MIERCOLES Ť 23 Ť MAYO Ť 2001
Ť Lorena Díaz habla de su libro acerca del compositor
Bernal Jiménez quiso ser el apóstol de la música sacra
Ť ''Existe un vacío historiográfico respecto del género''
Ť Impulsó un movimiento nacionalista, dice la investigadora
ANGEL VARGAS
La historia oficial de la música mexicana valora escasamente la importancia y trascendencia de Miguel Bernal Jiménez (1910-1956), no obstante que es uno de los compositores nacionales más importantes de la primera mitad del siglo XX.
Ello obedece, sostiene la musicóloga Lorena Díaz, a sus convicciones religiosas y políticas que, entre otros rubros, lo ubican como el creador mexicano de música sacra más relevante de la pasada centuria y como miembro fundador del Partido Acción Nacional.
Vida y obra para la versión idílica
Luego de una década de trabajo, la investigadora adscrita al Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musicales Carlos Chávez presenta este jueves su libro Miguel Bernal Jiménez. Catálogo y otras fuentes documentales, coeditado por el Cenidim y el Conservatorio de las Rosas, AC.
Participarán en la presentación, que tendrá lugar a las 19:00 horas en el Aula Magna del Centro Nacional de las Artes (Churubusco y Tlalpan) Luis Ramos, José Antonio Alcaraz y Aurelio Tello, bajo la moderación de José Antonio Robles Cahero. La parte musical estará a cargo la soprano Lourdes Ambriz y el pianista Joel Almazán.
Se trata del primer volumen acerca del compositor michoacano, desde el punto de vista musicológico, porque hay otros pero no tan rigurosos, explica la especialista. ''La vida y la obra del músico se han prestado para la anécdota, los recuerdos, la versión idílica".
Consta de un catálogo de obra de 251 registros, una cronología de vida, una fonografía con 97 grabaciones y una bibliografía que reúne 200 textos del autor, así como 310 publicados acerca de él.
Música para fomentar la espiritualidad
Lorena Díaz busca, en particular, contribuir a ''subsanar el vacío historiográfico" de la música sacra de nuestro país y, en general, aclarar la imagen ''borrosa y desarticulada" que ''se nos presenta" de lo producido durante la primera mitad del siglo XX.
''La participación de Bernal Jiménez en el movimiento nacionalista ha sido poco estudiada hasta la fecha. Sin embargo se puede afirmar que encabezó lo que propongo denominar nacionalismo sacro, el cual tuvo vigencia aproximadamente de 1939 a 1956 y logró un arraigo fuerte en diversas ciudades del país", señala.
Dicho movimiento, agrega, fue consecuencia de un proceso que comenzó con el Motu proprio, de Pío X, documento emitido en 1903 que alentaba la creación de obras litúrgicas con elementos regionales de cada país: ''Esta inquietud del Papa tuvo su origen en el siglo anterior al considerar que la música sacra estaba en decadencia y su convicción era que la espiritualidad podía fomentarse con música de alta calidad, adecuada a los servicios litúrgicos".
Tras cinco años de estudios de composición sacra, órgano y canto gregoriano en Italia, Bernal Jiménez -cuyo ''ideal era ser apóstol de la música sacra'' regresó al país y continuó con los preceptos papales, apunta la musicóloga. La conciliación que se dio entre el Estado y la Iglesia luego de la guerra cristera y que propició un movimiento de tolerancia, el modus vivendi (1938-1950), favoreció su labor al irrumpir, ya sin ninguna traba, el nacionalismo sacro.
Enfatiza Lorena Díaz que si bien lo sacro ocupa parte importante en el repertorio del creador michoacano, éste ha trascendido más por sus obras profanas, que se ajustan a inquietudes similares a las de sus contemporáneos más célebres, como José Pablo Moncayo y Blas Galindo.