DOMINGO Ť 20 Ť MAYO Ť 2001

DE LINEA A LINEA

Luis A. Boffil Gomez

Ť El PAN, al gobierno


Ť Merida para el PRI


Sólo faltan siete días para que los casi un millón de ciudadanos que radican en Yucatán salgan a votar para elegir al sucesor del gobernador Víctor Cervera Pacheco y también al relevo del panista Xavier Abreu Sierra en la comuna meridana, donde se concentra casi 50 por ciento del padrón electoral de la entidad. En otras palabras, el abanderado que obtenga una copiosa votación en Mérida puede apoyar, y en mucho, el triunfo del PAN o el PRI a la gubernatura.

Pero hay varios factores que llaman la atención, y uno es que el tricolor parece estar demasiado tranquilo cuando, según las tendencias, las cifras no le favorecen, sobre todo en su lucha por retener el Poder Ejecutivo.

Lo más extraño es que los llamados altos jerarcas del PRI, como Dulce María Sauri Riancho, más senadores y diputados federales que han arribado a la tierra de mayab para respaldar las campañas, se han tomado la foto con mayor frecuencia al lado de Jorge Esma Bazán, abanderado de ese partido para la alcaldía meridana, que con Orlando Paredes Lara, aspirante a gobernar Yucatán a partir del primero de agosto.

Aparentemente, Esma Bazán gozaría de mayor aceptación entre la cúpula nacional del tricolor, mientras que Paredes Lara -sin poder quitarse el estigma de ser el delfín de Cervera Pacheco- sería un potencial sacrificado. Entonces, el panorama se presentaría de la siguiente manera: la gubernatura para Acción Nacional y su abanderado Patricio Patrón Laviada (junto con sus personeros perredistas), mientras que la lucha real estaría en la comuna, el ex director del Instituto de Cultura de Yucatán, o la ex senadora panista Ana Rosa Payán Cervera, quien en el primer trienio de la década pasada fue alcaldesa de la capital yucateca.

Uno de los escenarios es Patricio gobernador, Esma alcalde, y el Congreso de mayoría tricolor pero también con un buen número de legisladores panistas y perredistas. De resultar el anterior paso, la situación sería inédita de cualquier lado. Acción Nacional tendría la silla gubernamental, algo por lo que ha luchado en los últimos 30 años, en tanto que el PRI recuperaría Mérida, gobernada desde hace casi 12 años, de manera ininterrumpida, por las huestes blanquiazules.

Otra posibilidad. Con todo el dolor de su corazón priísta y del régimen trastocado el 2 de julio, Víctor Cervera estaría dispuesto a no entrometerse en nada de nada y dejar que la elección siga su curso normal, lo más transparente y democrática posible. Entonces, si por decisión de los votantes Orlando Paredes no es elegido, no habrá más remedio que apechugar pero, a cambio, Cervera puede estar tranquilo y quizá no sea víctima de una potencial cacería de brujas. A su edad y por sus blasones políticos, el mandatario no está en condiciones de ser un perseguido como su ex discípulo Mario Villanueva Madrid.

Una derrota del PRI en Yucatán significaría una debacle para ese partido en el sureste del país, pero al menos recuperaría Mérida. Algo es algo.