SABADO Ť 26 Ť MAYO Ť 2001
REPORTAJE
Confirman que en septiembre se presentará en el Foro Sol
Eric Clapton: Soy un trovador, el último de los samuráis... casi como Don Quijote
PABLO ESPINOSA
Eric Clapton se presentará en el Foro Sol de la Ciudad de México en septiembre, confirmaron a La Jornada diversas fuentes.
En principio se tratará de un solo concierto, pero está abierta la posibilidad de abrir una segunda fecha consecutiva, de acuerdo con la demanda en taquilla.
La fecha de la venta de los boletos se anunciará cuando se haga oficial la noticia que dimos a conocer en estas páginas a principios de febrero, cuando Dios, es decir Eric Clapton, inició la gira que lo traerá al país de los sueños realizados e hizo saber al mundo su contento de "regresar a muchos lugares que conozco y otros que siempre he querido conocer, como Rusia, México y Rumania".
A la luz de los acontecimientos, nuestra portada del 28 de diciembre de 2000 resulta ahora una premonición, pues lo que fue una inocentada, una broma del Día de los Inocentes, será, ya, una realidad.
Por supuesto que se trata de una confirmación extraoficial, pues nadie de entre los directamente involucrados ha tomado la decisión del anuncio final.
La información oficial de los representantes de Eric Clapton se limita a la primera parte de la gira Reptile, que inició en febrero en Londres, transcurrió en el viejo continente ese mes. El 10 de mayo se acercó: fue a Dallas (je) y de ahí fue a poner a San Antonio de cabeza, luego Nueva Orleans, dos ciudades de Florida (Fort Lauderdale y Tampa), Atlanta, Memphis y Nashville. La noche de este viernes inundó Charlotte de maravillas y este domingo tocará en la mis mísima capital de Estados Unidos, Washington. Y así transcurrirá lo que queda de mayo y las primeras tres semanas de junio.
La primera parte de la gira por Norteamérica culminará el 22 de junio en Nueva York, donde Clapton ofrecerá el segundo de sus conciertos programados hasta el momento. "La segunda parte de esta gira norteamericana se anunciará más entrado este año (later this year)". Hastá ahí llega la información oficial, que por razones de logística se reserva el anuncio final.
"Debo decir que desde que planeamos esta gira -anunció Clapton en Londres, en febrero, según informamos aquí- me empecé a dar cuenta que se trata probablemente de la última gira mundial que realice, pero eso no significa que esté anunciando mi retiro, pero lo que puede suceder es que está fuera de mi alcance intentar otra gira de tal magnitud como la de ahora".
Certezas y convicciones. ƑQué demonios hago aquí, de gira otra vez, recorriendo el planeta entero y a esta edad dorada? Se responde Dios, es decir Eric Clapton: "Porque hacer música con gente tan sabia y que respeto y de la que aprendo tanto es, siempre lo ha sido, la motivación primordial de mi existencia".
Hacer música, sinónimo del sentido de la existencia
ƑQué se puede decir de Dios, es decir de Eric Clapton, que no haya sido dicho? Además de las consideraciones personales (del tipo "yo conocí a Eric Clapton cuando éramos unos chamacos...") siempre tan reconfortantes para algunos y chocantes para otros, no hay nada mejor que la primera persona del singular.
En el multirreferido Londres de 2001, en el Royal Albert Hall, justo en el inicio de la gira, los afortunados mortales que presenciamos, boleto en mano, tal prodigio, pudimos adquirir entre la consabida merchandise que tanto enorgullece a Clapton (botas diseñadas por él mismo, camisetas, poster, pants, chamarras y una serie interminable de linduras), flemáticas inglesitas vestidas de rojo repartían, a quien quisiera adquirirlo, un tesoro: el cuaderno de lujo de la gira.
A pesar de que tal gira lleva ya tres meses en activo y un buen número de periodistas se han acercado a ese Olimpo, el contenido testimonial que tal cuaderno lleva dentro continúa inédito. Una extensísima e intensísima entrevista sin la firma de estrellato correspondiente sino confundida entre los créditos finales del cuaderno: Mike Hrano interrogó a placer al Mano Lenta. De tal conversación compartimos con nuestros lectores, a continuación, algunos de sus pasajes capitales.
