien a bien: "gobernabilidad", "preocupante", "propositivo", "contestatario" y similares).

El PRD no nació de una alianza entre dirigentes o entre corrientes, sino de una gran insurrección cívica y popular, madurada en sus ideas y en sus métodos durante años, a través de grandes y pequeñas luchas y de memorias y esperanzas construidas en la historia del pueblo mexicano a lo largo de todo el siglo XX. Su lejano precursor fue el Partido Liberal Mexicano, de Ricardo Flores Magón, el primer partido moderno de la historia de México. No se trata de volver a él, sino de saber que ser moderno en la izquierda es ir más allá de la subordinación a los poderes conservadores existentes, por dominantes que sean sus apariencias.

Del mismo modo, en las historias nacionales de las luchas, las rebeldías y las conquistas de sus clases trabajadoras se arraigó la idea de partidos socialistas en Francia, en Alemania y en España, cualesquiera hayan sido las políticas posteriores de esos partidos. Nacieron de la historia, no de las cúpulas ni de los grupos ni de las relaciones internacionales, y por eso perduran. Esta es una discusión que debe ser realizada con seriedad, con ideas y con documentos, no con frases ocasionales o ejemplos superficiales. Es por ahora tarea pendiente.

Entretanto, pienso que el PRD debe ser fiel a esos orígenes, a esa historia y al proyecto de futuro: patria para todos, que apoyaron las multitudes innumerables de mexicanos y mexicanas que le dieron existencia y que, tal vez ahora en repliegue, se resisten a abandonarlo pese a la distancia que con ellas establecen ciertas políticas de su su dirección. Ser de "izquierda moderna" es renovar, con las ideas, los métodos y los recursos técnicos de estos tiempos, esa capacidad de organización independiente, en lugar de buscar alianzas con la derecha más reaccionaria o de aspirar a ser "la izquierda responsable" del presente gobierno del capital financiero.

"Habrá patria para todos o no habrá patria para nadie", es la frase de las guerras de independencia del siglo XIX que inspiró el lema del PRD. En los proyectos de quienes nos gobiernan el lado negativo de esa frase amenazaría hacerse amarga realidad, si este país no se llamara México y no conociera, como sí conoce, las artes de la resistencia y los secretos de la organización. Es aquí, entre los suyos, y no como furgón de cola de los proyectos de los ricos y los poderosos, donde el PRD se juega hoy su ingreso al futuro.