SABADO Ť 2 Ť JUNIO Ť 2001
Ť Autor de Nosotros estamos muertos, libro acerca del zapatismo
De no haber solución en Chiapas, el país se fragmentará: Jaime Avilés
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Es necesario entender la importancia de lo que significa Chiapas en la vida nacional, las amenazas que contiene para el país si el problema indígena no se resuelve; sin Chiapas, sin una solución que incluya a los pueblos indios (no sólo de Chiapas), el futuro solamente ''nos augura un desgarramiento como país".
La advertencia es de Jaime Avilés, hecha durante la presentación de su libro Nosotros estamos muertos (Editorial Océano), primera novela que se escribe acerca del levantamiento del EZLN, las razones de su lucha y la resistencia de quienes a sangre y fuego o mintiendo han obstaculizado una solución al conflicto.
Avilés señaló que negarles a los pueblos indios el reconocimiento ante la ley, es dejar abierta ''la posibilidad de una solución violenta". Consideró que el gobierno de Vicente Fox, igual que en su momento el de Ernesto Zedillo, está apostando ''a que el cansancio, a que los paramilitares, a que el desgaste, a que la guerra de baja intensidad, terminen por romper el zapatismo y se pueda pensar en una solución que los aplaste, que los extermine, que los ponga en fuga".
La estrategia de guerra del poder político y económico -denunció el escritor y cronista- ''sigue en pie, no ha bajado sus banderas, no ha tapado la boca de sus cañones".
Sobredosis de atole con el dedo
El columnista de este diario hizo un repaso del conflicto desde la marcha zapatista que llegó al DF en marzo de este año, convocando a observadores de todo el mundo. En vísperas de la llegada de los zapatistas hubo un ''tratamiento abusivo que se hizo de la propaganda montada en torno de la marcha". De eso formaba parte el ''concierto por la paz" en el Estadio Azteca que, a pesar de todo, ''sirvió para crear un clima bastante más potable de lo que hubieran pensado quienes lo diseñaron como arma propagandística contra los zapatistas".
Fox hizo declaraciones y tomó medidas que en ese momento crearon condiciones ''para que la marcha no tuviera tantos problemas. Llegan. Y después, en un acto inusitado y que a todos nos pareció muy promisorio, Televisa presentó sorpresivamente al subcomandante Marcos en un diálogo con Julio Scherer. Entonces, bueno, había señales de que la cosa iba caminando en el buen sentido de la historia y de la vida. Y luego vino la cereza del pastel, que fue el discurso de la comandante Esther ante el Congreso de la Unión. ƑY todo para qué? Para que el enorme aparato del Estado con la complicidad de los grandes medios electrónicos le dieran al país y al mundo una sobredosis de atole con el dedo, que se tradujo en el hecho simple de que a los indios los volvieron a engañar como indios, como siempre".
La ley que aprobó el Congreso ''es la ley de monseñor Abascal, la de Onésimo Cepeda y la de los inversionistas del norte del país que le apostaron primerito a Fox". Es la misma que Zedillo propuso en diciembre de 1996, como contrapropuesta a la de la Cocopa y que recogía los acuerdos de San Andrés. Todo este proceso que derivó en la ruptura del diálogo de los zapatistas con Zedillo, se cuenta de algún modo en Nosotros...
''Después de la marcha, del concierto en el Estadio Azteca, después de Scherer con Marcos en Televisa, después de todo el juego de la Presidencia, después de esta sobredosis de atole con el dedo, el Congreso, por medio de los diputados del PAN, con el apoyo de los senadores del PRI y con el sorprendente, inexplicable apoyo de los senadores del PRD, saca y aprueba la misma ley de Zedillo. Mi punto de vista es que esta ley es peligrosa para el país".
Avilés explicó que la diferencia central entre la propuesta de la Cocopa y la ley aprobada es el reconocimiento de la primera a los pueblos indios como sujetos de derecho público. Es decir: ''Tendrán una personalidad jurídica y podrán tener derecho sobre el territorio que habitan (no así sobre el subsuelo)". Esto, a su vez, les daría armas para defenderlos de la voracidad de quienes sólo ven en ellos (es el caso de Chiapas) una fuente de recursos naturales a la cual explotar sin restricciones".
De acuerdo con la ley aprobada por el Congreso, si un empresario decidiera abrir un campo de golf o crear un desarrollo turístico en dichos territorios, lo podría hacer sin problema. En cambio, si a los pueblos indios se les reconociera personalidad jurídica, podrían en términos de ley apelar a propósitos como el mencionado y pedir que todo se dirimiera en una querella judicial. En resumidas cuentas: ''El problema se resolvería por las vías civilizadas, por medio de los canales de la justicia".