Setbon indicó que el número de muertos hasta el momento es de 17 personas y no descartó la posibilidad de que la cifra aumente porque "estamos hablando de do-cenas de víctimas".
Las fuerzas de seguridad de Is-rael se encuentran en alerta máxima ante las amenazas en los últimos días de los movimientos in-tegristas Hamas y Jihad Islámica.
Precisamente este viernes, Ji-had, que se opone a los acuerdos de paz de Oslo, anunció que continuará sus ataques "selectivos" contra objetivos israelíes.
El portavoz del movimiento, Abdala al Chami, declaró durante una manifestación en Gaza, a la que asistieron unas mil 500 personas, "que las operaciones de los mártires continuarán muy en el interior de la entidad sionista".
El portavoz de Sharon, Raanan Gissin, acusó a Arafat y la ANP de instigar la violencia y advirtió que la "respuesta llegará en el momento y lugar en que decidamos".
Por lo pronto, el ejército reforzó en las primeras horas de este sábado el aislamiento de Cisjordania y la franja de Gaza, y en un comunicado pidió a los palestinos de esos territorios que se encuentran en Israel que regresen cuanto an-tes a sus casas.
En tanto, miles de palestinos participaron horas antes en el fu-neral del encargado de los asuntos de Jerusalén este, Faisal Husseini, quien murió el jueves de un ataque al corazón cuando realizaba una visita a Kuwait.
Dos helicópteros transportaron, por separado, los restos de Husseini y al presidente Arafat hasta la ciudad cisjordana de Ramallah, donde se realizó la ceremonia oficial en las instalaciones de la ANP.
Después el féretro, cubierto con la bandera palestina, fue conducido hasta la salida de Ramallah con destino a Jerusalén.
Cientos de personas ingresaron en la ciudad por la puerta de Da-masco gritando consignas nacionalistas y atravesaron el barrio musulmán hasta la Explanada de las Mezquitas, donde Husseini fue inhumado en Al Haram al Sharif (Monte del Templo para los ju-díos) al lado de su abuelo y su pa-dre, Abdelkader Husseini, quien murió durante el conflicto árabe-israelí en 1948.
Tras el entierro algunos jóvenes palestinos lanzaron piedras contra una residencia del primer ministro
Ariel Sharon en la ciudad vieja, y luego fueron dispersados por la policía israelí, aunque no se informó de heridos o detenidos.
En general, las fuerzas israelíes no intervinieron en la marcha y horas antes cerraron las áreas ju-días de la ciudad ante posibles brotes de violencia.
Israel capturó Jerusalén oriental en 1967, pero su anexión nunca fue reconocida por la comunidad internacional. Sharon sostiene que la ciudad permanecerá "eterna e indivisible" de los israelíes.
Arafat, quien no siguió la procesión hasta Jerusalén, acusó a Is-rael de provocar la muerte de Husseini debido a que "fue víctima de un ataque con gases lacrimógenos que agravó su estado de salud".
Gissin calificó las declaraciones del líder palestino como "pura mentira... No es la primera vez que Arafat o un miembro de su familia utiliza mentiras ridículas sobre el uso de gases tóxicos u otros venenos que provocan la muerte de pa-lestinos", dijo, y advirtió que de-claraciones como la de Arafat "no tienen otro objetivo que incitar al odio y la violencia".
Cinco jóvenes palestinos resultaron heridos por disparos de soldados israelíes en el paso fronterizo de Karni cuando lanzaban piedras a los uniformados, mientras activistas palestinos lanzaron nuevos ataques con obuses contra ob-jetivos en la franja de Gaza; cuatro de ellos cayeron cerca de la colonia judía de Slaw sin víctimas.
También se informó de disparos palestinos contra posiciones israelíes en Cisjordania.