VIERNES Ť 1º Ť JUNIO Ť 2001

Ť Se eliminaron restricciones para comprar tierras

Sonora: reformas al artículo 27 constitucional provocan pobreza

MATILDE PEREZ U.

Las reformas al artículo 27 constitucional provocaron un cambio radical entre habitantes de los 13 ejidos ubicados entre los valles y serranías de las cuencas de los ríos San Pedro y Santa Cruz, Sonora. Lo que antes fueron superficies de siembra y agostadero hoy son regiones abandonadas o bien en manos de pocas personas que marcan las diferencias sociales.

Las condiciones de atraso, desigualdad y extrema pobreza son ya profundas. El continuo éxodo de los ejidatarios ha repercutido en la organización interna de los ejidos fundados entre 1937 y 1981, destaca el agrónomo José María Martínez Rodríguez en su estudio "El artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y sus efectos en los cambios potenciales en la tenencia de la tierra; estudio de caso de las áreas ejidales de las cuencas de los ríos San Pedro y Santa Cruz".

Con las modificaciones jurídicas se eliminaron las restricciones a extranjeros para comprar tierras, así como los derechos de agua de origen ejidal en las zonas fronterizas, la zona de la costa y el resto del país. En la cuenca del río Santa Cruz, las áreas ejidales suman 88 mil hectáreas, mientras que en la cuenca del San Pedro son 102 mil hectáreas.

A partir de 1992 --año en que se cambió el artículo 27 constitucional y por tanto inició el mercado de tierras-- poco más de 30 por ciento de los ejidatarios de ambas cuencas han vendido sus derechos, y destaca el caso del ejido José María Morelos, con una superficie de 52 mil 685 hectáreas, en donde 70 por ciento de sus 175 socios ya traspasaron sus títulos.

De acuerdo con el agrónomo, el acaparamiento de la tierra y la concentración de ganado --la mitad del ganado existente en las comunidades de ambas cuencas es propiedad de menos de diez familias de cada uno de los 13 ejidos-- marcaron un cambio social. Pero los nuevos propietarios no aplican nuevas tecnologías que impidan una destrucción ecológica, ya que hay una sobrexplotación de los mantos acuíferos y paulatinamente se pierde la frágil biodiversidad de ambas cuencas.