Ť Empresarios del calzado le exigen explicación clara de la realidad económica nacional
En León, desencuentro de Fox con el gremio fabril al que perteneció
Ť Le reprochan apostar todo a bajar inflación; "que hable como el gobernador rebelde que fue"
Ť No se trata de sacar adelante una industria a costa de que el país se vaya por la borda, responde
ROBERTO GARDUÑO Y MARTIN DIEGO ENVIADO Y CORRESPONSAL
Leon, Gto., 19 de mayo. Los empresarios zapateros de Guanajuato, "amigos de Vicente Fox", reprocharon al Presidente que el go-bierno de un país con más de 40 millones de pobres "esté apostando todo a la baja de la inflación" y le haga más caso a los entorchados académicos que a los ciudadanos que día a día atienden sus talleres, comercios o fábricas: "Pedimos una explicación clara de la situación de nuestro país. ¿O será acaso que vivimos dos Méxicos diferentes?", manifestaron.
Vicente Fox escuchó serio aquel reclamo y al tomar la palabra trató de suavizar el ambiente adverso entre los productores de zapatos de su estado, gremio al que perteneció, y que se encuentra en profunda crisis por "el elevado costo del peso mexicano" y los altos niveles de contrabando: "He pasado por aquí cuando hay éxito. Y he pasado por esta tribuna cuando precisamente estamos en problemas. ¡Veo caras serias!, y cuando hay problemas hay que subir a las lomas para ver cuál es la situación real".
Estas palabras del mandatario federal, que tenían la intención de aplacar las advertencias de crisis entre los dueños de las empresas zapateras, no surtieron efecto. Los hombres de negocios que algún día compartieron las penurias económicas con Vicente Fox, sobre todo durante la crisis de 1995, exigieron en voz de Carlos Gutiérrez Treviño que el Presidente hable con la voz fuerte de cuando fue diputado y go-bernador "rebelde", y resuelva los problemas estructurales de esa industria, "porque no queremos trato preferencial".
También para eso tuvo repuesta Vicente Fox, dando a entender que la argumentación de los za-pateros, sobre todo cuando ha-blan de crisis, no se acerca a la verdad. "No se trata de que una industria salga adelante a costa de que el país se vaya por la borda. Tenemos que hacer diagnósticos correctos".
El Ejecutivo federal realizó una apresurada gira de trabajo por su estado. Primero estuvo en Celaya, donde inauguró una planta maquiladora, y después se dirigió a León para poner en marcha la Sala de la Piel y del Calzado (Sapica) en el Polyforum de la ciudad. Ahí lo esperaban los hombres prominentes de la industria zapatera, y antes de que iniciara el acto ya se observaban caras de malestar.
De la sonrisa a la adustez
Vicente Fox llegó sonriente al estacionamiento del Polyforum, donde se instalaron una lona y un sillerío para la inauguración. Pero su rostro cambió cuando José Carlos Gutiérrez, presidente de la cámara del sector, inició una larga serie de reclamos:
"En medio del desconcierto pretendemos comprender cómo un país con más de 40 millones de pobres está apostándole todo a la baja de inflación, asumiendo el elevado costo económico, político y social del creciente desempleo en el corto y mediano plazos."
El dirigente empresarial, que tuvo la anuencia de sus colegas para expresar el descontento gremial con las políticas económicas del gobierno, explicó que día a día los industriales del calzado "nos esforzamos verdaderamente tratando de conciliar la visión macro del superpeso ante el dólar, la evolución negativa de la balanza comercial y los anhelados niveles de inflación de Primer Mundo con la visión de los desempleados, de los que a diario continúan sumándose a las fi-las de la desocupación y de nuestras emproblemadas empresas".
Gutiérrez preguntó al Presidente cómo conciliar "la visión de los posgraduados, esos especialistas que a diario reiteran que la economía va por el rumbo co-rrecto y que no hay crisis, con aquella forma de ver las cosas de los mexicanos que desde sus diversas trincheras, llámense ta-lleres, fábricas o comercios, expresan otro sentir de la realidad, que dista enormemente del discurso oficial".
