Ť Cientos de socorristas siguen buscando sobrevivientes en Jerusalén; hay 8 detenidos
Habrían quitado 4 pilares a edificio colapsado el jueves
AFP, DPA, AP Y REUTERS
Jerusalen, 25 de mayo. Cientos de socorristas y militares israelíes buscaban desesperadamente este viernes a sobrevivientes atrapados entre los escombros de cemento y piedras de lo que fuera el salón de fiestas Versalles, en Jerusalén, que se derrumbó la noche del jueves y que causó al menos 30 muertos y más de 300 heridos.
La tragedia se produjo cuando en el tercer piso del edificio se celebraba una boda a la que asistieron al menos 650 invitados, entre ellos varios niños. La posibilidad de que se tratara de un atentado terrorista fue descartada por las autoridades, pero se sospecha que en las modificaciones efectuadas hace unas semanas al edificio, se eliminaron cuatro pilares que servían de soporte a toda la estructura.
"Estábamos comiendo los entremeses y nos divertíamos viendo bailar al padre de la novia, cuando, de repente, desapareció", relató Sarha Pinhas, una de las invitadas. "Se produjo un ruido ensordecedor y el suelo se hundió abriendo un enorme agujero."
El edificio donde se celebraba la boda quedó casi destruido, como si hubiera sido bombardeado. El subcomandante de Defensa Civil, el coronel Shalom Ben Arie, afirmó que "todavía hay posibilidades de extraer heridos de los escombros".
Mientras tanto, la policía de Israel informó que ocho personas fueron detenidas en relación con la tragedia. Shmuel Ben Ruby, portavoz de la policía, afirmó que "cuatro propietarios del edificio, un ingeniero, un empresario y otras dos personas implicadas" están detenidas.
El alcalde de Jerusalén, Ehud Olmer, calificó el accidente como la catástrofe más grave desde la fundación del Estado de Israel, hace 53 años.
El primer ministro, Ariel Sharon, visitó el lugar del siniestro y manifestó su "profunda conmoción" y prometió una exhaustiva investigación.
Por su parte, en un comunicado, la Dirección Palestina expresó su "profunda pena por las pérdidas humanas", y dijo estar dispuesta a ayudar en las tareas de rescate.
Los primeros entierros tuvieron lugar el viernes por la tarde en Jerusalén, poco antes del comienzo del Shabbat, el descanso semanal judío.