VIERNES Ť 25 Ť MAYO Ť 2001
Ť En 20 años la estructura de la empresa perdió 50% de sus activos más productivos
Al desinvertir en Pemex, se está creando una fábrica de pobres, advierte Canacintra
Ť Chantajes y mentiras del gobierno foxista decir que se deben recortar programas sociales para apuntalar a la paraestatal, pues es el negocio más rentable a corto plazo
HUMBERTO ORTIZ MORENO
Son chantajes y mentiras del gobierno foxista los argumentos en el sentido de que para invertir en Pemex hay que recortar presupuesto de programas de atención al desarrollo social, porque esa empresa es el negocio más redituable y rentable en el corto plazo, aseveró el presidente del Comité Directivo de Energéticos de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Gilberto Ortiz Muñiz.
''Tratan de tapar agujeros en el apoyo a la población más pobre, pero en realidad están creando una de las fábricas de pobres más grande del mundo'', al desinvertir en los últimos 20 años en la estructura de la paraestatal cuando, por citar un ejemplo, con un techo de mil millones de dólares durante este mismo año podría revertirse el déficit creciente en la balanza comercial del rubro petroquímico, actualmente calculado en 10 mil 500 millones de dólares anuales.
El también enlace de la Canacintra con el Poder Legislativo, que prepara un análisis a fondo de los cambios que ha operado la empresa pública más importante del país durante 1981-2001, advirtió que en la administración de Vicente Fox aún quedan inercias y personeros de sexenios pasados que, alertó, tienen mente colonizada y piensan en función de una integración norteamericana que convertiría a México en una nación Disneylandia.
Con una tendencia así, destacó, los tecnócratas demuestran su absoluta carencia de visión de Estado y podrían orillar a México a entregar los recursos petroleros a la potencia del norte.
Precisó que la estructura de Pemex durante los últimos 20 años ha perdido más de 50 por ciento de sus activos más productivos en aras de las privatizaciones.
''En 1981 era verdaderamente un monstruo, muy integrado, tenía compañías de aviación, divisiones de transmisión de datos, un instituto de investigación muy fuerte. Era una potencia. Pero después empezó a perder todo eso porque desde el gobierno de Miguel de la Madrid y sobre todo en el de Carlos Salinas empezaron a vender todo eso que se pensaba que no debía tener el gobierno. Entonces, al 2001 realmente la iniciativa privada ya tiene como 50 por ciento del Pemex de 1981 y hacen labores que, incluso, estaban constitucionalmente reservadas a la nación, como la exploración de los pozos''.
Además, añadió, Pemex ha dado una serie de concesiones para que a su nombre se haga exploración y hasta cartografías. ''No se diga en toda la materia alrededor: mantenimiento de plantas, instalaciones, hasta los cursos de capacitación...''.
El fracaso de las subsidiarias
Ortiz recordó que el grave rezago que acumula Petróleos Mexicanos a la fecha se profundizó cuando el gobierno de Carlos Salinas decidió dividirla en cuatro subsidiarias que compitieron ferozmente entre sí, mientras la administración federal las ordeñaba indiscriminadamente.
En la petroquímica, permanecen abandonadas 26 de las 51 plantas. Es una infraestructura desaprovechada y que podría significar la plataforma para el despegue económico del país, puntualizó el empresario.
Es claro el fracaso de las cuatro subsidiarias en que fue dividida la paraestatal, indicó:
En la petroquímica se dejó de producir amoniaco y Pemex Gas empezó a venderle carísimo a Pemex-Petroquímica, sacándola de competencia nacional e internacional, y la cadena de amoniaco que tiene la urea como componente más importante fue desaparecida y comenzó a importarse en grandes cantidades. Se cayó la producción por falta de planeación, para dejar a las empresas al arbitrio de las fuerzas de mercado y con elevados precios de materias primas del propio Pemex. ''El peor enemigo de Pemex ha sido el propio Pemex...''.
En Pemex Refinación lo importante ha sido ganar dinero y mostrar buenos resultados vendiendo gasolina, en lo cual tiene el monopolio.
''No les importa salir de un contexto como empresa paraestatal de gran importancia nacional, para hacer inversiones en la refinería de Deer Park, en Texas, antes que fortalecer y desarrollar las fábricas mexicanas. Entonces las importaciones de gasolina se fueron al cielo, en tanto se descuidó y abandonó la inversión en refinerías que son estratégicas para el desarrollo nacional y que si bien permitieron a la Hacienda Pública recibir grandes cantidades de dinero fresco, porque compraban barato en Estados Unidos y aquí la revendían a precios muy altos, como nación y política de desarrollo energético nos colocó en una triste situación de incapacidad...''.
En otras palabras, precisó, México envía el petróleo, allá se procesa, se obtiene la mitad de utilidades y de todo el proceso, y nos regresan la gasolina que se extrajo de nuestro crudo para aprovechar así todos los derivados.
En el caso del gas, expuso Ortiz, la política de precios ha dañado la competitividad de la industria mexicana, ya que se fijan precios de acuerdo con las necesidades de ingreso del gobierno y no conforme al costo de producción. Se maneja como parámetro de comparación un precio que le llaman internacional, pero que en realidad es texano, de los más altos del mundo.
''No será el gobierno foxista el que nos saque de la crisis. El programa neoliberal ya llegó a un punto de desgaste terrible y los cambios no están dándose'', concluyó el dirigente de Canacintra.