Indignación de Gruen por negarle que fue pareja de Remedios Varo
Ť Como prueba de su relación íntima con la artista, invoca una misiva fechada en 1963
Ť A sus 8 años, Beatriz Varo no pudo conocer en un viaje relámpago nuestra vida marital, dice
MERRY MAC MASTERS
El viudo de Remedios Varo Uranga, Walter Gruen, se indignó por las declaraciones hechas a La Jornada (01/06/01) por Beatriz Varo Jiménez, sobrina de la pintora surrealista, en las que insiste en negarle a aquél su relación de marido y mujer con la artista. En específico, las palabras ''ni viudo, ni marido ni nada''.
A fin de mostrar una prueba más de su vínculo íntimo con la artista española, muerta en México, Gruen facilitó a este diario la copia de una misiva fechada el 31 de octubre de 1963, a los 23 días de fallecida Remedios, que le enviara doña Ignacia Uranga, madre de la pintora.
''Hablar de ella, ver sus cosas''
La carta manuscrita comienza así: ''Mi queridísimo
hijo Walter''. Después de una serie de parabienes, doña Ignacia
escribe: ''¡Hijo querido! Estoy completamente quebrantada y sin poder
hacerme a la idea de que he perdido a mi queridísima hija (q.e.p.d.)
durante el día me acompañan las MM y las otras señoras,
pero las noches son horribles, y a fuerza de las gotas que tomo puedo descansar,
me han querido llevar a San Sebastián y los hijos de Venezuela insisten
en que vaya donde ellos, pero yo no tengo fuerza para este viaje, ni para
nada, ya se van conformando, al ir a tu lado sí quisiera estar,
hablar de ella, ver sus cosas, su casa todo; cosa imposible, aquí
es donde mejor puedo estar, con la capilla en casa donde me refugio, y
donde junto al Sagrario alcanzo fuerzas para resistir este inmenso dolor.
Y Dios misericordioso me las da. También te decía que sí,
te vinieras en enero como me decías, será para mí
de gran consuelo y que me trajeras sus cosas íntimas que comprenderás
son reliquias para mí. ¿Y por qué me mandas este otro
cheque? Te lo agradezco en el alma, me acabais de mandar el de octubre
y no tenías que hacer esto. Ten por seguro, querido Walter, que
si necesito, no dejaré de decírtelo, lo mismo que puedo hacerlo
con Rodrigo (hermano de Remedios y padre de Beatriz). Tengo que dar siempre
infinitas gracias a Dios, porque en medio de mi gran tribulación,
tengo tantos consuelos, tanto de cariño, como económicos.
En Lili se ha celebrado un funeral y misas y aquí también
misas para nuestra pobre muerta (q.e.p.d.) algunas veces me hago la ilusión
de que no es verdad que ha muerto; pero la reacción es horrible.
Por favor, escríbeme enseguida y dime si has recibido mi anterior.
Las pruebas de cariño y condolencia que recibo constantemente me
conmueven extraordinariamente, no creía merecerlas.
''Adiós queridísimo. Ten siempre presente
que te espero en enero. Recibe muy fuerte y cariñoso abrazo que
quería dártelo de verdad. Tú madre, Ignacia.''
''La ignorancia de Beatriz''
Pregunta Gruen, ¿por qué me manda (doña Ignacia Uranga) una carta en ese tenor si Remedios no era mi mujer?
Beatriz Varo sostiene también que la pareja vivía en ''apartamentos diferentes''. ''Contiguos'', corrige Gruen y explica que efectivamente tuvo que rentar otro departamento en vista de que cada quien tenía dos gatos, a la vez que él había recogido un perro callejero y Remedios tenía miedo de estar todos juntos. Entonces, mientras los gatos de Remedios se quedaron con ellos en su departamento, los gatos de Gruen y el perro dormían en el departamento contiguo.
Además, Gruen señala que cuando se rentó el segundo departamento fue a mediados de los años cincuenta. Si Beatriz Varo vino a México teniendo ocho años en 1950 y ''sólo se quedó unos días'', desconocía la situación de ambos departamentos.