SABADO Ť 26 Ť MAYO Ť 2001
Ť Ofrecieron más de tres horas de rock latinoamericano
Julieta Venegas, Aterciopelados y Jumbo colmaron el Metropólitan
ARTURO CRUZ BARCENAS
El público llegó y el temor expresado en conferencia de prensa el pasado martes por Andrea, vocalista del grupo Aterciopelados, se desvaneció desde temprana hora. Muchos chavos y chavitas (inclusive niños), algunos madurones y otros ya viejos del cuero, pero de corazón eterno, colmaron el teatro Metropólitan para escuchar a los colombianos y a Jumbo y Julieta Venegas.
Fue el Acá-BMG (por los caminos del sur hoy acabará el Acapulco Fest, pero ese es otro rollo), pues los tres pertenecen a esa trasnacional. Subió al escenario la menudita Venegas, con su cargamento de Bueninvento (su último disco) y el público le respondió con unos gritos que lastimaron oídos. Ya algunos asistentes estaban como en una frecuencia alta, pues se movían como si tuvieran tlaconetes. Ellos así sentían la vibra, "la buena onda" que quiso transmitir la tijuanense.
Entre las que entonó la rockera de cejas pobladas y negras destacaron Enero y abril, Hoy no quiero y Sería feliz. Mientras la chula chuletita cantaba con su típico sube y baja en la entonación, un gordo danzaba como ejecutando unas katas. Por momentos, como si fuera en cámara lenta, giraba sobre su propio eje, cual luchador de sumo. Tal ejercicio le generaba sed, la cual mitigaba con vasos de cerveza. Fue uno de los que más disfrutaron el concierto.
En el piso de arriba la juventud predominaba. Son los que abarrotan los foros, quienes aún les piden a sus papás para el boleto y se la pasan mirando el reloj, como cenicientos. También estaban ahí otros jóvenes no tan candorosos. Son los que han vivido más aprisa y el rock es parte de su vida. No les interesa otro tipo de música.
Sigue Julieta con El triste, esa clásica interpretada por José José y lanza a los cuatro viento una "del Prince mexicano, šde Juanga!". ƑQue cuál? Pues Siempre en mi mente.
"Esta es otra Julieta", decía gente de BMG. Pues sí le han invertido en su formación y uno que otro viajecito a Europa. Se va la espigada. Un break. Varios salen a calentar motores.
Sube Jumbo, esos del nombre del niño asiático Jumbo Jin Li, quien a los tres años de edad pesaba unos 50 kilos. Primero se hicieron llamar Blueswagen, hacia 1997. Varios iban a verlos por primera vez, con el ánimo de comprobar lo que se dice de ese conjunto regio: que le pegan macizo. Tocaron algunas de su cidí Restaurant, y la infaltable Siento que..., Aquí y Fotografía. Le tupieron duro y varias personas ratificaron los comentarios. Mostraron algo de su nuevo material: d.d. y ponle play (título mamucas que quiere decir: duerme, despierta y ponle play). Y es que el disco fue concebido y escrito fuera de casa, en cuartos de hotel, en camiones, aviones, salas de espera. En el ir y venir. Fue un brincadero. El problema es que se para uno y los demás se ven obligados a hacer lo mismo, si es que quieren seguir viendo a los músicos. Jumbo se fue con Foto, Después, Rockstar y Motocicleta.
Nuevo break para ir a calentar motores. Aparece una escenografía fresa y cursi: seis signos de la paz blancos y un gran corazón rojo, que ojalá hubieran sido de terciopelo, pero a lo lejos se veía que eran de peluche. Suben los Aterciopelados.
Lo primero: que llegan con un mensaje de amor y paz, de optimismo, de buena vibra, para despedir energía chida y buena onda; nada de hojas sueltas, puro cuaderno. Se buscó cierto ambiente de psicodelia. Ya para ese entonces el agua de cebada había hecho sus efectos. Cantan los de terciopelo unas de su cd Gozo poderoso y Andrea luce un largo vestido negro que le da la imagen de Morticia (o de Vitola). Mueve sus brazos con cierta armonía y también como haciendo un ejercicio de arte marcial. Andan en la onda de Luz azul, tema con el que quieren aventar puro buen rollo, clima blanco, para alejar a los malos espíritus: te pueden robar, pero el cielo es azul. Pura metafísica.
Así siguió la fiesta de BMG, con Andrea cantando Uno lo mío y lo tuyo, hasta decantar en el Bolero falaz, en versión más cadenciosa. Los coros estuvieron de peluche. Cómo que se van, si me deben. Y regresan los de terciopelo acompañados de Venegas y Cecilia.
Acabó el concierto y ya el público estaba listo para irse a su casa luego de más de tres horas de rock latinoamericano.