VIERNES Ť 25 Ť MAYO Ť 2001

Ť No nos iremos sin solución, retan profes de la CNTE

Detrás de la irreverencia, un mensaje: nada ha cambiado

Ť Pequeño triunfo, que entrara una comisión a Los Pinos

LUIS HERNANDEZ NAVARRO

Haciendo la finta de que llegaba a su casa, un hombre con máscara de Vicente Fox y botas se presentó a las 5:25 de la tarde frente al retén de granaderos que resguardaba la entrada a Los Pinos. Iba acompañado de un individuo con el rostro cubierto con un plástico que simulaba la imagen de Ernesto Zedillo, ataviado como una novia de larga capa blanca y visiblemente pechugona. El matrimonio había caminado al frente de la marcha de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación desde su arranque en el Zócalo de la ciudad de México hasta su llegada al domicilio presidencial.

Ninguno pudo franquear la barrera policiaca. Al topar con el enrejado, la copia de Vicente Fox sacó un teléfono celular y fingió hacer una llamada, al tiempo que, como si fuera candidato en campaña, comenzó a hacer la V de la victoria. Cuando cinco minutos después llegó la descubierta de la movilización magisterial, se quitó el sombrero de palma de la cabeza y saludó a la concurrencia con él. "Beso, beso...", pidieron entonces fotógrafos y reporteros. Feliz y complaciente, el imitador tomó a su pareja del hombro y con pasión dejó testimonio público de su amor.

El profesor Enrique Santamaría, viejo luchador sindical de la sección 10 e integrante de la comisión negociadora de los educadores democráticos, explicó el sketch: "si Santiago Creel se disfrazó de hombre invisible todos estos días ¿por qué unos maestros no se van a vestir de presidentes?"

La irreverencia de la disidencia magisterial, presente durante toda la marcha en consignas subidas de tono y en mantas con frases agresivas hacia el presidente Fox, está alimentada de un severo malestar ante lo que consideran es el autismo gubernamental ante sus demandas. Pareciera que, después de diez días de protestas, ellos no existen.

El mismo Santamaría lo explica así: "el martes pasado nos recibió una comisión de la Secretaría de Gobernación formada por tres funcionarios en un cuartito que está hasta atrás del edificio y que ni ventilación tiene. Nos dijeron que iban a analizar nuestro pliego petitorio (¡que entregamos desde el 9 de mayo!) y que nos esperaban allí mismo el próximo martes, pero que debíamos trasladarnos a nuestros estados".

Este 24 de mayo las autoridades no llevaron a los maestros a un cuartito, aunque para indignación de éstos, en un comienzo pretendían atenderlos dentro de un ca-mión de granaderos. Fueron recibidos, después de una difícil negociación, en Los Pinos, por una comisión de tres personas de la Dirección General de Atención Ciudadana, de la Secretaría de Gobernación y de la Secretaría de Educación Pública. No pudieron entrar los 20 mentores que querían, pero pasaron 16.

Sin embargo, el cambio en las formas no fue acompañado de otros contenidos: no recibieron respuesta alguna a sus demandas y, como lo han venido escuchando durante los últimos días, fueron "invitados" a trasladarse a sus estados para resolver sus problemas. Pero el solo hecho de ser recibidos fue vivido, según informó el secretario general de la sección 22 de Oaxaca, como un pequeño triunfo simbólico. "Muy a pesar de ellos, tuvieron que recibirnos en una oficina", dijo a la multitud a las 9:40 de la noche.

El encono

Curiosa marcha ésta, convertida, por obra y gracia de la falta de tino presidencial, en una jornada de lucha beligerantemente antifoxista. Las declaraciones del mand  atario en el sentido de que "los maestros del Sindicato Nacional, que son el 96 o el 97 por ciento de los maestros, están encantados con su aumento, no están haciendo ninguna protesta, están en las aulas", provocaron una ola de indignación entre los profes democráticos.

De botepronto, los mentores emplazaron al jefe del Ejecutivo a realizar una consulta para ver si es cierto que el magisterio está contento con su salario.

Aunque la marcha comenzó a desplegarse con pereza, al llegar al Eje Lázaro Cárdenas adquirió forma y calor. Las estimaciones iniciales sobre el tamaño del contingente tuvieron que cambiarse en el camino. Cada vez había más integrantes. "A ver compas, vamos a consignar ?decía uno de los oradores por el atavoz?. Vamos a hacer nuestras consignas." La multitud le respondía entonces: "El 12 por ciento es puro disimulo/ que lo hagan rollito/ y duro, duro, duro..." y añadían: "Con este 10 por ciento/ yo no sé qué hacer/ si irme de mojado/ o quedarme sin comer".
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Pero más allá de sus exigencias tradicionales de aumento salarial o por la defensa de la educación pública, las consignas magisteriales se cebaron en el Presidente. Una y otra vez, distintos oradores insistieron, como indicaba el matrimonio entre Vicente Fox y Ernesto Zedillo que encabezaba la protesta, en que no había diferencias sustantivas entre el nuevo y el viejo gobierno. "Fox ya entregó la banca a los gringos, ahora sigue el petróleo y la luz eléctrica", se leía en una manta del contingente oaxaqueño. "Oso, oso, oso/ Fox es mentiroso", corearon una y otra vez los maestros.