Fox Quesada, serio para entonces, miraba a lo lejos y sólo en pocas ocasiones volteó a ver al presidente de la Cámara del Calzado de Guanajuato, quien continuó su discurso:
"¿Cómo hacer entender al obrero y al ama de casa la visión frívola y monetarista del comerciante que reetiquetando frecuentemente los artículos hace que semana a semana su ingreso se encoja y les permita adquirir menos satisfactores? Ante esta evidente disparidad en las visiones, pedimos a nuestras autoridades una explicación clara de nuestra realidad como país, de cómo conciliar las perspectivas. ¿O será acaso que vivimos dos Méxicos diferentes?"
Pocos esperaban un contenido tan crítico en el mensaje de los empresarios más cercanos a Vi-cente Fox. Incluso, el representante de los industriales sostuvo que como país exportador México ya no es atractivo: "Nos hemos vuelto caros".
Y es que contra la posición gu-bernamental de que México hoy se encuentra más fuerte que nunca y más abierto al comercio, la industria del calzado de Guanajuato tiene otra perspectiva, porque "cómo es entonces que el país se haya convertido en un creciente importador de bienes, mientras más sectores pueden exportar menos. Miramos crecer a pasos agigantados las importaciones y reducirse los espacios en los aparadores domésticos con productos adquiridos en el extranjero mediante pago anticipado. No demandamos trato preferencial".
Respuesta punto por punto
Después tocó el turno a Fox. Con soltura, sin leer un discurso preparado --llevaba uno, pero el tono de reclamo lo desajustó--, el mandatario habló sobre la actitud de los zapateros.
"Veo caras serias y empezaría por decirles que cuando hay problemas, cuando anda uno en el laberinto y a veces parece que está perdido, hay que subir a las lomas, hay que ver desde arriba cuál es la situación real. Nunca perder la visión del horizonte."
El Ejecutivo federal dijo que el país hoy se encuentra en "una coyuntura", la cual "no tiene na-da que ver" con la crisis de di-ciembre de 1994, cuando todos los mexicanos y mexicanas perdieron la mitad de su patrimonio.
Y de aquel año a la fecha, añadió, se fue desarrollando un crecimiento importante, sobre todo en la economía de Estados Unidos, a la que México está atado. Por lo tanto, ante un decaimiento en aquélla, el resultado es que aquí los niveles se reduzcan.
"Hoy, aquel que nos impulsó (Estados Unidos) se frenó y está reduciendo su ritmo de crecimiento y necesariamente va a re-ducir nuestro ritmo, porque estamos de alguna manera atados a la suerte de aquella economía y no es nada malo eso. ¡Imagínense que estuviéramos atados a la suerte de la economía de Japón, o a las economías de Asia! Mal estaríamos."
Inclusive, expresó que el mercado mexicano todavía no cae como han caído otros, porque en el primer trimestre sus tasas de crecimiento fueron superiores a 5 por ciento.
Y al tocar el tema del tipo de cambio actual, reiteró que favorece a la economía mexicana.
Es una variable que está bajo un régimen de libre flotación, que ha dado estabilidad a la economía y por lo tanto no es un mecanismo que deba abandonarse a las primeras de cambio, ni cuando estamos en ese momento de "ligera turbulencia. Cuando se está en turbulencia no se para el avión, no para uno las máquinas, sino mantiene uno el rumbo fijo, sabiendo el destino".
En lo que sí estuvo de acuerdo fue en la necesidad de combatir severamente el contrabando, y se comprometió a hacerlo así, al igual que a impulsar en forma decidida los créditos de la banca de desarrollo. Y antes de iniciar un pequeño recorrido por la feria del calzado, el Presidente se despidió: "muchas gracias y pues no les digo felicidades, en esta ocasión les digo: estamos con ustedes. Que nadie se equivoque en ese sentido".