SABADO Ť 26 Ť MAYO Ť 2001
LA FIESTA EN PAZ
Leonardo Páez
Confirmación de un fiasco anunciado
DESDE LA BELLA Aguascalientes envía documentado texto el escritor taurino Xavier González Fisher, una de las plumas independientes más críticas y sustentadas del país, para confirmar lo que en este mismo espacio pronosticamos el pasado 12 de abril en el artículo Aguascalientes: feria al garete.
AL FINAL DE cuentas -co-mienza González Fisher- se acudió al sobado expediente de acomodar lo que había a mano, situación que repitió los mismos nombres que venimos viendo anunciados desde hace casi un cuarto de siglo, aunque con algunas inclusiones de toreros jóvenes que buscan acomodarse (término preciso, añadimos nosotros, ya que estos diestros ni remotamente logran desbancar a los que aún figuran).
SALVO LA CORRIDA de Corlomé -continúa el también cronista-, los encierros tuvieron muy escasa presencia. Se podrá argüir que casi ningún toro fue protestado durante el serial, pero dada la pobreza de los carteles anunciados por la empresa, los pocos asistentes a los festejos más bien fueron a echarse sus frías y a buscar diversión -no emoción- a como diera lugar, sin reparar en lo que salía por toriles.
LOS DE CORLOME fueron toros que tenían mucho para toreárseles y que dada la codicia con la que embestían, transmitieron emoción a los tendidos. Toros que se comían la muleta y que dieron la sensación de que podían herir a sus matadores, ambiente que no se vivía desde hace muchos años en la Plaza Monumental (arbitrariamente malbaratada por la administración del gobernador Otto Granados, hay que repetirlo siempre, perdiéndose así la oportunidad de concesionar el coso a empresarios más imaginativos).
EL RESTO DE la feria fue un desfile cansino de mansos. En esto la feria fue una lección muy importante para los criadores mexicanos... después de ver que ganaderías que eran disputadas por las figuras, como la de Begoña, sacaron al ruedo una colección impresentable de bueyes propios para las faenas del campo, y que las corridas de José Garfias, Fernando de la Mora, Pilar Labastida y La Venta del Refugio salieron carentes de bravura, llegamos a la conclusión de que algo radical se tiene que hacer pronto en el llamado campo bravo mexicano, porque tras la serie de traspiés en la Plaza México y los ocurridos durante la feria recién terminada podemos ver que no es obra de la casualidad la salida de un manso tras otro (y encima se cobre como fiesta brava).
SE CORTARON 20 orejas en corridas de toros, sin embargo todas, todas, las orejas cortadas se obtuvieron al son de la Pelea de Gallos, composición del chileno Juan S. Garrido que inmortaliza las actividades propias de los palenques y que poco o nada tiene que hacer en una plaza de toros (como no sea alcahuetear la labor de los diestros, el criterio de los jueces y el gusto taurino de las multitudes).
EL UNICO LLENO corrió a cargo del inefable Pequeño Gigante de Monterrey, cuya actuación fue aderezada por un frívolo mano a mano de bandas de música de Aguascalientes y Nuevo León, más la animada presencia de los res- pectivos gobernadores panistas de ambas entidades. Al final, lo rescatable de todo esto fue el título de la crónica de Alejandro Hernández en El Heraldo: "Triunfa Eloy Cavazos con su espectáculo" (sobre el mismo, no se pierda la entrevista publicada en Proceso esta semana).