Ť Aspiro a ser escuchado con credibilidad, dice el director de Panorama Informativo
El periodista que no es veraz es expulsado por la profesión: Guillermo Ochoa
Ť Afirma que "hay quienes en busca de lo oportuno la riegan antes que los demás"
ARTURO CRUZ BARCENAS
De lunes a viernes, de 6 a 10 de la mañana, Guillermo Ochoa (Memo, como le decían las miles de admiradoras que tuvo cautivas cuando dirigía el programa matutino Hoy Mismo, de Televisa) es escuchado en 78 estaciones de Radio Acir, en el noticiero Panorama Informativo. El primer reto es levantarse temprano, lo cual hace a las cuatro de la madrugada. "El otro reto es el de siempre, el propio del periodismo: transmitir información, aunque no es un reto adicional". Retos, retos. Llegó a tal emisión en lugar de Ricardo Rocha.
-¿Qué piensa de las suspicacias que se levantaron cuando usted llegó a Radio Acir y se comentó que con usted la emisión giraría más hacia algo parecido a la revista?
-Que es estúpido. El periodismo es uno, pero de su ejercicio cada quien tiene una forma, de acuerdo con su personalidad.
-Se dice que el de usted es el programa número uno, en varios sentidos. ¿Qué hacer para mantenerlo?
-No es el número uno. Para mí sería el número uno porque lo hago yo; está bien para el tiempo que lleva conmigo -dos meses-; va a estar mejor, pero sólo un milagro, sólo Dios, si bajara, si Cristo baja, haría que tuviera más auditorio que programas que llevan 20 años o más...
-¿No cree usted en el rating?
-No creo mucho, honestamente. Es más, no creo que los que hacen los ratings crean mucho en ellos. En televisión tienen monitores, 2 mil y tantos que dicen dónde están ubicados. En radio se hace mediante el sistema de recordación; no es muy exacto, no es preciso. ¿Qué demuestra el rating? Los talk shows tienen altos ratings; no aspiro a eso, sino a ser escuchado con credibilidad...
-¿Le interesa crear opinión?
-Quiero que me escuchen; lo de la opinión ya no es asunto mío; quiero que me hagan caso y que me crean.
-Antes se decía "lo dijo Jacobo", ahora "lo dijo Joaquín", ¿le gustaría que se dijera "lo dijo Memo"?
-Sí, porque eso implicaría que me escuchan, pero como si fuera una autoridad, como si fuera el Papa. Soy un periodista, y ya.
-La radio ha cambiado y predominan, hoy, los informativos sobre los musicales, en las mañanas...
-Eso fue hace décadas. Y hace décadas yo oía a Francisco Javier Camargo, que tenía un programa deportivo maravilloso, y escuchaba noticias. Ahora hay mucha competencia. Que la barra matutina esté dominada hoy por noticieros, me encanta. Ganar mil personas más de auditorio cuesta trabajo; hay una competencia brutal. Leí que hay 21 noticieros en la mañana. No hay nada más democrático que el dial de la radio: no me gusta, te cambio; no te creo, le cambio.
-¿Tiene ofertas para regresar a la televisión?
-Las tuve, pero ya no y, la verdad, tampoco tengo muchas ganas de regresar. Uno debe trabajar donde se sinta bien. Ahora que tampoco creo que la tele se esté tronando los dedos para que yo regrese.
-¿Qué periodistas pueden decir ahora la verdad?
-Todos.
-¿Unos más que otros?
-Uno escoge si dice la verdad o no. Estamos viviendo una época sensacional en materia de medios de comunicación.
-¿Le gusta dar primicias?
-¡No!, ¿por qué antes que nadie? Sí, hay que ser oportunos, sí, pero lo importante es ser veraces. Hay quienes en busca de lo oportuno la riegan antes que los demás. Hay una gran prisa por meter la pata. Nos lo demostraron las recientes elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
-¿Qué pasó?
-Hicieron un ridículo... Hay más tiempo que vida. Es la pura presunción del periodista de decir que dijo algo antes que nadie. El que no es veraz es expulsado por la propia profesión. Igual que los que se meten por ser una carrera de moda. Cuántas revistas de esos gacetilleros había antes; se está limpiando el ambiente, por la gente.
-¿Y la crítica?
-Yo la ejerzo como Dios me da a entender, de acuerdo con mi criterio. Que he fallado, sí, muchas veces. Estoy por un ombudsman para el escucha, el lector y el televidente, porque a veces manchamos prestigios.
-¿Extraña el cariño de la gente que lo veía en televisión?
-Lo tengo en la radio. Aquí hago lo mismo que en la tele. Yo salí de Televisa porque ya no estaba a gusto, o como dicen las sirvientas: ya no me hallaba. ¿Mis metas? Levantarme mañana temprano y hacer un buen programa... ¡claro¡ Seguir conservando el trabajo.