Ť Presentaron su novela La piel del cielo y probó que sí es profeta en su tierra
La solución al hambre podría estar en los agujeros negros celestes, vaticina Poniatowska
Ť ''Piensen que sí soy capaz de ficcionalizar unas cuantas paginitas'', señaló
Ť Los asistententes entonaron Las mañanitas por el cumpleaños 69 de la escritora
MONICA MATEOS-VEGA
Elena Poniatowska sí es profeta en su tierra. A la presentación de su novela ganadora del Premio Alfaguara de Novela 2001, La piel del cielo, acudieron decenas de personas que colmaron el patio Quinta Margarita del Museo Nacional de Culturas Populares en Coyoacán, tierra natal del protagonista de su relato, Lorenzo de Tena.
La escritora charló con el público y aunque muchos todavía no leen el relato galardonado (de reciente publicación en México), admiran, pero sobre todo quieren a Poniatowska por su labor de periodista y cronista defensora de las causas sociales: ''Es usted una humanista", le dijo a la autora, con lágrimas en los ojos y muchos libros en los brazos, una señora que esperaba ansiosa la firma de Elena.
El encuentro también sirvió para que todos obsequiaran a la escritora con Las mañanitas, ya que este sábado Poniatowska cumple 69 años.
En la presentación de La piel del cielo participó el astrónomo Miguel Angel Herrera, quien lanzó la pregunta: ''¿Por qué no somos astrónomos todos?", y luego habló de los recuerdos comunes que tiene con Lorenzo de Tena, el personaje central de la novela de Poniatowska, un joven que tuvo su primer encuentro con el cielo gracias a un telescopio casero que un hombre instalaba en la calle San Juan de Letrán, en los años cincuenta.
Vicisitudes de los científicos mexicanos
Jesusa Rodríguez, Liliana Felipe y Marco Martos realizaron la lectura dramatizada de un fragmento de La piel del cielo; posteriormente Alejandro Aura narró a grandes rasgos la trama de la novela que muestra la belleza de la astronomía y las dificultades padecidas en México, desde hace décadas, por los científicos.
Poniatowska reiteró que este relato no se trata de una biografía de su esposo, el astrofísico Guillermo Haro, fallecido en 1988, sino de una ficción, acaso con algunos datos basados en la vida real. ''Como escritora necesito un modelo, pero no hago el vivo retrato de Guillermo Haro, si lo fuera, esta noche descolgaría todas las estrellas y me las aventaría en la cabeza.
''Denme el beneficio de la duda y piensen que sí soy capaz de ficcionalizar unas cuantas paginitas. No todo lo que escribo tiene que provenir de una entrevista o de una crónica, aunque sí trabajo, por inseguridad a base de entrevistas y crónicas; me apoyo como sobre dos muletas en lo que me dicen las personas. Pero esta novela, es eso, si no le hubiera puesto 'biografía del astrónomo Guillermo Haro'.
''El me dio tres hijos maravillosos y un titipuchal de nietos. A lo largo de su vida buscó un interlocutor que le diera respuestas, si no lo encontraba caía en una depresión espantosa. Tenía un lema, que sí aparece en la novela: 'desconfía y acertarás'. También me dio su enorme amor a México y su rectitud, era un hombre ajeno a cualquier cosa vinculada con la vanidad. Esa lección espero que me dure, para que yo no vaya a enloquecer con este premio."
Elena Poniatowska recordó su encuentro en Madrid con el Nobel portugués José Saramago --quien presentó, en España, la novela galardonada--, cuando lo cuestionó acerca de su postura en contra del progreso científico. ''El sobre todo está en contra de la cantidad de dinero enorme que gasta la NASA para enviar los cohetes al espacio. Personalmente no comparto su opinión porque estoy segura que en el cielo, en los agujeros negros, debe haber algún alimento, algún gas que saque del hambre a los terrícolas, que nos ayude. Creo que eso se puede dar pronto.
''Hay riquezas en el cielo que no hemos explotado, entonces entre más nos liguemos a los fenómenos del cielo y entre más sepamos de ellos más podemos enriquecer nuestra vida sobre la Tierra. No sé si estoy totalmente chiflada y no sea posible lo que digo, pero creo que los astrónomos no son unos seres extraños deambulando por las azoteas con su cucurucho en la cabeza y su manto de estrellas porque no son astrólogos, como siempre se les confunde.
''Si creciéramos un poco y de verdad optáramos por mirar el cielo y estudiarlo, resolveríamos muchos problemas. Al propio Saramago deberíamos decirle que leyera más acerca del tema para entender más, porque el problema del hambre a lo mejor lo puede resolver el cielo."
Al hablar de Juan, personaje en La piel del cielo, la escritora comentó que es una especie de metáfora del fracaso de todos, de la angustia ''de un país que no le sabe dar a la gente lo que necesita. Por eso insisto tanto, en la novela, en la educación científica y en las fallas que tenemos y que obviamente (Vicente) Fox no está remediando".
La charla que devino fiesta fue interrumpida varias veces por cálidos aplausos y culminó entre risas de aprobación cuando una joven señaló que compraría el libro de Poniatowska para obsequiárselo al secretario del Trabajo, Carlos Abascal, ''que buena falta le hace leer".