VIERNES Ť Ť JUNIO Ť 2001

Ť El padre murió recientemente y la madre, una enferma mental, fue arrestada

Seis hermanos "se atrincheran" para no ser llevados a un centro de asistencia social en EU

AP, AFP Y REUTERS

Sandpoint, 31 de mayo. Seis hermanos, cuyas edades oscilan entre los 8 y 16 años se mantienen atrincherados en su casa ubicada en la localidad de Garfield Bay, 16 kilómetros al norte de Sandpoint, Idaho, para evitar que las autoridades los trasladen a un centro de asistencia social, tras el arresto de su madre y la muerte de su padre.

CHILDREN_STANDOFF"Están armados", dijo el sargento Robert Rahn, del condado de Bonner, "pero no los rodeamos, hemos estado tratando de hacer contacto, y no han infringido ninguna ley", aseguró.

Los menores permanecen encerrados por propia voluntad en su casa y dejaron libres a sus bravos perros para enfrentar a la policía, según los vecinos.

La situación se desató el martes pasado, tras el arresto de su madre JoAnn McGuckin, de 46 años, afectada mentalmente y quien tiene cargos de poner en peligro a sus hijos, luego que su esposo, Michael McGuckin, murió hace dos semanas por esclerosis múltiple.

La mujer fue detenida después de salir de su casa con un agente de la policía que le ofreció dinero para comida.

De acuerdo con las autoridades, cuando la policía regresó a la casa con la intención de dar la custodia de los menores a trabajadores del servicio social, uno de los niños gritó "tomen las pistolas" y otro soltó a los perros de ataque que se encontraban en el sótano de la vivienda.

El sargento Robert Rahn indicó que ante esta situación pidió la colaboración de una hermana de los menores, de 19 años, quien se mudó recientemente de la casa.

Mary Peters, quien conoce a la familia, dijo que eran muy sociables antes de que Michael muriera. Según la vecina, la enfermedad y los problemas financieros posteriores afectaron mentalmente a JoAnn. Ella se convenció que la enfermedad de su marido fue causada por químicos esparcidos en las carreteras y que el gobierno planeaba llevarse a los niños, a quienes persuadió con esa idea.

"Trataba de cultivar su propia comida, porque ella pensaba que si compraba comida, podría estar envenenada", señaló Peters.

Asimismo, explicó que los niños "no tienen agua, electricidad, calefacción, tampoco nada que comer".

El sacerdote Dennis Day, que ofició el funeral de Michael en la Iglesia católica de San José en Sandpoint, dijo que la familia rechazó toda oferta de ayuda y parecía consumida por la paranoia.

Una caso similar ocurrió en 1992 y duró una semana, entre agentes federales y el supremacista blanco Randy Weaver, cuando la situación terminó en un tiroteo que acabó con la vida del hijo de Waver y más tarde con su esposa, Vicky.