Para empezar, Clapton describe la génesis de Reptile, su nuevo disco y que titula su actual gira, desde su antecedente puntual: el disco Riding with the King, grabado a dúo con el guitarrista B.B.King. Esa grabación ya estaba en la mente y en los corazones de ambos blusistas, sólo faltaba ponerle fecha, lo cual hizo Clapton para los primeros meses del año 2000, ante el asombro de los músicos de su majestad B.B., quienes están acostumbrados a que el rey graba discos como echar tortillas y rapidísimo.
Eso fue definitivo para los tiempos laxos del mano lenta. Qué buena onda, díjose Dios, su alteza serenísima B.B. se parece a los tiburones: no se anda con mamadas y pone acción sobre las ideas. Y enseguida vio Dios que era bueno: el método del B.B. le dio a él también resultados, todo fue cuestión de juntar a los mismos músicos del disco Riding with the King, salvo su serenísima por supuesto, y ya el disco Reptile andaba reptando.
La grabación fue realizada en Los Angeles, en un pequeño estudio llamado Record One. Mientras que el disco del rapidito King fue hecho en un mes, el reptil del Mano Lenta estuvo listo en tres semanas, con un lapso de relax que necesitaba Dios para irse a pescar a Vancouver con una amiga latinoamericana, a quien tomó querencia tal que la incluye en su texto autógrafo del programa de mano de su gira y fotos de ambos pescando. Esas tres semanas en que concibieron Reptile también tocaron Italia, donde grabaron algunas voces de ciertos tracks y luego en Londres afinaron otros detalles de esta grabación cuyos resultados son apabullantes. Escuche el lector, por ejemplo, el track 5 del disco, Come back baby, ese rolononón de maese Ray Charles y quedará complacido el melómano y estupefacto el villamelón al comprobar que Clapton blusea con intensidad semejante a cuando era un chamaco (un disco de hallazgo reciente: Rarities, muestra esa edad postpuber) y con la sapiencia de un músico maduro. šCuánta intensidad, qué manera de blusear, caracho!
Dadas las taras tradicionales y las recientemente adquiridas por buen sector del público respecto de lo que la industria les dice de lo que "debe ser" y no lo que es la música, el trabajo de Eric Clapton ha sido siempre lo que los gringos llaman con escozor y acierto un pin in the ass. Pruebas: a los bluseros ortodoxos les indignan las rolas pop de Dios (es más, es el máximo sacrilegio llamar Dios a un pinche ídolo pop, según ellos) por igual que a los roqueros fundamentalistas les hartan los devaneos libérrimos de Clapton. La respuesta es muy sencilla. Está en la declaración de principios que citamos hace algunos párrafos: hacer música es sinónimo del sentido de la existencia para Clapton. El melómano cabal no tendría porqué abrigar conflictos entonces frente a algo tan sencillo y contundente.
Pero la realidad es la realidad, y Clapton tuvo que convencer con la siguiente argumentación a los nerds del marketing de su disquera, según le dijo en entrevista a Mike Hrano:
"Hubo una bronca en el momento en que presentamos el disco terminado a la disquera. No hallaban cómo etiquetarlo. Tal parece que todo lo que sea digno de poner en circulación para la industria tiene que tener los mismos elementos identificables, por ejemplo la típica sección rítmica que lo asocie a algo de hoy, como el hip hop por ejemplo, o bien con baterías y bajos computarizados. Reptile no tiene nada de eso. Tengo un amigo en la disquera y a él traté de explicarle mi pensamiento acerca de mi nuevo disco, de manera de que se resolviera todo y fluyera. Les aconsejé: a lo mejor van a tener ustedes que decir que es como mi disco Unplugged, pero en eléctrico. Eso, digan que es un disco unplugged (desconectado) pero eléctrico. Algo a la vieja escuela, pero lo que no quiero es que la gente se haga la idea falsa de que se trata de algo retro, o de nostalgia, porque a pesar de que tiene materiales viejos, no pertenece al pasado. Hago en este disco covers de Stevie Wonder y de los Isley Brothers, pero al mismo tiempo es música nueva".
