MIERCOLES Ť 23 Ť MAYO Ť 2001
Ť Una revisión a las corrientes modernas, este fin de semana en el Auditorio Nacional
Festival de Jazz Ciudad de México 2001, un auténtico menú para gourmets
Ť El público disfrutará desde Haines hasta Diana Krall, pasando por Miller, Meola y Tania María
JOSE GALAN
Los amantes del jazz en esta megalópolis tienen esta semana la posibilidad de adquirir un menú de gourmet. Para saborear y para conocer. Se trata de una apretada revisión de las principales corrientes modernas del jazz programada en el marco del festival que se celebrará el 25 y 26 próximos en el Auditorio Nacional.
Desde Roy Haines, quien diera el swing al cuarteto de Stan Getz; el bajista Marcus Miller, que participó en los discos más funkies de Miles Davis a principios de los ochenta; Stanley Jordan, guitarrista del jazz-rock quien revolucionó la técnica en su instrumento a través del golpeo o tapping; el guitarrista Al Di Meola, y la cantante brasileña Tania María, hasta Diana Krall, el jazz se hace presente con fuerza, con una mezcla de estilos para satisfacer al más exigente.
Haines, Pérez y Patitucci, un trío que es un trabuco
Vamos por partes. En abril de 2000, Roy Haines cumplió 70 años de edad, en los que tocó y grabó con músicos de la talla de Lester Young, McCoy Tyner, Sonny Rollins y Sarah Vaughan. Para celebrarlo, decidió juntar a unos cuates para un palomazo en una de las catedrales del jazz tradicional en Nueva York: el club The Blue Note. Se hizo acompañar nada menos que por Chick Corea en el piano, y se reventaron cerca de dos horas y media del más puro jazz al interpretar rolas de Coltrane, Parker, el propio Corea e incluso alguna de Duke Ellington.
Ahora, este limpio y transparente baterista del hardbop se presentará, sin los aspavientos publicitarios de la fresita canadiense Diana Krall, el próximo 26 de mayo en el Auditorio nacional, en el marco del Festival de Jazz Ciudad de México 2001. Y encabeza un trío que es, en realidad, un trabucazo: el pianista panameño Danilo Pérez y el bajista John Patitucci, quien se diera a conocer precisamente con Chick Corea, y quien ya se ha presentado en el escenario de Reforma.
Para algunos críticos, Roy es un maestro de ese intraducible hipness que en el jazz no sólo es música, sino un sentido de vida. A lo largo de los años, se ha caracterizado por brindar a los tambores una evolución que incluso en la década de los setenta explotó al máximo la calidad de jazz-rock. Es un baterista explosivo, fluido, nato.
Danilo Pérez es un joven panameño que llegó, tocó y convenció. Comenzó a tocar piano a los ocho años en Panamá, y en 1985 se fue a la escuela de música de Berklee, en Boston. Acompañó al grandioso Dizzy Gilllespie en los últimos años de su vida, y trabajó en una larga asociación con Paquito de Rivera. En su música e impresionante improvisación en vivo, combina raíces latinas, africanas y afroamericanas. Nombrado por el gobierno panameño embajador cultural de su país, Danilo Pérez tiene hasta el momento seis discos como protagonista, el último llamado Motherland (2000), donde se hace acompañar de estrellas como Regina Carter y el propio John Patitucci.
Este es un bajista eléctrico y acústico, hijo de la era de la fusión, apadrinado por Chick Corea, y quien se dio a conocer al interpretar un bajo eléctrico de seis cuerdas en aquel grupazo Return to Forever así como en las bandas Akoustic y Elektric del propio Corea.
Catalogado como uno de los mejores bajistas del momento, ha editado nueve discos bajo su nombre, el último de los cuales es Imprint (2000) donde colabora Danilo Pérez y el baterista excepcional Jack DeJohnette.
Ese mismo día estarán en el escenario la brasileña Tania María, reconocida por llevar a la técnica de canto conocida como scat un aire latino con aroma a samba, y el guitarrista Al Di Meola, muy conocido por los fanáticos del jazz en México.
Aprendí lo básico oyendo discos de Miles Davis: Marcus Miller
Pero un día antes habrá dos maestros en el escenario. Marcus Miller formó parte del grupo de Miles Davis de 1982 a 1984. En esa época, y luego del sacudidón que para el jazz significó la corriente fusión que originó el jazz-rock, Miles decidió tocar sin disimulo el funk. Y en el bajo llevó a Marcus Miller, al baterista Al Foster y el guitarrista John Scofield. šCámara! Qué discos más apasionados, densos, vibrosones, testiculares, fueron We want Miles (1982) y Decoy (1984). A pesar del famoso Bitches Brew, que significó la llegada de la fusión a la escena de la música contemporánea, Miles Davis logra por fin hacer un grupo integrado. Su observación se convirtió en el lema del jazz-rock de los 80: "hay que hacer equipo".
Y aquí Marcus Miller se dio a conocer. Deja a Miles después de terminar Decoy, justo cuando el gran maestro de la trompeta voltea la mirada hacia el rincón pop e interpreta, para disgusto de muchos, rolas como Time After Time, de Cindy Lauper, o Human Nature, de Michael Jackson, pero posteriormente volvería a él como compositor, productor y arreglista. Marcus Miller es heredero del gran bajista del jazz-rock, Jaco Pastorius, quien fuera pieza fundamental en el legendario grupo Weather Report, con Wayne Shorter y Joe Zawinul.
Es más, convirtió el legado de Pastorius en una mirada analítica del jazz fundamental. Alguna vez comentó que "analicé todos los solos de bajo eléctrico de Pastorius, y me abrieron todo un mundo nuevo. Mi formación básica sobre los acordes la obtuve oyendo sus discos". Tiene un gran instinto para concentrarse en lo fundamental, tal y como lo hacía el propio Miles. De hecho, Miller trabajó otra vez bajo las órdenes de Miles como compositor, arreglista y productor de albumes como Tutu (1986), Siesta (1987) y Amandla (1989).
El arte de tocar la guitarra eléctrica como piano
Stanley Jordan es un virtuoso de la guitarra eléctrica, experimentado músico del jazz rock, sumergido hasta el copete en la corriente de la fusión. Como ya mencionamos, es conocido por haber revolucionado la manera de tocar la lira. Según la leyenda, fue un músico callejero que armó tremendo revuelo en Nueva York con su técnica de golpeo y que en 1984 fue llamado a participar en el festival de jazz de la ciudad. Desde entonces se convirtió en un imán en todos los festivales. Según los expertos, su técnica consiste en no puntear su instrumento, sino en hacer resonar las cuerdas golpeándolas con las yemas de los dedos de ambas manos contra el diapasón, como si fueran las teclas de un piano.
Algunos críticos han puesto a Jordan y su técnica al lado de West Montgomery y Jimi Hendrix. Pero otros críticos advierten que su revolución tuvo lugar en la técnica pero no en el estilo. Como sea, hay que escucharlo para creerlo.
Para nuestros lectores que no tienen varo, La Jornada tiene 20 pases dobles, diez por día, para los que respondan correctamente las siguientes preguntas: ƑCuál fue la primera influencia del jazz para Diana Krall? ƑCuál fue el guitarrista que primero influenció a Stanley Jordan? y diga tres discos en los que Marcus Miller colaboró como productor con Miles Davis. Las respuestas deberán enviarse de las 12 a las 14 horas a la dirección electrónica [email protected]. A los ganadores se les hará saber por la misma vía.