viernes Ť Ť junio Ť 2001

Silvia Gómez Tagle

Perder con dignidad: el caso Yucatán

Sería interesante que el candidato del PRI a la gubernatura del estado de Yucatán, Orlando Paredes Lara, explique a la opinión pública qué quiere decir cuando declara: "la jornada electoral del domingo pasado estuvo plagada de irregularidades", por lo que solicitará al Tribunal Electoral del Estado la nulidad de las elecciones (Reforna, 31 de mayo, pág. 14Ű), porque considera que tanto la Secretaría de Gobernación y de la Procuraduría General de la República (PGR) intervinieron a favor del PAN.

Ciertamente, las elecciones del 27 de mayo del presente año, de gobernador, diputados locales y ayuntamientos, han puesto en tensión a todas las instituciones locales y federales involucradas directa o indirectamente en su organización desde agosto de 2000, pero en general los hechos indican que han sido precisamente los priístas, liderados por el actual gobernador, Víctor Cervera Pacheco, quienes han violentado las normas electorales. Por ello resulta sorprendente que sean ellos los que ahora pretendan impugnar los resultados con este tipo de argumentos.

Los problemas empezaron el 30 de agosto, cuando la mayoría priísta del Congreso de Yucatán ratificó a los integrantes del Consejo Electoral del Estado, violando el Código Electoral en sus fracciones II y III del artículo 86. A partir de esa fecha se ha producido una interminable cadena de litigios ante el Tribunal Electoral del Estado de Yucatán y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que han involucrado también a la Suprema Corte de Justicia, a la PGR, a la Secretaría de Gobernación y al Instituto Federal Electoral, y que muestran las dificultades que todavía se enfrentan para consolidar las instituciones democráticas en las entidades gobernadas aún por el PRI, donde se resiste a reconocer la legitimidad de las instituciones electorales que han permitido avanzar en la transición democrática.

Finalmente, el 10 de mayo pasado, los siete consejeros insaculados por el TEPJF tomaron posesión de las instalaciones y toda la documentación relacionada con los comicios. En sólo tres semanas los nuevos consejeros tuvieron que asumir la responsabilidad de organizar un proceso electoral que ya estaba por culminar con las elecciones del 27 de mayo, por eso fue necesario aceptar muchas de las decisiones que previamente había tomado el Consejo Electoral anterior, entre otras, los nombramientos de consejeros distritales y municipales.

El PAN ha sido el único partido de oposición con fuerza importante en Yucatán; sin embargo, ante una elección tan difícil, el PRD, el PT y el PVEM decidieron una alianza a principios del mes de marzo con el fin de unir sus fuerzas contra el PRI y, específicamente, contra la dominación de Cervera Pacheco.

El domingo 27 las encuestas de salida de diversos organismos daban una clara ventaja del PAN a la gubernatura, Patricio Patrón Laviada; también el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), con alrededor de 60 por ciento de las actas, favorecía al candidato panista. Pero esos resultados se podrán confirmar en forma definitiva hasta el próximo domingo, porque el PREP fracasó por la falta de cooperación de los consejeros municipales y, en algunos casos, hubo franca insubordinación. En particular el Consejo Municipal de Mérida, que se ha destacado por su simpatía por el partido tricolor, decidió en pleno no entregar ninguna de las actas al Consejo Estatal.

El cómputo municipal celebrado el 30 de mayo también arroja un resultado favorable para el PAN en 27 municipios; en dos se reconoce el triunfo del PRD y en dos del PVEM. Entre los municipios ganados por la oposición se encuentran la ciudad de Mérida, Peto, Umán, Tizimín y Motul, que en conjunto deben representar entre 70 y 80 por ciento de la población total del estado, a pesar de que para estas elecciones no en todos los casos hubo alianzas entre los partidos.

En el largo y controvertido proceso electoral de Yucatán ha quedado en evidencia el uso discrecional del poder que ha hecho Cervera Pacheco y el control que mantiene tanto en el Congreso, como sobre el Tribunal Electoral de Yucatán. ƑSerá que ante el impulso de cambio político que ha prevalecido en el país después del 2 de julio la única esperanza del PRI sea manipular los resultados electorales? Parece que no tuvieron confianza en ganar las elecciones con la simpatía de la población a la que Cervera Pacheco ha gobernado casi diez años. ƑDónde quedó el apoyo popular del que tanto se ha ufanado? A partir de esta experiencia el PRI y todos los partidos deberían aprender a ganar las elecciones con votos y no con influencias especiales o mediante el uso de recursos gubernamentales. Y cuando las simpatías populares no les favorecen, deben aprender a perder con dignidad.