SABADO Ť 19 Ť MAYO Ť 2001

Ť Presentaron el tomo cinco del Diccionario de escritores mexicanos del siglo XX

Se rescata la obra de autores que forman la conciencia del país, dice Muñiz-Huberman

Ť Volumen correspondiente a la letra M del lexicón dirigido por Aurora M. Ocampo

Ť El atraso en Publicaciones de la UNAM es una falta de respeto, asevera Monsiváis

ANGEL VARGAS

Además de facilitar la teoría de la investigación literaria, el gran aporte del Diccionario de escritores mexicanos siglo XX consiste, en opinión de Angelina Muñiz-Huberman, en rescatar la obra y la trayectoria de los autores nacionales de la pasada centuria, los cuales, de una u otra manera, forman la conciencia del país.

La escritora e investigadora fue la primera participante en la presentación del quinto tomo de la mencionada obra, dedicado a la letra M, en una reunión efectuada la noche del jueves y en la que también participaron Silvia Molina, Carlos Monsiváis y Humberto Mussacchio.

Muñiz-Hubermann destacó que el diccionario de escritores mexicanos, emprendido y dirigido por Aurora M. Ocampo, proviene de una larga tradición inaugurada en la Nueva España del siglo XVIII con la Biblioteca Mexicana.

A partir de entonces, agregó, se sucedieron una serie de diccionarios, biografías, manuales, historias críticas de la literatura y bibliografías bajo la elaboración de reconocidos personajes como Francisco Sosa, Joaquín García Icazbalceta, Irineo Paz, Antonio García Cubas, Luis González Obregón, José María Vigil y Pedro Henríquez Ureña, entre otros.

La especialista dejó claro el propósito de la mencionada obra, valiéndose para ello de las palabras de su amiga Aurora M. Ocampo:

''Dada la dispersión en que se hallan las noticias biográficas y críticas sobre nuestros autores, diseminadas tanto en obras de consulta de carácter general como en periódicos y revistas que no siempre están al alcance de la mayoría, la utilidad del diccionario consiste no sólo en ofrecer con rigor metódico los rasgos esenciales de la vida de un autor, la nómina de sus obras y las referencias críticas sobre su producción, sino también publicaciones periódicas y obras de consulta general. De esta manera, el material informativo que se aporta no sólo propicia mayor acercamiento del investigador a la obra de escritores y críticos, sino que además constituye el punto de partida para la elaboración de tesis, estudios críticos de época, escuelas y géneros".

Reducto y ampliación consagratoria

Carlos Monsiváis, cuya ficha biblio-hemerográfica es la más extensa de las 303 contenidas en este quinto tomo, con 26 páginas, fue el segundo en el uso de la palabra.

El cronista comenzó su participación con una ''querella" contra la política de la Dirección General de Publicaciones de la UNAM, por la tardanza en la impresión de obras y la mala distribución de éstas. En el caso del diccionario de escritores mexicanos, acusó, el quinto tomo fue entregado en 1996 y tuvieron que transcurrir cinco años para que lo regresaran impreso.

''Este tomo es una hazaña del trabajo, de la acuciosidad, del detalle, de la precisión, y es una hazaña también de la dirección de Publicaciones retrasarlo tanto tiempo", enfatizó. ''No puedo dejar de señalar que esto es una falta de respeto, no sólo en caso del diccionario, también en todo lo que tiene que ver con la edición de obras completas de los liberales del siglo XIX".

Subrayó, por otra parte, la valía imprescindible de la obra en cuestión para la formación del canon de la literatura mexicana. Dijo que no se puede hablar de este último sin tener presente al diccionario de escritores mexicanos, ''que es un apoyo, un reducto y una ampliación consagratoria y una condensación de ese propio canon".