SABADO Ť 2 Ť JUNIO Ť 2001
Ť El instituto incluso capacita a personal de otras corporaciones, asegura su director
Niega Pérez Canchola que el IFP contratara empresa de ex funcionarios asesinados
Ť No se ha establecido vínculo entre los hermanos Carrola y Murrieta López: Arceo
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
El director del Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, José Luis Pérez Canchola, rechazó ayer versiones de supuestos contratos con una empresa de seguridad privada propiedad de Jesús Ignacio Carrola y Guillermo Murrieta, ambos asesinados la semana pasada.
Pérez Canchola, ex procurador de Derechos Humanos en Baja California, señaló que por el contrario, a su llegada al IFP en enero de 1998, lo primero que hizo fue desechar convenios que se tenían con una empresa israelí establecida en México, porque sus técnicas eran muy violentas.
Los supuestos contratos con una empresa llamada Camecar SA, que presuntamente pertenece a ambos ex funcionarios de la PGJDF asesinados, no existen. "Es una mentira. Yo no sé de dónde sacaron eso. Es totalmente falso", dijo Pérez Canchola.
Explicó que los únicos convenios que se tienen para capacitar a personal de la dependencia es a nivel de embajadas con otros países. Pero jamás "hemos contratado a ninguna empresa privada", ni para adiestramiento, ni para asesoría y mucho menos para actividades de espionaje, señaló el funcionario.
El instituto, añadió, por el contrario, ha capacitado con su propio personal a custodios de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del gobierno de la ciudad; ha realizado cursos mixtos con policías de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Judicial capitalina, y ha capacitado también a efectivos policiacos de diferentes estados de la República.
El subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas, Alvaro Arceo Corcuera, señaló por su parte que de las investigaciones que ha realizado la dependencia no se ha establecido ningún vínculo entre los hermanos Carrola Gutiérrez y Murrieta López, por lo que hace a sus actividades empresariales.
En relación con un posible vínculo con el homicidio de Guillermo Murrieta, consideró que el crimen de éste, cuatro días antes, no puso en alerta a los hermanos Carrola, quienes "no se sintieron aludidos" y no tomaron ninguna medida de seguridad por ese hecho.
Hasta el momento, se determinó que los disparos fueron realizados con una misma arma en el interior de la camioneta y los homicidas limpiaron todas las huellas con una toalla verde abandonada también en el interior de la camioneta. Los peritos sólo encontraron una huella dactilar que resultó ser de uno de los policías preventivos que tomaron conocimiento de los hechos, y fragmentos de otras dos huellas.
Respecto al vehículo, que fue robado desde el 3 de mayo en el estado de México, su propietario informó que fueron tres hombres jóvenes los que lo despojaron del mismo, sin embargo no aportó elementos suficientes para elaborar el retrato hablado.
Arceo Corcuera indicó que ya solicitó información a la PGR y a las autoridades de ese estado sobre los presuntos nexos de los Carrola con el cártel de las drogas de los Arellano Félix