VIERNES Ť 25 Ť MAYO Ť 2001

Ť Casi 200 mil alumnos no ven satisfechas sus expectativas de educación: ANUIES

49% de estudiantes de nivel superior considera mediana la posibilidad de encontrar empleo

Ť El 32% posterga la culminación de su carrera por compromisos laborales, revela sondeo

Ť 88.5% no participa en agrupaciones políticas; 60.5% no acude a funciones de cine

JOSE GALAN

Una encuesta a nivel universitario reveló que 76 por ciento de los estudiantes de licenciatura no tiene computadora en su casa; 12 por ciento, casi 200 mil alumnos, no encuentra satisfechas sus expectativas educativas en las instituciones donde cursan licenciatura, y 15.8 por ciento no volvería a inscribirse en la misma institución.

Además, 32 de cada cien estudiantes tienen responsabilidades laborales, lo que acorta sensiblemente su tiempo de estudio, y representa un factor para que los alumnos aplacen la culminación de sus estudios de licenciatura.

A pesar de que la globalización y el imán que el status de vida puede significar al escoger una profesión, 87.2 por ciento de los estudiantes mexicanos del bachillerato valora más la vocación para escoger su futuro en la vida. En segundo lugar se ubica el factor de oportunidades de empleo. Y, en tercero, la influencia ejercida por los padres.

El ámbito escolar en el que se desenvuelven ocupa un lugar menos relevante. Sin embargo, 49.2 por ciento de los estudiantes considera medianas las posibilidades de encontrar un empleo futuro a raíz de sus estudios.

Es la empresa privada la que atrae las preferencia de 34 por ciento de los estudiantes, seguido por el afán de poner un negocio propio y trabajar para el sector público, según se desprende del libro Los actores desconocidos, de Adrián de Garay Sánchez, editado por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

Este texto, que constituye el resultado de una profunda encuesta realizada entre cerca de 10 mil estudiantes de nivel medio superior en ocho ciudades importantes del país, arroja entre otros resultados que ni los estudiantes ni sus profesores son puntuales; 42 por ciento nunca asiste a eventos de danza fuera de la institución; 60.5 por ciento no acude a funciones de cine dentro de sus instituciones, y 59.9 por ciento jamás participa en eventos musicales en sus universidades.

Respecto de la militancia política o la participación en asociaciones religiosas, 93.9 por ciento no participa en grupos religiosos, y 88.5 por ciento tampoco lo hace en agrupaciones políticas.

El texto sostiene que, en comparación con el promedio de hogares en México que tienen computadora, y que según los especialistas se ubica entre 6 y 9 por ciento, puede afirmarse que una buena parte de la población que realiza estudios superiores pertenece a un reducido rango de familias mexicanas.

En general, 60 por ciento de los alumnos considera que sus expectativas educativas han sido satisfechas. Sin embargo, en el supuesto de que la encuesta hubiera sido aplicada a la totalidad de alumnos de Educación Superior en el país, el libro considera que hay alrededor de 200 mil estudiantes que no encuentran satisfechas sus expectativas educativas en las instituciones en las cuales cursan su licenciatura. Son por ello candidatos "potenciales" a abandonar los estudios de nivel superior o que obtendrán su título a pesar de no estar plenamente convencidos.

Se entrevistó a 9 mil 811 estudiantes en 24 instituciones de educación superior: nueve universidades públicas, ocho privadas y nueve institutos tecnológicos públicos, en el Distrito Federal, Monterrey, Tijuana, Colima, Oaxaca, Mérida, Veracruz y Pachuca. El estudio revela que las instituciones particulares captan 17.1 por ciento de jóvenes que tuvieron una trayectoria exclusivamente pública en los niveles de educación anteriores, mientras que el subsistema público capta alrededor de 8 por ciento de jóvenes con una trayectoria educativa previa únicamente privada.

De acuerdo con los resultados, el sistema de educación superior mexicano se encuentra claramente segmentado, a diferencia de lo que ocurría hace 30 o 40 años. En las instituciones particulares predomina, más que en el subsistema público, un perfil de estudiante que se dedica de tiempo completo a los estudios. Aquellos que trabajan no emplean muchas horas en hacerlo, además de que en la gran mayoría su actividad laboral tiene que ver con su carrera.