DOMINGO Ť 27 Ť MAYO Ť 2001

Ť Necesitamos definir el rumbo del instituto para los próximos 25 años: Enrique Villa

Urgentes, cambios de fondo en el Politécnico; reforma académica y autonomía, primeros pasos

Ť Este año se redujo el número de solicitudes de ingreso Ť Se busca una mejor colocación de sus egresados en el mercado de trabajo Ť El sector privado, posible alternativa

JOSE GALAN

El Instituto Politécnico Nacional (IPN) entró en una crisis que se refleja claramente en la disminución de su matrícula y solicitudes de ingreso, sobre todo para los niveles medio superior y superior. Si en el periodo 1996-1997 el número de alumnos inscritos para las vocacionales fue de 25 mil 374 jóvenes, para el periodo 2000-2001 la cifra descendió a 23 mil 634 alumnos. Asimismo, en el caso del nivel superior, en el periodo 1999-2000 el número de inscritos fue de 21 mil 40 jóvenes y para el periodo 2000-2001 cayó a 20 mil 255.

Actualmente cuenta con una matrícula total de 174 mil 670 alumnos, 68 mil 546 en el nivel medio superior, 100 mil 186 en el nivel superior y 5 mil 938 en posgrado; 59 por ciento de la matrícula se concentra en las áreas de ingeniería y ciencias físico-matemáticas. En el caso de los maestros, actualmente hay 14 mil 415 docentes de tiempo completo y 7 mil 59 por horas. La edad promedio se ubica en 52 años y la plantilla presenta un promedio de antigüedad de alrededor de 20 años.

El secretario académico de la institución, Enrique Villa, sostiene que es hora de llevar a cabo cambios urgentes en el Poli, sobre todo impulsar la reforma académica, ante la perspectiva de que el instituto sea dotado de autonomía. ''Interpretamos el cambio de régimen jurídico no como un cambio en sí mismo, sino como un medio para buscar la transformación y definir el rumbo del Politécnico para los próximos 25 años'', sostiene.

Así, enfrentado a un rezago histórico en infraestructura y recursos, con el reto de consensar su autonomía y reformar planes de estudio para lograr una mejor colocación de sus egresados en el mercado de trabajo, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) apuesta por el sector privado para consolidar su posición como una de las principales instituciones de educación superior en el país. Pero aún no sabe cómo insertar el compromiso social para el que fue creado dentro de sus planes educativos destinados a mantener el paso de la globalización.

Orígenes, presente y futuro

Miembros de la comunidad politécnica platicaron con La Jornada sobre el futuro de la institución, y aunque no hay certeza sobre el rumbo que han fijado las actuales autoridades, sí tienen claro que los orígenes del Poli -una institución destinada a crear y desarrollar tecnología preparando a miembros de las clases sociales más humildes del país- no se deben perder de vista.

Las autoridades politécnicas buscan promover un nuevo esquema formativo sin perder -afirma el secretario académico, Villa- la carga nacionalista y la convicción social que siempre han animado a la institución. ''No vamos a perder de vista estos objetivos, pero debemos traspasarlos a un nuevo entorno, una nueva realidad como la que vive el país''.

En este sentido, Yoloxóchitl Bustamante, coordinadora general de Vinculación, revela que el IPN tiene la intención de generar entre sus jóvenes una ''visión de la vida real. Saber enfrentar decisiones, y que no sirvan nada más de empleados''. Para ello, en la reforma educativa buscará combinar con las habilidades tecnológicas que caracterizan al Poli, la capacidad de gestión porque, dice la funcionaria, ''hoy en día la competencia en el mercado laboral es muy difícil. Los egresados del Instituto Politécnico no tienen las mismas posibilidades que aquellos que egresan de universidades particulares''.

Acepta que las oportunidades de trabajo no crecen al ritmo de la población, ''pero nuestros egresados deben buscar ascender, tener mejores posiciones en la vida'', y reconoce que la situación económica por la que atraviesa la institución ''es difícil. No se pueden tener todos los recursos para sacar adelante programas y reformas. Pero tenemos que hacerlo''.

