DOMINGO Ť 20 Ť MAYO Ť 2001
LEONARDO GARCIA TSAO ENVIADO
Ultimas decepciones y pronósticos
Cannes. El último día de la competencia cerró de manera coherente, con otro par de decepciones. El taiwanés Hou Hsiao-Hsien, uno de los principales artesanos del plano fijo, ha intentado en Millennium Mambo (Mambo del milenio) retratar la actual juventud de su país a través de la existencia vacía de Vicky, una bella joven (Shu Qi) que alterna entre el reventón y el constante pleito con su novio bueno para nada. Lo dudoso es hacerlo a través de un discurso de equivalente vacuidad.
En su mayor parte, Millenium Mambo sigue con planos-secuencias las monótonas actividades nocturnas de Vicky bajo una iluminación de discoteca y al compás de música tecno. Aunque la ex modelo Shu Qi ofrece un taco de ojo -o wonton de ojo, si prefieren- no es suficiente para sostener el interés de una mirada que, a falta de otras connotaciones, hasta resulta moralista.
Es algo injusto exigirle siempre a un cineasta un nivel de excelencia. Shohei Imamura ganó por segunda vez la Palma de Oro en 1996 con la extraordinaria La anguila (no exhibida en México) y un año después volvió al festival con la no menos meritoria Dr. Akagi. Aunque septuagenario, Imamura ha mantenido en su cine un tono fresco y original a lo largo de 40 años de actividad. Por ello, quizá se guardaban demasiadas expectativas con su reciente película Akai hashi noshitano nurui mizu (Agua tibia debajo del puente rojo).
El singular título se explica en la misteriosa retención de agua de una mujer de provincia (Misa Shimizu). Cuando hace el amor con un desempleado ejecutivo (Koji Yakusho) de Tokio que llega a su casa en busca de un tesoro, el líquido sale a presión, como de una fuente, derramándose hasta el río del puente epónimo. Por desgracia, Imamura no desarrolla esa premisa más allá de su reiterada comicidad mágica. Aunque graciosa y excéntrica, la cinta carece de esas rupturas de tono que volvían tan imprevisibles sus anteriores realizaciones.
Una vez concluida la proyección de las 23 películas en concurso, el pasatiempo favorito de la prensa es especular sobre las posibles ganadoras. La stanza del figlio, de Nanni Moretti, parece la candidata más fuerte para la Palma de Oro (en las encuestas entre críticos ha habido consenso en darle la calificación más alta). Otras favoritas para algún reconocimiento son La chambre des officiers, de François Dupeyron y Va savoir, de Jacques Rivette; sin duda, Francia debe llevarse algo importante. Mientras que en la categoría de los buenos sentimientos y la corrección política se perfilan No Man's Land, del bosnio Danis Tanovic, y Kandahar, del iraní Mohsen Majmalbaf.
En cuanto a actuaciones, será difícil ignorar el arriesgado trabajo de Isabelle Huppert en La pianiste, no obstante lo provocador de su contenido. Michel Piccoli es la razón central del buen resultado de Vou a casa, de Manoel Oliveira, aunque hay colegas convencidos por los desempeños de Stefano Cassetti (Roberto Succo) y Jack Nicholson (The Pledge). A menos que el jurado haya enloquecido, el pronóstico es de un Palmarés de predominio europeo.