SABADO Ť 2 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Ramón Martín Huerta, subsecretario de Gobierno, los atenderá el próximo lunes
Recibirá Gobernación a una comisión de la CNTE; Fernández de Cevallos intercede por los maestros
Ť Promete el senador intervenir para que los disidentes se entrevisten con la cúpula sindical
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Por la gestión directa del senador panista Diego Fernández de Cevallos, los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se reunirán el próximo lunes con el subsecretario de Gobierno de Gobernación, Ramón Martín Huerta, en presencia de senadores que acudirán como testigos.
Acostumbrados a ser atendidos en la calle, en camiones de granaderos o, en el mejor de los casos, en una pequeña oficina de Atención Ciudadana, una docena de mentores ayer fueron recibidos en el despacho de la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República.
Mientras miles de docentes hacían un mitín frente a la casona de Xicoténcatl, una docena de representantes de la CNTE tuvo un encuentro sui generis con El Jefe Diego.
Con su particular estilo, el senador dispuso de casi una hora para hacer todo tipo de recomendaciones y aclaraciones a los maestros. Les pidió que evitaran la "injuria y los actos de violencia", para no ser reprimidos, se comprometió a reunirlos con la cúpula del sindicato magisterial y les advirtió de las limitadas facultades de Gobernación y de los senadores.
Así, la entrevista que empezó con un tono de reclamos de los maestros hartos de "tocar puertas en todos lados", terminó con un clima de camaradería. Al final, el político panista les dio su número telefónico y los invitó a buscarlo cuando lo necesitaran, se despidió de mano de cada uno y salió a saludar a la multitud que se encontraba en espera de la respuesta.
En unos minutos, el senador, cuya intención -aclaró- "no es quedar bien", se volvió popular con el magisterio.
Después de la una de la tarde, cuando los profesores hacían un animado mitin frente al Senado, una comisión fue conducida a las oficinas de Fernández de Cevallos, y el profesor Eloy Servín se enlazó con él vía telefónica. El panista se comprometió a llegar en 20 minutos.
Media hora después, atravesaba por entre la muchedumbre para llegar a su cita con los maestros, que en cuanto lo vieron comenzaron a quejarse de la cantidad de visitas sin éxito. Para explicar la desconfianza que priva en el magisterio, Gonzalo Martínez Villagrán, de la sección 9 del Distrito Federal, recordaba un dicho: "señor senador, la burra no era arisca, los palos la hicieron así".
Y le explicó que en 18 días de movilizaciones habían sido sido recibidos por "funcionarios de bajo nivel". Ni el secretario de Gobernación, Santiago Creel; ni el de Educación Pública, Reyes Tamez Guerra; ni el director del ISSSTE, Benjamín González Roaro; ni el secretario general del SNTE, Rafael Ochoa, "nos han dado la cara", decía el profesor de Educación Física.
Paciente, el senador escuchó las intervenciones de profesores de Oaxaca, Michoacán y Guerrero, y después se comprometió a gestionar una entrevista con la Secretaría de Gobernación. Enseguida accionó el altoparlamente y solicitó a su secretaria que lo comunicara con Ramón Martín Huerta.
Se hizo un silencio, y de fondo se escuchaban las consignas de los maestros: "Como dice el Che Guevara. Sí señor. Como dice el Che Guevara. El gobierno a la fregada, el gobierno a la fregada...
Y por fin llegó la llamada.
--ƑQuién habla?
--Diego, tu servidor.
--Subsecretario, estoy en mis oficinas del Senado platicando con un grupo de maestros, estoy en altoparlante y quiero decirte que he escuchado las protestas que tienen los maestros. Yo te pediría que tomes nota de la necesidad de que intervenga la Secretaría de Gobernación para que se les garantice un trato conforme a la ley. En segundo lugar, que tú los puedas recibir, o la persona que nos digas, el lunes en la mañana con la presencia de algunos senadores.
--Por supuesto, senador, estamos tomando nota. ƑTe parece alrededor de las 12 o una de la tarde?
--No, alrededor no, puede ser alrededor para arriba y para abajo. Mejor dinos si a las 11 nos puedes recibir.
--Puede ser a las 11 o a las 12, que ellos eljian.
--Permíteme un momento, subsecretario. Ƒ11 o 12? (preguntó a los docentes).
--A las 11 están contigo, pero permíteme precisar cuál va a ser el número de personas que puedas recibir y que ellos puedan estar.
--ƑTe parece que puedas recibir a 25 personas?
--No caben en mi oficina.
--Permíteme un minuto. (El senador se dirigió a los profesores) Si ustedes empiezan a aferrerarse al número a lo mejor no es el mejor principio. Si hablamos de 15 personas estoy seguro que el subsecretario... ƑTe parecería 15? (habló de nuevo con el subsecretario?).
--Con mucho gusto, senador, los recibo este día.
--Sí, 15 personas en orden de adentro y de afuera. Adiós.
Luego miró a los profesores y dijo: "Pues ahora sólo queda desearles buena suerte".
A las 15:15 horas salió por la puerta principal del edificio. Se detuvo un momento ante los miles de profesores que llenaban la plaza y los saludó mientras un maestro decía por micrófono que los objetivos de la jornada de movilizaciones se estaban cumpliendo.