VIERNES Ť 1Ɔ Ť JUNIO Ť 2001
Ť Concierto de patadas, jugadas intrascendentes y bostezos en las tribunas del Municipal
Aguascalientes venció 1-0 a La Piedad en el de ida por el ascenso a Primera
Ť El domingo, los de Michoacán tendrán todo a su favor Ť Bronca al final del partido
MIGUEL ANGEL RAMIREZ ENVIADO
Aguascalientes, Ags., 31 de mayo. Escoltado de una anémica ventaja salió el Aguascalientes de su cancha, en el partido de ida por el ascenso al máximo circuito del balompié nacional.
El 1-0 de hoy en el estadio Municipal está lejos de ser una garantía para el duelo definitivo del domingo, sobre todo porque se espera que La Piedad carezca de toda misericordia en la revancha.
Ningún acto de generosidad hacia la tribunas hubo por parte de los protagonistas. El primer encuentro de la final de la Primera A resultó un concierto de patadas, jugadas intrascendentes en la cancha y bostezos en las repletas gradas.
Ambos le dieron la espalda al buen futbol y sólo un error defensivo alteró la monotonía.
La primera parte fue la menos insufrible para los espectadores.
Al minuto 18, Oscar Rojas fue el que inquietó la meta del anfitrión Marco Antonio Cervantes y cinco minutos después Héctor Horacio Jiménez respondería con un tiro que obligó a una buena intervención del guardameta Saúl Sánchez.
La mejor jugada de esta etapa pasó por los pies del habilidoso Guadalupe García, quien al minuto 38 dejó a varios rivales de La Piedad en el camino y envió un pase que para mala fortuna de Carlos Manuel Rivas no alcanzó a conectar.
Abanicó dentro del área y se perdió una gran oportunidad para los Gallos. Con esto despertaron hasta los de la tribuna, que empezaron a animarlos con el "Gallos, Gallos".
Aunque cuando verdaderamente cantaron éstos fue al minuto 45, luego de que Lupe García concretara una error fatal de Roberto Domínguez y Alex Madrigal, quienes no se hablaron y dejaron que el balón se les pasara y le cayera al habilidoso delantero. A García sólo le restó fusilar al portero Sánchez para el 1-0.
El periodo final del trámite fue una tortura para los aficionados. Christian Patiño, al 50, remató un centro pasado que envió Rojas, pero el portero Cervantes alcanzó a rechazarlo. Después, al 53, un cabezazo de Germán Gorsd fue desviado por el arquero visitante, Saúl Sánchez.
Los de casa ya no buscaron tanto por arriba a su goleador Héctor Jiménez; se dedicaron a taparle cualquier acceso a los de La Piedad, mientras éstos no tuvieron el espíritu, la fuerza y la variedad en su ataque de otras ocasiones.
Estaban señalados como los favoritos, principalmente porque venían con ritmo; ellos no pararon, jugaron la final del torneo de Verano 2001 ante Toros Neza, mientras los Gallos (como campeones del Invierno 2000) pararon, se quedaron esperándolos para este compromiso final para el ascenso.
Se ausentó hoy el buen trato al balón, las acciones que llaman al aplauso en las gradas, aunque no faltó una "vuelta olímpica", como la del presidente municipal, Luis Armando Reynoso, cuando arrancó la parte complementaria.
Sin embargo, lo que se sentía más en fuera de lugar en el estadio era una imagen del Che Guevara, que aparecía junto a la leyenda "Resurrección".
Hoy, por lo pronto, fue un funeral en La Piedad y una fiesta aquí, en el Municipal. Porque cuando faltaban cinco minutos para que el árbitro Jorge Eduardo Gasso diera el silbatazo final, los aficionados locales empezaron a brincar y corear el olè, olé, olé. La canción del "Viva Aguascalientes" la escucharon desde antes del partido.
La gente que vino de La Piedad, un buen número por cierto, se fue con la derrota y uno que otro con un ojo morado, por la pequeña bronca en la agonía del trámite.