"Ese de las botas no sabe contar ?aseguró uno de los dirigentes de la sección 17 de Michoacán?. Conservadoramente la Coordinadora agrupa a unos 200 mil maestros. Basta contar las secciones y delegaciones sindicales que están en manos de los profesores democráticos: Oaxaca, la 9 del Distrito Federal, Mi-
choacán, Chiapas, Tlaxcala, el Comité Democrático de Guerrero, más lo que se acumule. Habrá que ver quién le contó esa mentira de que Elba Esther controla 96 o 97 por ciento de los trabajadores. Además, la mayoría de quienes estamos en paro no hemos venido todavía a la ciudad de México. Se va a llevar un susto."

El ping pong

La CNTE busca abrir una mesa de negociación nacional que derive en mesas para tratar la problemática de los estados y del ISSSTE. Los funcionarios gubernamentales buscan trasladar todo a las entidades. "Si aceptamos ir a los estados nuestra fuerza se diluirá ?asegura Martín Méndez, de Guerrero?. Las secciones más débiles no conseguirán nada."

Digan lo que digan en el centro, en los estados, además, las cosas no están muy claras. Los gobernadores no la tienen fácil. Dependen en mucho de la Federación para poder resolver las peticiones.

Además, otras demandas, como las relativas al ISSSTE, tienen forzosamente que resolverse en la ciudad de México. Con un agravante: como premio de consolación a Elba Esther Gordillo se designó a Benjamín González, hombre de las confianzas de la maestra, como titular de la institución.

Señal de esta dificultad entre la Federación y los estados son las declaraciones de gobernadores y secretarios de Educación.

Humberto Moreira, secretario de Educación del gobierno de Coahuila, aseguró hace unos días que las demandas magisteriales para la negociación salarial no pueden ser resueltas por el gobierno del estado, y "es aquí donde se verá la voluntad del presidente Fox para mejorar el nivel de vida de los maestros."

Apenas el pasado 21 de mayo, el gobernador de Michoacán Víctor Tinoco Rubí afirmó: "Necesitamos, juntos, coadyuvar con el gobierno federal e ir a la ciudad de México ante las autoridades correspondientes para que la distribución del presupuesto que fue aprobado por el Congreso de la Unión se vaya destinando a buscar mejoras y a una mayor efectividad tanto en espacios como en planes educativos".

Mientras, el gobernador de Guerrero, René Juárez, después de suspender las negociaciones con la CETEG, dijo: "para negociar hay que tener canicas, y yo estoy consiguiéndolas". Y las canicas, ciertamente, no están en Acapulco o Chilpancingo sino en el Distrito Federal. Las haya o no conseguido, después de una marcha de 5 mil maestros en Chilpancingo el 23 de mayo, ofreció atender directamente a los profesores.

Larga espera

Durante más de tres horas y media los maestros esperaron este 24 de mayo la salida de su comisión negociadora en Los Pinos, con una ambivalente relación con los granaderos y mentadas al Presidente.

Encantados por la belleza de una de las granaderas, a la que a falta de mejor nombre llamaban güera, la buscaban una y otra vez y le gritaban: "No te pongas triste güera, yo te voy a sacar de allí". Enojados con la espera y el impedimiento de avanzar coreaban una consigna adaptada para la ocasión: "granadero en el plantón/ y Sancho en el colchón".

Cuando cerca de las 10 de la noche salió la comisión negociadora la multitud le exigió informar. Detalladamente el secretario general de Oaxaca dio cuenta de lo sucedido y llamó a la unidad. "Acuerdos, acuerdos", exigió la gente.

Cayó entonces el balde de agua helada. Un orador tomó el toro por los cuernos: insisten en que nos vayamos a los estados, nosotros no aceptamos, dijo.

"Vale madres", explotó enojada una maestra. Y añadió: "ni se crean que nos vamos a ir."

Para ese entonces las máscaras de Vi-cente Fox y Ernesto Zedillo ya no estaban en el campamento; el mensaje del sketch, sin embargo, estaba más vivo que nunca en el gentío: para ellos, nada ha cambiado con el nuevo gobierno.