VIERNES Ť 25 Ť MAYO Ť 2001

Ť Instaurarán modelo para la reintegración social y económica de casi todos los pacientes

Cerrará Ssa 18 de sus 28 hospitales siquiátricos

CAROLINA GOMEZ MENA

Durante este sexenio se cerrarán 18 de los 28 nosocomios siquiátricos con que cuenta la Secretaría de Salud (Ssa) en el país, con el objetivo de poner fin al modelo de atención mental tradicional, en el que a los enfermos se los recluye "por muchos años o por siempre" en hospitales siquiátricos -donde más que ser rehabilitados son sometidos a continuos abusos. Serán remplazados por hospitales de corta estancia y villas de transición, dos de las principales estructuras del nuevo sistema terapéutico denominado Modelo Hidalgo, informó Virginia González Torres, titular de la dirección general de Rehabilitación Sicosocial, Participación Ciudadana y Derechos Humanos de la Ssa.

La funcionaria indicó que puesto que un enfermo "debe ser recuperado, nunca castigado", la intención "es acabar con el modelo asilar, caracterizado por la existencia de fortalezas -los viejos manicomios-, en los que se dan infinidad de atentados a los derechos humanos tanto hacia los usuarios como los trabajadores y donde las condiciones son infrahumanas".

En el esquema tradicional aproximadamente 90 por ciento de los enfermos mentales no tiene posibilidad de recuperarse, en cambio, con el Modelo Hidalgo, prácticamente todos pueden aspirar a la reintegración social y económica, comentó.

Reconoció que la puesta en marcha del Modelo Hidalgo de Atención Mental -en referencia a Miguel Hidalgo y su búsqueda de independencia y libertad- demandará en una primera fase de una fuerte inversión, pero sostuvo que ésta se "compensa" en corto tiempo debido a que la atención de cada uno de los enfermos costará casi cuatro veces menos que en la actual.

Actualmente -subrayó- en promedio la atención de cada enfermo mental en un siquiátrico tradicional cuesta al Estado 17 mil pesos mensuales; en cambio, en los Centros Comunitarios de Salud Mental (Cecosam) requieren 4 mil para el mismo lapso, y 10 mil en las villas de transición.

Llevar a la práctica este modelo costó al estado de Hidalgo 12 millones de pesos, los que se utilizaron en construir 10 villas que hoy albergan a los 120 pacientes mentales que habitaron el cerrado hospital siquiátrico Ocaranza y que hoy viven en la villa del mismo nombre.

Cada una de estas villas (pequeñas casas individuales) tiene cuatro habitaciones independientes y en cada una de ellas pernoctan tres usuarios. Cada una tiene baño, sala de descanso, comedor, cocineta, módulo de enfermería, consultorio médico y baño para el personal médico. Pero sus principales virtudes es que son de puertas abiertas hacia las áreas comunes y además de dar atención médico-siquiátrica intensifican las acciones de rehabilitación mediante constantes salidas de los pacientes a la comunidad. También cuentan con talleres donde los usuarios "voluntariamente" llevan a cabo un trabajo productivo y remunerado, lo que favorecerá su futura reintegración social.

Esta táctica pone énfasis en tres áreas de atención: la prevención, la hospitalización y la reintegración social y cada una de éstas se apoya en diversas estructuras físicas. Es así como el primer rubro requiere de un centro de salud con módulo de salud mental, un Cecosam y un Centro Integral de Salud Mental (Cisame); el segundo una unidad de siquiatría en hospital general, un nosocomio de corta estancia y las villas de transición, y el tercero: casa de medio camino, residencias comunitarias, departamentos independientes, residencias para adultos mayores, talleres protegidos, cooperativas mixtas y clubes sociales.

Expuso que este modelo además de practicarse en Hidalgo, que fue precursor, también está presente en Coahuila y el Distrito Federal mediante los Cecosam.

Según la Ssa, 8 por ciento de las enfermedades mentales corresponden al área neurosiquiátrica. Cuatro millones de nacionales padecen depresión, seis millones más tienen problemas relacionados con el consumo de alcohol, 10 por ciento de los adultos mayores de 65 años sufren cuadros demenciales, mientras que 15 por ciento de la población entre 3 y 12 años de edad padece algún tipo de trastorno mental o de conducta.

Estas cifras tienden a aumentar debido a que el país atraviesa por una acelerada transición demográfica que influye en el cambio del perfil epidemiológico, por lo que se espera que fenómenos como la depresión, la demencia, así como el consumo descontrolado de alcohol y otras sustancias adictivas se vean incrementados.

Sostuvo que si hay disposición de los estados, el gobierno federal y la sociedad civil -las tres instancias que participan en la instalación de las estructuras- en poco más de dos años cada una de las 32 entidades contará con la red integral de atención que conforma el Modelo Hidalgo.

La también presidenta de la Fundación Mexicana para la Rehabilitación del Enfermo Mental remarcó que las acentuadas carencias humanas estructurales y médicas de los actuales siquiátricos, a los que comparó con los "campos de concentración" nazis, no ayudan a los pacientes a desarrollar capacidades rehabilitatorias, sino que tienden a perpetuar y acentuar los padecimientos por los que fueron recluidos, por lo que además de violar sus garantías individuales, los segrega socialmente y son gasto permanente e improductivo para el Estado.

Modelos similares se han llevado a cabo en Italia y España, donde han sido efectivos. No obstante, resaltó que no se trata de una copia sino una adaptación a la realidad nacional.