VIERNES Ť 25 Ť MAYO Ť 2001
Ť El control de la Cámara alta, ahora de los demócratas
Se declara independiente el senador republicano James Jeffords
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 24 de mayo. Fue el peor día, hasta la fecha, para la Casa Blanca republicana y el mejor para los demócratas desde la derrota de su candidato presidencial Al Gore. Por decisión de un senador cambió la dinámica de la cúpula política en esta capital.
Como se había anticipado, el senador James Jeffords, de Vermont, regresó hoy a su estado para anunciar que abandona su Partido Republicano por su desilusión con la derechización del liderazgo nacional y se declaró "independiente", y así el control de la Cámara alta se trasladó de manos republicanas a demócratas.
Con ello, caen de sus puestos de control legislativo figuras como Jesse Helms, Charles Grassley y Phil Gramm, y demócratas como Edward Kennedy, Joseph Biden, Carl Levin y Christopher Dodd asumen puestos de mando legislativo, y el demócrata Tom Daschle desplazará al republicano Trent Lott como nuevo líder de la mayoría.
El cambio también marca un serio revés para la agenda legislativa del presidente George Bush, ya que muchos de los senadores demócratas que controlarán la agenda se oponen a varias de sus iniciativas.
Están en jaque aspectos de sus propuestas de reforma tributaria, de política militar y de energía, además de dudas sobre la ratificación de algunos de sus nombramientos para puestos diplomáticos y judiciales.
Bush manifestó su respeto por Jeffords pero subrayó que "no podría estar más en desacuerdo" con su decisión.
Jeffords declaró: "Entiendo que mucha gente es más conservadora que yo y forman el Partido Republicano. Dado el carácter cambiante del partido, para nuestros líderes se ha vuelto una lucha manejarse conmigo, y para mí manejarme con ellos".
También señaló que tomó su decisión al considerar que habría cada vez más casos en los que estaría en desacuerdo con la Casa Blanca en el futuro. Con la llegada de Bush a la presidencia, dijo, se redujo aún más el espacio dentro del Partido Republicano para las posiciones moderadas.
Ya había irritado a la Casa Blanca cuando votó en contra del recorte tributario propuesto por Bush, y antes votó con los de-mócratas en asuntos de política social, por lo que sus críticas al liderazgo nacional de su partido no eran inesperadas, pero su decisión de retirarse de las filas republicanas después de 26 años en ese partido sí tomó por sorpresa a sus ahora ex colegas.
Su anuncio de que votará con los demócratas en asuntos organizativos del Senado significó el traslado del control de la Cámara alta de los republicanos a los demócratas.
Sin embargo, el cambio del equilibrio del poder no necesariamente provocará giros dramáticos de política, ni la promoción de iniciativas radicalmente opuestas a las de los republicanos. Por un lado, no todos los senadores votan de forma disciplinada con su partido; y no son pocos los demócratas conservadores que suelen votar con sus contrarios republicanos.
Por otro, el balance del poder es de un solo voto en un Senado que sigue casi exactamente dividido entre los dos partidos, pero la novedad ahora es que esa cámara tiene tres corrientes: demócratas, republicanos y un independiente.
Pero el control del Senado permitirá a los demócratas definir el flujo del trabajo legislativo, incluyendo cuándo y cuáles iniciativas se presentan al pleno para su debate y aprobación, y eso sí puede frustrar las am-biciones legislativas de la Casa Blanca
Jeffords, republicano moderado que re-presenta al estado políticamente independiente de Vermont, es conocido por su me-sura y su bajo perfil.
Pero desde ahora será una de las figuras más poderosas en la cúpula política, como el único independiente que en momentos claves podrá emitir un voto que defina las decisiones del Senado, y la suerte de proyectos demócratas y republicanos.
Hasta hoy, el Senado estaba integrado por 50 republicanos y 50 demócratas, y los republicanos mantenían el control debido a que el voto para romper empates, según las reglas de esa cámara, está en manos del vicepresidente de Estados Unidos, en este caso el republicano Dick Cheney.