Ť Relaciones Exteriores apoyará en el traslado de cuerpos
Desaparecidos, 2 indocumentados del grupo de 30 que ingresó a Yuma
GEROGINA SALDIERNA Y ELIZABETH VELASCO
El subsecretario de Relaciones Exteriores, Enrique Berruga, informó ayer que dos mexicanos del grupo de 30 que se internó al desierto de Yuma el sábado pasado están desaparecidos; 14 de ellos murieron y 14 están hospitalizados por deshidratación.
Por su lado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se manifestó "con toda energía" en contra de los acontecimientos que provocaron el fallecimiento de los 14 connacionales y exigió a las autoridades de México y Estados Unidos que elaboren "leyes justas" que garanticen la vida de los migrantes.
También organizaciones no gubernamentales agrupadas en el Foro Migraciones demandaron al gobierno de Estados Unidos que cambie su estrategia de control de la frontera, pues la actual produce muertes y accidentes.
El funcionario de Relaciones Exteriores informó que se busca a los familiares de los fallecidos en el desierto de Yuma para realizar los trámites que permitan el retorno de los cuerpos. Lo mismo ha hecho con los de quienes lograron sobrevivir, para informarles sobre su estado de salud.
La tragedia ocurrida cuando los indocumentados fueron abandonados en el desierto por un pollero, provocó una intensa comunicación entre funcionarios mexicanos y estadunidenses. El propio canciller Jorge G. Castañeda informó que se comunicó dos veces con el procurador estadunidense John Ashcroft, para tomar las medidas necesarias en este caso y elaborar el comunicado conjunto que se dio a conocer el jueves pasado.
Al hablar sobre la muerte de los 14 connacionales, la CEM, por intermediación de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Movilidad Humana, en el área de Migración, hizo un llamado a las autoridades de ambas naciones para que se elaboren leyes en contra de los polleros que "están lucrando con el tráfico de indocumentados".
También exhortó a la Comisión de Derechos Humanos para que "intervenga de una manera enérgica ante el hecho de que las personas sean tasadas (para su traslado a EU) por una cantidad que puede ir desde unos pocos dólares hasta cantidades verdaderamente escandalosas, según el lugar de origen de quienes pretenden migrar".
En una misiva suscrita por el presidente de esa comisión y obispo de Ciudad Juárez, Renato Ascencio León, la conferencia lamenta los hechos de Arizona; recuerda las muertes de 269 connacionales en Texas; 140 en California, y otros 106 en Arizona, de septiembre de 1999 al mismo mes del 2000, y señala como preocupante que cada año se repita la pérdida de vidas humanas ante el gran número de migrantes que intentan cruzar la frontera norte.
"¿Cuántas personas tendrán que morir hasta que se dé una solución definitiva a este problema de la migración forzada y el tráfico de indocumentados?", se cuestiona tras señalar que es necesario que las máximas autoridades de ambas naciones emitan "leyes justas que garanticen la vida de quienes pretenden emigrar en busca de mejores condiciones y así se consiga una mayor seguridad en la frontera".
Por lo pronto, la CEM pidió a nuestros connacionales que eviten emigrar hacia el norte ante los riesgos que los acechan y desconocen, y a la sociedad en su conjunto, "principalmente a los católicos", a que reciban, ayuden y orienten a quienes buscan apoyo en su tránsito migratorio.
A los familiares de los 14 migrantes fallecidos les refrendó la solidaridad y apoyo de la CEM, "ofreciendo nuestra oración para que el Señor les conceda la resignación y les manifestamos nuestro compromiso para seguir implementando un trabajo pastoral más eficaz a favor de los migrantes y sus familias".
Por su lado, el Foro Migraciones exigió al gobierno de Vicente Fox que transforme su discurso en acciones. Los incontables comunicados conjuntos "lamentando muertes" y expresando "profunda tristeza y consternación" deben traducirse en acciones para hacer que la política migratoria entre México y Estados Unidos sea bilateral y tenga un impacto positivo en la situación de los migrantes.
Planteó a los dos gobiernos que la mejor manera de atenuar los riesgos ligados a la migración indocumentada consiste en tomar medidas de promoción del desarrollo, al igual que en la regularización de los mexicanos que entraron de manera ilegal a Estados Unidos.
En un comunicado de prensa, manifestó su indignación por la muerte de 14 mexicanos en el desierto de Yuma.