Ť El sexto hermano, de 15 años, se entregó y está cooperando con las autoridades
Continúa el cerco policial en Sandpoint, Idaho, en torno a cinco menores de edad armados
Ť "Estamos haciendo todo lo posible para evitar una confrontación", dijo el sheriff Phil Jarvis
DPA, AFP Y REUTERS
Sandpoint, Idaho, 1o. junio. Cinco hermanos me-nores de edad se mantenían atrincherados, por cuarto día consecutivo este viernes, en una casa en el estado de Idaho, para evitar que sean llevados por las autoridades a un centro de asistencia social.
Se cree que los hermanos, de entre ocho y 16 años de edad, tienen en su poder armas, y según las autoridades pasaron otra noche más sin agua, electricidad y alimentos.
Uno de ellos, Benjamin McGuckin, de 15 años, llegó la noche del jueves a la casa de un vecino, que lo convenció de entregarse.
El abogado de la familia vecina señaló que el joven nunca estuvo en la casa, sino que vagó estos días por el bosque, pensando en cómo burlar la barrera policial y en-trar a la vivienda.
Fuentes policiales dijeron que el menor, quien tiene signos de malnutrición, no ne-cesitó ser hospitalizado y que está colaborando con las autoridades.
En la casa donde viven los hermanos Mc-Guckin no hay electricidad, agua corriente, ni teléfono. La policía se mantenía el viernes a prudente distancia para evitar que la situación se complique.
"Estamos haciendo todo lo posible para evitar una confrontación", dijo el sheriff Phil Jarvis, quien dijo que no ha sido posible establecer contacto con los menores.
La hermana mayor de 19 años, que no vive ya con su familia, está trabajando con la policía para intentar convencer a sus hermanos de salir de la casa, mientras los vecinos declararon que la madre mantenía a los niños aislados de los demás y que les enseñó a no confiar en nadie.
La casa se ubica en una zona boscosa, en la curva de un camino de tierra, lejos de la vista de las autoridades. Esta situación se desató el martes, cuando la madre de los niños fue detenida después de que fue acusada de poner en peligro a sus hijos.
La mujer, Joann McGuckin, padece de sus facultades mentales, después de que su marido murió hace dos semanas por esclerosis. La madre cree que su marido fue envenenado y convenció de esto a sus hijos