MIERCOLES Ť 23 Ť MAYO Ť 2001
Ť La dueña de Limelite entregó a la PGJDF documentos que acreditarían el delito
Presentan pruebas contra Ruthen, por extorsión
Ť Involucrados el director y el subdirector jurídicos de la Miguel Hidalgo: abogado
BERTHA TERESA RAMIREZ
La propietaria del centro nocturno Limelite, Martha González Montes, presentó a la Fiscalía Especial de Servidores Públicos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, un paquete de pruebas documentales que acreditarían la entrega del millón de pesos que presuntamente le fue solicitado como condición para que le entregaran la licencia de funcionamiento de su establecimiento, ubicado en la delegación Miguel Hidalgo.
El abogado de la propietaria, Gabriel Regino García, señaló que las pruebas presentadas ayer al mediodía, son básicamente "las copias de los cheques entregados, los oficios del levantamiento de sellos que contienen la anotación con conocimiento para el jefe delegacional Arne aus den Ruthen Haag, que es uno de los involucrados", junto con el director y el subdirector jurídicos, en la averiguación previa 951/01 que se sigue en la fiscalía.
Tras entregar los documentos, el defensor señaló que la próxima semana se presentarán los testigos de estos hechos; posteriormente la Procuraduría capitalina citará al jefe delegacional para que rinda su declaración al respecto.
En entrevista, Regino García dijo que el director jurídico, Ismael de Jesús Padilla, y el subdirector, José Cervantes, "solicitaron esa cantidad de dinero, esto con pleno consentimiento y pleno conocimiento del jefe delegacional, tan es así que todos los oficios relacionados con este caso fueron marcados con copia para él, además de que el propio delegado en forma inadecuada se ha burlado de la entrega de ese dinero aduciendo mil pretextos, pero ninguno con fundamento legal".
Agregó que "el argumento del jefe delegacional, respecto a tomar el donativo y destinarlo a un fideicomiso, no es un acto de honestidad, es un acto ilícito fuera de toda normatividad; él no tenía ningún derecho a realizar una situación de esta naturaleza, porque él es una autoridad y las autoridades en México sólo pueden hacer lo que la ley les permite". Que él robe así un millón de pesos "es algo que entre particulares se llama fraude; cuando lo hace un funcionario público se llama extorsión, y eso es lo que él hizo".
Agregó que Limelite "era un centro de espectáculos en el cual se podían hacer reservaciones para la presentación de cantantes de talla internacional. Era un restaurante bar, no un giro negro, ni lo que se conoce como antro, donde se fomente la prostitución ni bailes eróticos; se trata de un centro de espectáculos como en su tiempo lo fueron el Premier y otros de esa naturaleza".
Interrogado respecto a la razón por la que lo clausuraron, dijo que "obedeció en un principio a la ausencia de tres requisitos que le estaban pidiendo a la propietaria: que los cajones de estacionamiento tenían que ser propiedad de la empresa, lo cual no está fundamentado en ninguna ley"; más señalizaciones de salidas de emergencia y detectores de humo; aunque se cumplieron los dos últimos, no así el primero, porque no se pudieron comprar 300 cajones de estacionamiento; esto "lo tomaron de pretexto para cerrar y decirles: sólo dando un millón de pesos se les puede otorgar la licencia".
"Que el que el jefe delegacional esgrima que el dinero fue depositado en un fideicomiso no lo libera de responsabilidad", porque "causó el perjuicio usando su puesto y eso es lo que la ley prohíbe".