MIERCOLES Ť 23 Ť MAYO Ť 2001

Ť Miles de desalojados y cinco muertos en Siberia

Yakutsk podría quedar inundada si el Lena rompe el dique improvisado

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 22 de mayo. Todavía no hay, por desgracia, ninguna certeza de que las toneladas de arena podrán contener la furia desatada del río Lena, lo que mantiene el peligro de que se inunde Yakutsk, la principal ciudad de Siberia oriental, en la mayor crecida de los últimos cien años en Rusia.

El dique levantado hace unos días, frontera entre la esperanza y el desastre, resistió este martes los embates del agua, gracias a que los aviones supersónicos del ejército ruso, sin pausa, continuaron lanzando pesadas bombas sobre la enorme mole de hielo, lo que hizo que el nivel acuoso bajara ligeramente.

No obstante, el Lena rompió en varias partes el improvisado muro de contención y los distritos de la periferia de la ciudad quedaron bajo el agua. Los habitantes de esa zona fueron desalojados oportunamente.

La angustia entre los 200 mil habitantes de Yakutsk aumenta debido a que se aproxima la oleada que devastó la ciudad de Lensk, dejando inservibles las viviendas de sus 30 mil pobladores, que en su mayoría se resisten a ser trasladados a otros sitios por temor a perder sus escasas pertenencias.

Los que se quedaron en Lensk sobreviven literalmente en los techos de sus casas, rodeados de agua. Sólo 5 mil aceptaron ser evacuados y hoy, al bajar ahí el nivel del agua, aparecieron los cuerpos de cinco personas que murieron ahogadas. Otros dos jóvenes continúan desaparecidos.

De acuerdo con los expertos del ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia, el máximo riesgo para Yakutsk se dará el mediodía de este miércoles, cuando estiman que el Lena podría alcanzar su nivel más alto, en torno de los 10 metros y medio, un metro por encima del dique.

De cumplirse los pronósticos más pesimistas, la totalidad de la ciudad quedaría inundada.

Las autoridades locales confían en que los trabajos para fortificar el dique y el incesante bombardeo de los bloques de hielo lograrán reducir la magnitud del desastre que se avecina, al parecer de modo irremediable.

La población se debate entre los que conservan la esperanza y colaboran en lo que sea con los equipos de rescate y los que ya dan todo por perdido.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, en repetidas apariciones por televisión consagradas a otros puntos de su agenda, hizo comentarios sobre la situación en Yakutia. Extrañamente, los asesores de imagen del Presidente están convencidos de que eso es más que suficiente.

La ayuda del gobierno federal a los damnificados es todavía exigua y, a juzgar por las declaraciones del gobernador de Yakutia, Vasili Vlasov, no hay visos de que se incremente pronto. No lo dijo así, pero exhortó a los empresarios rusos a hacer aportaciones a un fondo de emergencia.

Mientras tanto, la situación en otras zonas de Siberia oriental, colindantes con Yakutia, sigue empeorando. El río Yenisei ya superó en más de un metro su nivel normal y amenaza con reeditar el desastre del Lena en la República de Tuva y en las regiones cercanas, en un espacio habitado por 200 mil personas.