El IPN cuenta ya con una estructura de vinculación sustentada en un modelo que incorpora comités de vinculación en cada escuela, y que tienen como objetivo ''promover una cultura empresarial acorde con el avance de la ciencia y la tecnología como componente sustantivo del perfil del egresado''. En este sentido, las autoridades han puesto énfasis en el Programa Institucional para la Formación de Emprendedores y Promoción de Empresas Innovadoras.

''Yo estoy de acuerdo con el director Correa Jasso'', dice Jorge Loaiza, estudiante del segundo semestre de procesos industriales de la Vocacional 1. ''ƑPara qué queremos en el Poli carreras de utopía o de desempleo? Yo le tiro a trabajar en la gran industria, y creo que es una manera de sacar al país adelante'', argumento en el que coincide José Arvizu Hernández, que estudia segundo semestre en la Vocacional 11, y para quien un tema importante ''es que tenemos muy presionados los semestres. Prácticamente son de cuatro meses de clases. Deberían estar más alivianados si es que queremos llegar bien preparados para la empresa privada''.

Fernando Avila estudia también procesos industriales en la Vocacional 11. Quiere una preparación a nivel técnico que le propicie un trabajo bien remunerado en la industria. ''Y no tenemos en el Poli nada qué pedir a la universidad privada. Estamos al mismo nivel en equipos, aunque estaría bien que modernizaran las fresadoras, los tornos, los laboratorios''.

Las autoridades académicas conocen el capital que genera la institución en las áreas industrial, científica y tecnológica, pero saben también que ese capital no ha sido, en el mejor de los casos, ampliamente aprovechado tanto al interior como al exterior. Y con esta idea en mente defienden a la primera oportunidad la reforma académica planteada por el director general, Miguel Angel Correa Jasso.

Hilario López Garachana fue profesor durante 31 años en el Politécnico. Ya jubilado, incluso, fungió como director de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) de 1983 a 1984. Considera necesario que el Poli prepare jóvenes para la vida, y para la actividad productiva, pero opina también que la institución ''no ha perdido ni debe perder su esencia social, su compromiso''. Desgraciadamente, lamenta, ''no podemos disociar mercado y carácter social. Una realidad es que las instituciones educativas debemos preparar a la gente para su inserción en el mercado de trabajo''.

Advierte: ''Tenemos, sin embargo, un problema muy grave en cuanto a salarios y capacitación de maestros. La planta docente es muy grande en edad y la jubilación, en el mejor de los casos como profesor C, que es mi ejemplo, se lleva a cabo con diez salarios mínimos al mes. Por eso se deben subir los beneficios e impulsar los programas de formación de docentes. Además, nos deben dar la oportunidad de tener ingresos propios''.

Agrega: ''Toda proporción guardada, lo que estará pasando en los próximos tres años será tan significativo como lo que ocurrió en 1936, cuando el Politécnico fue fundado por el general Lázaro Cárdenas'', añade Enrique Villa. ''Buscamos una reingeniería del IPN que nos permita valorar a la institución como ente de servicio para la comunidad''.

Para el funcionario académico, el Poli debe reposicionarse mediante la búsqueda de la calidad en todos los niveles, particularmente en la investigación, el desarrollo tecnológico, las relaciones con el entorno social y económico. Insiste en que se requiere ''una nueva visión'', mediante esquemas modernos, que permita a la institución contar con programas flexibles que puedan sostener la interrelación del alumno y el docente con otros centros de educación superior.

''La formación técnica debe cohabitar armónicamente con una formación humanística'', responde ante las inquietudes de que el Instituto Politécnico pueda perder su perfil de factor social en el país. ''Pero faltan herramientas, como relaciones humanas, idiomas, tecnologías de punta y una mejor expresión escrita y oral entre nuestros y alumnos, que además deben aprender a trabajar en equipo''.

Alfredo García terminó comercio internacional y está en exámenes para lograr la maestría en la Unidad de Posgrado. Considera que los planes de estudio del instituto ''deben hacerse en función de las necesidades del país. Pero no habría que dejar de lado cuestiones sociales y sólo pensar en el mercado. El Poli no debe dejar de ser una conciencia crítica y social para un país como el nuestro, con tantos desequilibrios''.