DOMINGO Ť 20 Ť MAYO Ť 2001
Ť Cierran primera conferencia mundial con llamado a la intervención de gobiernos
Alertan sobre efectos devastadores por la crisis del café
AFP, DPA
Londres, 19 de mayo. En ocasión de la Conferencia Mundial del Café, que culminó hoy, la fundación de calidad Oxfam advirtió sobre las consecuencias devastadoras de la crisis actual para la salud, educación y estabilidad social del mundo en desarrollo.
En su informe "Café Amargo", contrasta la miseria de los caficultores con los ingresos cada vez mayores de las trasnacionales que dominan el mercado mundial. Los precios internacionales del café han caído más de 60 por ciento en los últimos tres años, su nivel más bajo en términos reales, aunque esto no se refleja en el producto final.
Una taza de esa bebida en Londres o Nueva York cuesta casi tres dólares, el equivalente al ingreso semanal neto de un productor pequeño en algunos países africanos. De ese monto, se calcula que éstos reciben unos siete centavos.
"La crisis en los mercados del café está generando ganancias récord para algunos y pobreza masiva para otros", dicen Celine Chaveriat, asesora de Oxfam. La cadena Starbucks, por ejemplo, aumentó 41 por ciento sus ganancias durante el primer trimestre del año. Nestlé, uno de los auspiciantes de la conferencia y el mayor procesador mundial de café, acusa un crecimiento de 20 por ciento en igual periodo.
Oxfam, que entrevistó caficultores de Africa y América Latina, dice que los mercados internacionales están destruyendo a los pequeños productores. "Casi todo el café se produce en pequeñas fincas familiares y juega un papel esencial en la subsistencia de los pobres de unos 50 países del Tercer Mundo", dice el informe.
A menudo, representa la única fuente de ingresos para cerca de 20 millones de familias, El problema básico es simple: la producción mundial de café aumenta en proporción doble al consumo, creando exceso de oferta y sobreabasto. Una mayor productividad y el ingreso de Asia al mercado exportador han agravado el problema.
En lugar de trabajar juntos, los países productores compiten entre sí, exportando más por menos, dice Kevin Watkins, de Oxfam. Otro problema es la distribución de ganancias. Según Oxfam , los agricultores reciben 20 por ciento del precio de venta del café en supermercados, aunque en algunos casos es sólo 6 por ciento. Por su parte, las empresas que lo tuestan, en los países consumidores, obtienen 30 por ciento de lucro.
La primera Conferencia Mundial del Café (CMC) se cerró con un llamado a la intervención política en la crisis histórica de los precios del aromático, en palabras del presidente de la reunión, el director gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Jorge Cárdenas.
"Dadas las implicaciones sociales, habrá que dirigirse a los sectores políticos, gobiernos, para buscar una solución concertada", propuso Cárdenas, tras dos días de debates en Londres.
Ni el actual programa de retención del café ni una vuelta a las cuotas de producción permitirán al sector recuperarse a largo plazo, constataron académicos, profesionales de la industria y responsables políticos.
El ambiente en la conferencia del café osciló entre el pesimismo y una espera resignada de tiempos mejores.
"Los precios no se recuperarán hasta dentro de tres o cinco años, ahora se trata de que los Estados intervengan", resumió un representante salvadoreño.
El programa de retención emprendido por los 14 países de la Asociación de Países Productores de Café (ACPC) es sólo un instrumento temporal, para evitar una caída mayor de los precios, reconoció el ministro de agricultura de Brasil (primer productor mundial), Vinicius Pratini.
La conferencia, la primera de su género en la historia, convocó en Londres a más de 400 representantes de 65 países.