Ť Los indígenas hacen peticiones que van desde recursos hasta energía eléctrica
Gálvez realiza recorridos en medio de demandas
Ť "La época de los préstamos sin resultados ya se acabó", afirma la funcionaria
MATILDE PEREZ U.
Comunidad de Ixtlapala, Hgo., 21 de mayo. En cada visita a una comunidad indígena, Xóchitl Gálvez Ruiz, coordinadora de la Oficina de la Presidencia para el Desarrollo de Pueblos Indígenas, recibe más de un centenar de peticiones, que incluyen desde la instalación de energía eléctrica, el mejoramiento de albergues para los niños y hasta la agilización en la entrega de recursos de diversas instancias para proyectos productivos.
"Esto me servirá para tener una radiografía de la realidad indígena y no inventar programas desde mi oficina. En ellas he encontrado enorme esperanza para buscar soluciones a sus conflictos de hace años", dijo Gálvez Ruiz, luego de recibir de los niños del reconstruido albergue Lázaro Cárdenas un escrito, elaborado en una de las cinco computadoras que donó la fundación de una empresa refresquera.
En el breve documento, 58 niños agradecen el cambio en las instalaciones del albergue, pero señalan los faltantes: "necesitamos todo".
Hace 19 años la comunidad nahua donó el terreno, y con sus precarios recursos comenzó lo que hasta ayer se llamó albergue Emiliano Zapata. Allí dieron hospedaje a los niños de las comunidades de Tenango, Tetlapaya, Chipeco, Las Pilas, Amoxco, Huitepec e incluso de las aledañas a la cabecera municipal de Tlanchinol. "Quiero que siga este albergue, que los señores sigan trabajando", escribió Bernabé Francisco Hernández, el más decidido a empezar a conocer la nueva tecnología que llegó al albergue enclavado en la región de la Huasteca hidalguense.
Gálvez Ruiz mostraba su satisfacción porque los menores indígenas nahuas tienen ya la posibilidad de acceder a la tecnología de la computación. Sin embargo, aclaró que ello no es suficiente: "el reto es que todos los albergues a cargo del Instituto Nacional Indigenista sean dignos, que mejore la calidad de educación y que ello se refleje en el cambio de nivel de vida de los indígenas".
Durante
su breve discurso ante el centenar de indígenas nahuas que llegaron
a la fiesta de inauguración del albergue, Xóchitl
Gálvez hizo referencia a la marcha por la dignidad de los pueblos
indígenas --que realizaron el EZLN y el Congreso Nacional Indígena--, que fue posible, comentó, por la apertura de este gobierno y por
el "cual hablarán su trabajo y resultados".
Explicó que el compromiso para este año es lograr la remodelación de 50 albergues; el próximo, cuadruplicar la cifra, y al final de esta administración lograr que los mil 100 que hay en el país sean lugares dignos. También brindar apoyo a través de los fondos regionales a las comunidades que trabajen en sus proyectos productivos. "La época de los préstamos sin resultados ya se acabó. Necesitamos que se organicen en forma adecuada; conozco comunidades que empezaron con un millón de pesos y ahora ya tienen un fondo 30 veces mayor", señaló a los allí reunidos.
Esa fue la pauta para que los indígenas aprovecharan el convivio informal para rodear a Gálvez Ruiz y entregarle los escritos con las firmas o sellos de las autoridades de sus respectivas comunidades. Salvador Licona Pérez, del fondo regional nahua de Acaxochistlán, habló de las limitaciones que tienen para continuar con los 200 proyectos productivos, entre ellos el del centro de acopio de medicina tradicional.
Afirmó a los indígenas que en breve acudirá a su comunidad, y el primer lugar en donde estará será el centro de acopio de medicina tradicional.
El apoyo
Hace dos años, Fundación Coca-Cola buscó un programa de educación al cual apoyar, y en el camino se encontró con la invitación del Instituto Nacional Indigenista para que lo respaldara en su proyecto de mejoramiento de los poco más de mil albergues para niños indígenas.
Ahora --explicó Vivian Alegría Gallo, presidenta de dicha fundación-- hay un programa para rehabilitar 50 de ellos en los próximos tres a cuatro años.
"Rehabilitamos y construimos salas de usos múltiples, en donde aportamos equipo de cómputo, una pequeña biblioteca y mobiliario, así como la infraestructura, luz eléctrica o energía solar", agregó. Las inversiones son muy variables, hay albergues que con 300 o 400 mil pesos ya quedan listos; otros, como el de la comunidad huichola, requirió 4 millones de pesos, que fueron aportados por el INI, la fundación y la comunidad.
Puntualizó que el INI propone a la fundación el albergue a remodelar, y para ello le entrega la información y la propuesta de presupuesto. "Nosotros vamos a recorrer el lugar para confirmar los datos, porque a veces presentan presupuestos que no corresponden a la realidad. La idea es mejorar la calidad del albergue, ayudar a los niños con la entrega de equipos de cómputo y programas educativos".
A través de la fundación, dijo, se busca contribuir a mejorar la educación. "Queremos rescatar las tradiciones y cultura de los pueblos indígenas". El trabajo está en la mayoría de las zonas indígenas, pero fundamentalmente en Hidalgo, Puebla, Jalisco, Nayarit, Guerrero, Veracruz y Oaxaca.