SABADO Ť 2 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Para la funcionaria de Iztapalapa es "muy permisible"
Un retroceso, la normatividad de giros negros: Diana Bernal
ELIA BALTAZAR
Aunque se esperaba que la ley de establecimientos mercantiles, ya dictaminada en lo general por la Asamblea Legislativa, ofreciera más herramientas jurídicas para limitar el funcionamiento de los llamados giros negros y ayudara a combatir a las organizaciones criminales que se hallan detrás de muchos de ellos, esto no sucedió así. Y aun se puede presumir que estos establecimientos proliferarán al amparo de esta legislación tan permisible. "Esta ley más que un avance es un retroceso".
Estos son los argumentos de la directora jurídica y de Gobierno en la delegación Iztapalapa, Diana Bernal, para oponerse al proyecto elaborado por los legisladores locales, con propuestas del Gobierno del Distrito Federal.
Antes delegada en Iztacalco y magistrada, Bernal asegura que esta ley había levantado amplias expectativas, que ya se han venido abajo al conocerla en su totalidad. "Queríamos una ley que metiera en cintura a los giros negros, que los regulara realmente y los sujetara a una serie de requisitos especiales, pero no ha sucedido así. Quizá el único candado para estos lugares es la consulta ciudadana".
Muchas son las carencias de esta ley que advierte la directora jurídica y de Gobierno en Iztapalapa. Entra otras, "y quizá la que debería preocupar más", es que no se modifica ni se propone nada para regular y vigilar las condiciones de trabajo de la gente que allí labora, especialmente las mujeres dedicadas a espectáculos eróticos, dice.
Bernal, además, opina que los legisladores debieron tomar en cuenta las condiciones sociales de cada una de las delegaciones, "porque no es lo mismo la situación que se vive en Iztapalapa, con grandes problemas de carácter social como el desempleo y altos índices de violencia y delitos sexuales", que en otras zonas de la ciudad, con menos índices de marginación y con un mayor número de corredores comerciales en donde pudieran ubicarse estos lugares.
Un ejemplo, para ilustrar: las vinaterías. "Con esta ley, las vinaterías no requerirán de una licencia de funcionamiento, sino sólo de la declaración de apertura. Y eso, en Iztapalapa, significa un problema, pues aquí hay una en cada cuadra y a veces hasta dos, vendiendo alcohol las 24 horas del día".
Pero éste no es el único tema que inquieta a Bernal como autoridad. También le preocupa el horario de funcionamiento de estos lugares. "Que no se confunda la discusión. A mí lo que menos me preocupa es la hora de cierre, porque el problema real es el horario de apertura, pues podrán funcionar desde las 12 del día, abiertos a la posibilidad de que muchos jóvenes de la zona pasen allí su tiempo libre, evadiendo la vigilancia de padres que trabajan y los creen en la escuela o dedicados a otras actividades".
Esto, dice, no es una discusión de tipo moral sino social. "Y dadas las condiciones de, digamos, frustración social y deserción escolar que enfrentamos en Iztapalapa, lo menos que nuestros jóvenes necesitan son lugares de espectáculos eróticos o de venta de bebidas que funcionen desde temprana hora".
Otro de los errores en que se ha incurrido es en la tregua que se les ha otorgado, según se establece en el artículo octavo transitorio, pues los establecimientos mercantiles de alto impacto tendrán seis meses para regularizar su situación, si antes habían funcionado con una declaración de apertura. "Esto no es otra cosa que premiar la clandestinidad".
Tampoco inhibe lo que se conoce como prácticas que promueven la prostitución, pues de la manera en que está redactada parecería que tenemos casi que presenciar el acto sexual a cambio de dinero para poder argumentar ejercicio de la prostitución. Y lo peor, considera, es que no se consideran medidas legales que protejan a las mujeres de la explotación sexual y laboral en giros negros.