La guerra de los galanes
Leonardo Garcia Tsao
A falta de otros méritos, el cineasta francés Jean-Jacques Annaud pasará a la historia como el especialista en trivializar cualquier tema, por prestigioso que parezca. Bajo su simplificadora mirada, el avance evolutivo de unos hombres Cromagnon (La guerra del fuego), un misterio medieval basado en una novela de prestigio (El nombre de la rosa), la reivindicación budista de un nazi (Siete años en el Tíbet) y hasta la digna vida de un plantígrado (El oso), son objetos de un tratamiento que podríamos llamar EuroDisney. Es decir, un barniz de pretensiones europeas que no es suficiente para ocultar un esquematismo de base, digno del cine hollywoodense más superficial.
En su reciente Enemigo al acecho, Annaud sitúa su historia durante la batalla de Stalingrado que, según señala su rimbombante introducción ("Europa se hallaba oprimida por la bota nazi"), fue el punto crucial que decidió el rumbo de la Segunda Guerra. En efecto. Y también uno de los episodios más cruentos e inhumanos del siglo XX, el sacrificio de más de un millón de combatientes de ambos bandos, impotentes ante la megalomanía ciega de sus líderes. Sin embargo, poco de eso se aprecia en la película.
Annaud y su coguionista, Alain Godard, se concentran en la figura histórica de Vassili Zaitsev, un campesino de los Urales convertido en el francotirador estrella de los soviéticos, pues su heroísmo sirvió a una eficaz campaña de propaganda. Según la leyenda -difundida por el propio Zaitsev en su autobiografía- los alemanes encomendaron a un oficial, experto tirador, la misión exclusiva de matarlo. (En el libro definitivo Stalingrad, el historiador Antony Beevor dedica apenas dos páginas a la hazaña de los francotiradores, y afirma no haber encontrado ninguna comprobación del supuesto duelo con un oficial alemán).
Enemigo al acecho opta por rendirle culto a la leyenda y añadirle de su cosecha. Annaud inventa además un triángulo amoroso por el cual Zaitsev (Jude Law) se enamora de la judía intelectual Tania (Rachel Weisz) que lo admira como un héroe del pueblo; ella a su vez es cortejada por el oficial Danilov (Joseph Fiennes), quien resiente la eficacia de su propia campaña de propaganda al promover el sex appeal del francotirador.
A juzgar por los dramas bélicos estrenados este año, la Segunda Guerra fue propiciadora del eterno dilema de dos amigos enamorados de la misma mujer. Tanto Pearl Harbor, de Michael Bay, como Tmavomodry svet, del checo Jan Sverák, repiten ese mismo cliché en busca del público femenino que, por lo común, no acude a ver películas de guerra.
Aunque de producción europea, Enemigo al acecho trata de hacerse pasar por espectáculo hollywoodense. Ahí está el dudoso casting de los papeles principales, que da a pensar en la reunión de los soldados más carilindos de todo el frente soviético (en contraste con sus superiores, feos a un grado grotesco). Ahí está también la imitación del inicio de Al rescate del soldado Ryan, con una carnicería de las tropas en su intento por cruzar el Volga, que sirve para revalorar el virtuosismo técnico de Spielberg. A pesar de su espíritu patriotero, este realizador logró en la secuencia de la invasión de Normandía una vívida recreación de los horrores de la guerra. Annaud, en cambio, la hace ver tan artificial como la sangre que salpica la lente de la cámara.
Si bien la película encuentra sus únicos momentos interesantes en la cacería mutua entre el protagonista y el mayor König (Ed Harris, sobrio como de costumbre), entre las ruinas de una ciudad devastada, eso embona precisamente con la visión reduccionista de Annaud. Haciendo caso omiso de elementos históricos como los efectos devastadores del invierno, la escasez extrema de provisiones o la estrategia de los militares, Enemigo al acecho reduce la batalla de Stalingrado a un añejo duelo de clases, donde gana el humilde, claro, y hasta se queda con la muchacha.
ENEMIGO AL ACECHO
(Enemy at the Gates)
D: Jean-Jacques Annaud/ G: Alain Godard y Jean-Jacques Annaud, inspirado por los libros Enemy at the Gates, de William Craig, y Vendetta, de Derek Lambert/ F. en C: Robert Fraisse/ M: James Horner/ Ed: Noelle Boisson, Humphrey Dixon/ I: Jude Law, Joseph Fiennes, Rachel Weisz, Bob Hoskins, Ed Harris, Ron Perlman/ P: MP Film Management DOS Productions, Swanford Films Ltd., Little Bird Ltd. Alemania - G. Bretaña - Irlanda, 2000.