DOMINGO Ť 27 Ť MAYO Ť 2001
Ť Efecto de quiebras, ventas y fusiones; es un "fenómeno mundial": líder de Fenasib
Cayó 41% en 7 años la planta laboral bancaria
Ť Habría sido un error oponerse a despidos, asegura; "somos gente de otro tipo, sin grilla"
FABIOLA MARTINEZ
En los últimos siete años, la plantilla de trabajadores bancarios en el país disminuyó poco más de 41 por ciento, de 120 a 70 mil sindicalizados, y se teme que continúe a la baja por las ventas, quiebras y fusiones de instituciones de crédito.
Enrique Aguilar Borrego, dirigente de este gremio desde 1991, reconoció lo an-terior pero adujo que este panorama no es exclusivo de México, porque el número de trabajadores de la banca en el mundo -comercial y de desarrollo- ha decrecido de 10 a siete millones de empleados de 1995 a la fecha.
Se trata, dijo, de una baja generalizada ante los cambios tecnológicos, la sustitución de mano de obra por máquinas y múltiples intermediarios financieros. En Brasil, uno de los bastiones del sector en América Latina, había 800 mil empleados bancarios y hoy no llegan a 300 mil.
En México la cifra se había mantenido más o menos constante antes de la crisis de 1995, en unos 120 mil trabajadores de base, pero a partir de entonces -año en que "técnicamente quebraron todos"- ese sector no ha logrado despegar.
"Los trabajadores bancarios simple y sencillamente corremos la misma suerte que la banca y, en el caso de nuestro país, es posible que al final de este año toda la banca quede en manos de extranjeros. Actualmente sólo quedan tres bancos propiedad de mexicanos (Bancrecer, en poder del IPAB, Bital y Banorte).
"Ante los cierres los sindicatos no podemos hacer nada. Imagínese, es como si por un avance de la tecnología se cambiara la telefonía por otro método; ahí los telefonistas irían a la calle aun cuando se pararan de manos y realizaran toda clase de protestas", manifestó.
Tras el colapso económico-financiero de 1994-1995 han desaparecido como tales 20 instituciones, entre las que destacan, por el número de empleados, Banca Cremi, Banpaís, Bancen, Promex, Oriente, Obrero, Unión, Banpeco y Finasa. Ahora se prevé la venta de Bancrecer, en poder del IPAB, el cual se sostiene gracias a los contribuyentes.
Al hacer este balance, el dirigente y diputado federal, quien ha permanecido al frente de la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios (Fenasib) tras dos reelecciones con apoyo del Congreso del Trabajo y el PRI, sostiene de manera tajante que hubiera sido un error oponerse a los cierres de sucursales, ventas y fusiones.
"Impedir los despidos hubiera sido la peor estupidez; una postura de esa naturaleza no se le puede ocurrir a un ser humano pensante. Por ejemplo, en el caso del cierre de Cremi si yo le hubiera movido tantito no se van a la calle dos mil, sino los cinco mil... nos guste o no, eso es lo que hacen los capitalistas, se unen o venden al mejor postor."
El futuro de Banamex
Respecto a la reciente compra de Banamex por el estadunidense Citigroup, Aguilar Borrego -quien inicialmente auguró "ajustes de personal"- afirma que el director de Administración, Alberto Navarro, se comprometió a respetar la ac-tual plantilla, que asciende a 29 mil trabajadores, incluido personal de confianza. "Hay voluntad de no despedir a nadie y, por nuestra parte, mucha razón de creerles", expresó.
Banamex se hará cargo de la administración en los próximos tres años "porque Citigroup sabe que es un banco mucho más exitoso y con amplia presencia, características necesarias para atacar el mercado latino y convertirse en el primer grupo bancario en la región", aseguró.
No fue posible corroborar los datos an-teriores porque los dirigentes sindicales de Banamex y Citibank no aceptaron conversar con este diario. "No les gusta ha-blar con la prensa, para eso me tienen a mí", explicó el líder. El departamento de Relaciones Públicas de Banamex no proporcionó información en torno al eventual movimiento de personal.
El dirigente, con 26 años de antigüedad adscrito a Santander -antes Somex e Inverméxico-, a quien se han encomendado en años recientes las relaciones políticas con la Secretaría de Hacienda, el Congreso del Trabajo y la Asociación de Banqueros de México, reconoció que este gremio es "relativamente apático" ante cualquier movilización, bloqueos y otras protestas para defender las plazas.
En 1996 se registraron dos marchas de empleados bancarios, paros técnicos y emplazamientos a huelga ante la pretensión de gravar sus préstamos, una de las prestaciones -junto con el servicio médico privado- más defendidas por este sector. Sin embargo, insistió, "la protesta no es la costumbre del empleado bancario; somos gente de otro tipo, sin grilla".
Ante ello, propuso, el gobierno federal debe buscar alternativas para fortalecer las instituciones de crédito, particularmente la banca de desarrollo, y abrir la banca regional, como únicas alternativas para seguir en el mercado y asegurar los empleos en este sector.