VIERNES Ť 25 Ť MAYO Ť 2001
Ť Inicia hoy la versión 60 de esa fiesta de la cultura en el Parque del Retiro
Con cambios, la Feria del Libro de Madrid acercará sus ''productos'' al gran público
Ť Carlos Fuentes presentará Instinto de Inez y Mario Vargas Llosa recibirá un galardón
JOSE GARZA ESPECIAL
Madrid, 24 de mayo. Con cambios en su organización y estructura para colocar al libro ''como un producto que vale la pena acercar al gran público", la Feria del Libro de Madrid llega a su versión 60 y comienza este viernes para culminar el 10 de junio.
Esta fiesta de la cultura en Madrid, declarada Capital Mundial del Libro 2001 por la Unión Internacional de Editores, tiene como propósito terminar con la polémica suscitada por la carrera atlética que imponen las listas de libros más vendidos, pues oficialmente ya no serán proporcionadas.
Creación para el disfrute
El deseo de Antonio Albarrán, director de la feria, es superar las cifras de la versión anterior: cerca de un millón 400 mil pesetas facturadas, más de 518 mil títulos vendidos y casi tres millones de visitantes por el Paseo de Coches del Parque del Retiro, sede permanente de la feria.
''La Feria del Libro de Madrid atraviesa por un momento importante con un nuevo equipo gestor y novedades organizativas", dice en entrevista Albarrán.
Explica que para este año decidieron, de 466 stands para exposición, reducirlos a 389 y asignarlos en cuatro áreas: librerías especializadas, editoriales, grupo general e instituciones oficiales.
''Decidimos reducir los espacios para exposición, pues consideramos que eran excesivos", explica Albarrán.
''Debemos facilitar a los ciudadanos que nos visitan la búsqueda del libro que tienen en mente o provocar la compra de un título", agregó.
Organizada por el gremio de libreros, la asociación de editores y la federación de distribuidores, con el apoyo de los sectores oficial y privado, la Feria del Libro de Madrid tiene como diferencia impuesta al resto de los festejos librescos iberoamericanos que está dirigida al gran público.
Explica Albarrán: ''Cada una de las ferias de libro en el mundo iberoamericano es diferente. En la de Madrid prevalece el gran público que pasea por el Parque del Retiro entre casetas de libros; no somos una feria para profesionales, como ocurre con la Feria de Guadalajara".
Albarrán considera que ha llegado el momento de compartir, entre cada uno de los comités organizadores de ferias de libros, lo mejor de cada cual. ''Las nuevas tecnologías y recursos de comunicación generan escenarios inéditos por lo que es necesario reflexionar sobre nuestro futuro como ferias de libro aunque la certeza es que no debe alumbrarse un modelo único de feria sino que cada una se fortalezca en su perfil considerando lo mejor del resto".
Para Albarrán la prioridad impuesta debe ser el fortalecimiento del libro como cultura, como producto para el disfrute. ''Hoy día estamos sometidos a nuevas formas de comunicación que impactan al mundo editorial, pero los servicios electrónicos sólo estarán completos con la labor de los creadores de contenidos como los escritores y los editores", expresa Albarrán. ''Sin embargo, nada de ello acabará con el libro. Este es un producto perfecto, inteligente, que convivirá con las formas electrónicas de comunicación".
Homenajes a Umbral y Montero
Acerca de la presencia de escritores y editores latinoamericanos en esa feria del libro, Albarrán reconoce que en la exposición y en la programación no hay un espacio específico para éstos. Sólo en el renglón de actividades culturales está proyectada la visita de Mario Vargas Llosa para recibir el primer Premio al Libro 2000 del gremio de libreros por La fiesta del chivo. Carlos Fuentes presentará el 28 de junio, de manera paralela a la feria, su novela Instinto de Inez.
Sendos homenajes a Francisco Umbral, premio Cervantes 2001, y a la escritora y periodista Rosa Montero, destacan en las actividades de la Feria del Libro de Madrid que de manera habitual registra como autores de los libros más vendidos a firmas españolas como Antonio Gala, Antonio Muñoz Molina, Arturo Pérez-Reverte y Manuel Vicent.
La feria, concluye Antonio Albarrán, ''debe provocar más ventas y además ser un referente cultural, un espacio donde el público y los libreros sean los protagonistas, al tiempo en el que los autores entren en contacto directo con el público, no sólo a la hora de firmar ejemplares de sus libros.
''Se quiere, en definitiva, que la feria sea una buena posibilidad de intercambio comercial y una excelente ocasión para disfrutar de la cultura."