BALANCE DE LA JORNADA
Ť Nueva geografía en el mapa futbolístico
mexicano
Ť Cruz Azul y River en el Monumental y el Azteca
Ť A nivel internacional, el Tri,
invitado pobre en una cena de gala
CARLOS HERNANDEZ
El mapa futbolístico del futbol mexicano tiene una nueva geografía. En la historia quedaron equipos como América, Guadalajara, Cruz Azul y Pumas, antaños grandes animadores del torneo y casi seguros finalistas.
En la revisión de los campeones de torneos cortos ?que han venido a revolucionar la monotonía de las larguísimas temporadas? Chivas y Cementeros aparecen una vez, mientras que la UNAM y el América andan en una búsqueda tan desesperada como errática de la gloria perdida.
Equipos llamados chicos han crecido con base en resultados, mientras los llamados grandes no encuentran la fórmula mágica de trabajo, continuidad y humildad para jugar el considerado deporte más lindo del mundo.
Los americanistas, por ejemplo, andan más en la vida disipada de la farándula y se sienten artistas del Canal de las Estrellas, mientras en la cancha son superados por novatos de menor nombre pero mayor entrega y disciplina.
Santos fue el primer monarca de estos torneos pequeños y nueve temporadas después vuelve a aparecer en la lista, para los únicos dos títulos de su historia. Y esta campaña se presentó solamente con un nombre repetido en el plantel: Jared Borgetti, el bicampeón goleador. En la banca, por fin, el Sheriff Quirarte logró coronar destacadas temporadas y demuestra que los técnicos mexicanos hablan menos pero producen más.
Toluca, el tricampeón de la lista, sufrió con la salida de Enrique Meza, dio tumbos con técnicos que no pudieron con el paquete y ahora le apuesta a la trayectoria reconocida de Ricardo LaVolpe.
El argentino, luego de un destacado trabajo con los jóvenes atlistas, deberá demostrar que sabe trabajar con estrellas como José Cardozo, por quien, por cierto, suspiran los aficionados cementeros.
En el nuevo mapa futbolístico mexicano aparecen nombres que antes eran de los plebeyos, como Necaxa, Pachuca y Morelia.
Santos se coronó gracias a su juego de conjunto y a la aparición oportuna de sus figuras. El chileno Rodrigo Ruiz, quien llevaba dos finales perdidas, probó finalmente el sabor del triunfo, mientras que Borgetti, minimizado varios años por el seleccionador Manuel Lapuente, anotó en los momentos en que debía hacerlo.
Pero en esta final apareció el nombre de Mariano Trujillo, quien en Pachuca mandó un pase de gol a Borgetti y en Torreón dio otro toque oportuno al mismo Jared para el 1-0 y luego anotó el 2-1 y mostró en la camiseta la pluralidad religiosa del futbol con el lema "Gracias Jesús".
Los Tuzos y el Vasco Aguirre se van con el subcampeonato y con un reconocimiento general por su buen futbol, que ayer quedó fundido en los 38 grados de la aduana infranqueable de Torreón.
Y mientras en La Laguna ya festejan, y no precisamente con leche a pesar de la ley seca, los aficionados azules se entusiasman con la incursión del Cruz Azul en la Libertadores. Enfrentará al laureado River Plate este miércoles en el Monumental del barrio de Núñez, un estadio donde dicen los ches "todos se arrugan".
En contraparte, los cementeros regresarán al Azteca, donde Miguel Marín y compañía escribieron las páginas más memorables de un equipo al que ahora le queda grande el apodo de La Máquina.
Los que esta noche vuelan a Londres son los tricolores de Enrique Meza, quien fiel a la terquedad de los seleccionadores nacionales no escuchó la voz de la afición y dejó en el país a Alberto García Aspe, quien después de todo podrá observar desde lejos la suerte de los nuestros ante un cuadro como Inglaterra.
Y es que en ese mapa futbolístico internacional, México será el invitado pobre en una cena de gala a la que no debió haber asistido.