Un misterio, el que me paguen por hacer lo que me gusta
-Estás haciendo una gira muy larga. A tus 55 años Ƒcómo te preparas para estar tanto tiempo en el camino? ƑViajar te hace volver la vista al pasado para reflexionar? ƑDisfrutas el viaje?
-Por supuesto. Todo lo que dijiste. La preparación empezó desde que empezamos a hablar de la idea del viaje, en diciembre de 2000. De hecho en mi cabeza he concentrado al mínimo el número de asuntos de cavilación, archivo y concentración. Y pienso en cambio en las canciones que vamos a interpretar en vivo. The Impressions (grupo vocal de negros que hacen soul) estarán conmigo en los conciertos de Inglaterra y luego en los de América. Me detengo de tanto en tanto a pensar con detenimiento cuál sería una buena canción para ser incluída en el programa, hago un análisis somero; en fin, es un proceso lento. Así que de pronto mi vida está puesta en hacer música en vivo, subido en un escenario, con mis oídos mirando atrás. Y eso evoluciona, el estar en el escenario y cómo se establece el balance entre el espacio y el volumen. La música empieza a llenarlo todo y así asciende a su propio momentum".
-Hay pocas personas como tú en el negocio de la música que pareciera ya no tuvieran el derecho de seguir aquí haciendo lo que quieren hacer Ƒte has puesto a pensar esto?
-Hago otras cosas, como mi proyecto Crossroads, y eso me da equilibrio. Si observamos las carreras de gente como BB (King) u otros músicos que son mucho mayores que yo y que siguen haciendo lo que quieren, son gente sin hogar, sin algo que los sostenga. No se sienten bien si no están en el camino (del tingo al tango, es mejor traducción que la literal del on the road). Yo no quepo en esa ubicación. Yo necesito algo más, que me otorgue sentidos todavía más profundos (...) Si ando ahora como trashumante es porque me gusta, porque lo encuentro divertido pero lo tomo más como un hobbie que como una razón de ser. El hecho de que me paguen por hacer lo que me gusta me sigue pareciendo todavía un misterio. Hacer música y sostener el proyecto Crossroads me da equilibrio. Y no es que quiera hacer sonar este proyecto como algo sublime, pero de alguna manera me parece tan importante como hacer música, porque me parece una responsabilidad humana hacer cosas para los demás, contribuir al enriquecimiento espiritual de los otros, contribuir a las posibilidades de felicidad o bien de soportar padecimientos con dignidad. Y la música también hace eso.
-Eres evidentemente una persona de pensamiento hondo Ƒpuedes dar una imagen de ti mismo? ƑPuedes sentir lo que eres?
-Claro que lo siento y que lo sé, pero no sé si sea correcto que sea yo quien lo diga. ƑQué imagen tengo de mí mismo? La de un trovador. Me veo a mí mismo, creo, como uno de los últimos samuráis. Asumiendo con responsabilidad los movimientos que hago con mi vida y dando la cara frente a todo ello y emprendiendo siempre. Casi como Don Quijote, en algún sentido.
-ƑTe das cuenta de que te has convertido en una referencia?
-No, no lo creo así.
-Pero sí has establecido un referente musical Ƒno crees que deberías asumirlo?
-Sería tonto de mi parte no asumirlo. Es muy importante asumir la impresión que uno causa. Me gustaría realmente poder esforzarme siempre en esa dirección, pues constituye una parte integral del estar vivo, percatarme del tipo de impresión que causo en los demás. Es una actitud responsable preguntarse: Ƒme estoy comportando como un pendejo (asshole)? O Ƒestoy haciendo lo mejor que está en mis manos para que las cosas mejoren? Por que si no Ƒqué chingaos (what the hell) estoy haciendo aquí? Sería muy fácil vivir desaprensivamente, valiéndome madre todo. Ya lo hice durante un buen tiempo de mi vida pero eso me hizo un infeliz. Veo en cambio que logro felicidad al ver que puedo participar en algo para que todo mejore. Muchas veces uno hace las cosas con una dosis inevitable de autocompasión, pero un antídoto para eso es el estar atento para evaluar el efecto que lo que uno hace causa en los demás.
ƑQué efecto causa en usted Dios, es decir Eric Clapton?
Nos vemos en septiembre en el Foro Sol.