VIERNES Ť 1Ɔ Ť JUNIO Ť 2001
Ť El ex diplomático de EU habría aprobado "aniquilar" subversiones en Sudamérica
ONG internacionales reúnen firmas para despojar a Kissinger del Nobel de la Paz
Ť Soslayó advertencias de la CIA sobre un baño de sangre si había golpe contra Allende
STELLA CALLONI CORRESPONSAL/II
Buenos Aires, 31 de mayo. Ante la evidencia de que en todos y cada uno de los juicios abiertos por los crímenes en Sudamérica y la Operación Cóndor es infaltable la figura del ex secretario de Estado estadunidense Henry Kissinger, grupos humanitarios de distintos países están recogiendo firmas para que se le despoje del premio Nobel de la Paz.
Entre los datos que posee el juez español Baltasar Garzón figuraría una interesante reunión realizada en junio de 1976 en Santiago de Chile entre figuras claves de las dictaduras de ese país y de Argentina, donde Kissinger habría dado su visto bueno para "aniquilar de una vez por todas a la subversión" a solicitud explícita del almirante César Guzzeti, enviado por el dictador Jorge Rafael Videla.
La desclasificación de archivos y documentos en los últimos tiempos deja en claro la magnitud de las conspiraciones que muestran con una irrebatible certeza quién mecía la cuna de la muerte.
En julio de 1999 y ante la presión mundial Estados Unidos desclasificó unos 5 mil 800 documentos secretos, muchos de los cuales fueron enviados a Chile. Ahí se verifica, entre otra serie de datos, que la propia CIA había advertido que si se realizaba el golpe militar contra Salvador Allende, instigado por Washington, habría "un baño de sangre", pero esto no impidó que Richard Nixon y Kisinger siguieran adelante.
Entre algunos de los papeles secretos que se conocieron figura la nota de William Broe, director de la División Hemisferio Occidental, donde señala -después de la reunión de Nixon con Richard Helms y Kissinger en septiembre de 1970- que "el presidente Nixon ha decidido que el gobierno de Allende no es aceptable para Estados Unidos. El presidente ordenó a la agencia (CIA) impedir que asuma el poder o desestabilizarlo. El presidente autorizó 10 millones de dólares para este propósito. La agencia no debe reportar a los departamentos de Estado o de Defensa. El director de la CIA se reunirá directamente con Kissinger".
Decenas de documentos similares se acumulan ya en diversos juzgados del mundo. Entre las más de 120 transcripciones de cintas grabadas por el propio sistema instalado por Nixon, liberadas por el Archivo Nacional el 25 de febrero de 2000, surge la participación del mismo mandatario en el Watergate y los ocultamientos de Kissinger sobre las atrocidades cometidas en Chile.
El 8 de junio de 1976, Kissinger se entrevistó con Pinochet para expresarle el total apoyo de su gobierno a la "lucha anticomunista" y no dudó en declarar las simpatías de Washington por lo que estaba haciendo el dictador chileno.
Como Pinochet estaba ansioso por las fuertes demandas internacionales sobre derechos humanos, y evidente y paranoicamente furioso por las actividades de los políticos democristianos en el exilio, Kisisnger le dijo que a los estadunidenses no les interesaban los demócratas cristianos chilenos.
Fue un mensaje claro después del frustrado intento de asesinato del democristiano chileno Bernardo Leighton y su esposa Anita en Roma en 1975.
Ante la Organización de Estados Americanos Kissinger fue muy claro al advertir que la valoración de la Comisión de Derechos Humanos de esta organización sobre lo que sucedía en Chile había empañado la relación con Estados Unidos y que los amigos de Chile (de Pinochet) "esperan la remoción de los obstáculos".
En una parte de la conversación (que figura en un memorándum guardado por el Departamento de Estado), Kissinger explicó a Pinochet que "en Vietnam nos derrotamos a nosotros mismos por nuestras divisiones internas. Los comunistas llevaron a cabo una campaña de propaganda de ámbito mundial", lo que cayó como anillo al dedo al dictador chileno que dijo "padecer" esa misma situación, pero "por desgracia no disponemos de los millones necesarios para contrarrestarlo".
Diálogos
Fue en ese momento cuando Kissinger le respondió que "en Estados Unidos, como usted sabe, simpatizamos con lo que usted está intentado hacer aquí. En mi opinión el gobierno anterior estaba abocado al comunismo. Le deseo lo mejor", y opinó que Pinochet era "víctima de todos los grupos izquierdistas del mundo. Y su mayor pecado es que ha derrocado a un gobierno que se dirigía hacia el comunismo".
Fue también en esa reunión donde el dictador chileno mencionó a Orlando Letelier varias veces y dijo estar preocupado por las "informaciones falsas" que éste entregaba al Congreso estadunidense sobre lo que sucedía en Chile. En septiembre Letelier fue asesinado en Washington.
El ex presidente George Bush padre, entonces director de la CIA, y Henry Kissinger, ocultaron toda la información sobre este caso, donde actuaron la CIA, la Dina y comandos anticastristas que formaban parte de los equipos cercanos al ex mandatario. Bush intentó desviar las investigaciones.